¿Podrá sostenerse la economía nipona en 2011?

  • La tercera economía más grande del mundo ha visto tantos amaneceres infructuosos en los últimos años que la precaución se ha apoderado de la mayoría de analistas. ¿Podría ser éste el año en que la economía japonesa cumpla las expectativas y muestre una recuperación digna de su renombre?
Justin McCurry, Tokio (Japón) | GlobalPost
Justin McCurry, Tokio (Japón) | GlobalPost

Todavía, dicen los economistas más destacados, hay señales de que a pesar de los problemas endémicos de deuda pública masiva y de la deflación, se está recuperando la confianza de los consumidores y de las empresas. El lenguaje apocalíptico que preside el debate público sobre la economía es una prueba de la magnitud del miedo al que debe hacer frente el primer ministro, Naoto Kan.

“Japón está sumido actualmente en una grave crisis”, dijo Kan en una conferencia de prensa después de después de reunir a su Administración”. “He remodelado el gabinete para que tengamos la máxima fortaleza para superar la crisis”.

Como advirtió Kaoru Yosano, el nuevo Ministro de Economía de Japón, la deuda del país llevará a una “muerte fiscal” en ausencia de reformas urgentes financieras y fiscales. La deuda de Japón -(200% del PIB), la mayor de los países industrializados de todo el mundo- es dos veces el tamaño de su economía de 5 billones de dólares y se espera que alcance el 210% del PIB en 2012.

Las medidas que se están contemplando incluyen elevar el 5% los impuestos al consumo (ventas), en parte para pagar los costes de seguridad social, que se han incrementado en un 60% desde el año 2000.

Se rumorea que el remodelado gabinete de Kan se ha animado a reformar ahora que la emisión de bonos del Estado para financiar los planes de gasto ya no es sostenible.

Mientras que el borrador de presupuestos estimado de 92,4 billones de yenes incluye un límite a la emisión de nueva deuda, el endeudamiento sigue superando este año a los ingresos recaudados con los impuestos. Nadie espera una crisis al estilo griego en Japón, donde el 95% de la deuda está en manos de inversores nacionales, pero sin embargo Kan hizo de la deuda una prioridad cuando él llego al poder el verano pasado.

Japón está en el camino de una moderada recuperación pero, de acuerdo con el Gobernador del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa, “el crecimiento parece estar deteniéndose. Después de una pausa en el desarrollo, la economía de Japón regresa a un camino de moderada recuperación”.

La semana pasada, el gabinete mejoró sus previsiones económicas por primera vez en siete meses pero matizó que la lentitud del crecimiento sigue siendo un motivo de inquietud. “Aunque la economía parece experimentar una pausa, se vislumbra algún movimiento de repunte”, explicó. “Sin embargo, la economía permanece en una situación difícil”.

Sí hay consenso en que el crecimiento será lento mientras el paquete de estímulos económicos empieza a dar sus frutos. Marzo también marcará el final de un exitoso plan de incentivos destinado a aumentar las ventas de productos electrónicos ecológicos.

Hay otros datos que están lejos de invitar al optimismo. La confianza de los consumidores empeoró en diciembre por sexto mes consecutivo y el desempleo, que alcanza el 5%, cifra cercana a la época de posguerra, no invita a las empresas a incrementar su producción y sus beneficios ni a poner en el mercado nuevas ofertas de trabajo.

Los exportadores continúan sufriendo como resultado de la reevaluación del yen frente al dólar. Algunos esperan que el dólar obtenga ganancias significativas frente al yen y alivie la presión sobre los exportadores japoneses pero el impacto del yen sobre los beneficios empresariales no ha sido tan catastrófico como se temía, de acuerdo con Hiromichi Shirakawa, economista jefe del Credit Suisse Securities de Japón.

“El cash flow de las compañías japonesas se ha incrementado significativamente”, señaló. “Es sorprendente que incluso estando la conversión en 80-85 yenes por dólar las compañías sigan haciendo dinero”.

El mayor reto es encontrar un camino que nos devuelva a obtener mayores beneficios, salarios altos y nuevos puestos de trabajo, especialmente en el caso del 40% de desempleados que llevan sin trabajo un año o incluso más de un año, dijo Shirakawa. “Estamos preocupados por el continuo deterioro del capital humano”.

A menos que suban los salaries y esto coincida con un incremento del precio de las importaciones, la deflación persistirá, añadió. “Puedo ver como los salarios en Japón aumentan. El factor demográfico, la competitividad global y el cambio hacia una economía de servicios son todos factores estructurales deflacionarios”.

Jesper Koll, director general de JPMorgan Securities Japon es más optimista y predice que 2011 será el año en que Japón entre en la senda de la recuperación estimulada por las exportaciones y, aunque más discutible, por una fuerte demanda doméstica.

Koll citó el primer incremento en la magnitud de los bonus de este invierno como prueba de que los beneficios empresariales estaban haciendo su camino en los bolsillos del “Señor y Señora Watanabe”, añadiendo que las adquisiciones de inmuebles (un indicador clave de la salud de la economía) empezaban a moverse en la dirección ademada.

“Creo en el alza de la economía japonesa”, señaló. “El gasto de los consumidores, el sector inmobiliario y la inversión empresarial serán las principales fuentes de recuperación. Podemos preocuparnos nosotros mismos de las enfermedades a largo plazo pero sabemos que a largo plazo, todos estaremos muertos”.

Si el gabinete de Kan ahora lleno de aliados, canta el mismo himno, seguirá cojeando debido al estancamiento político que se produjo como resultado de la derrota del Partido Democrático de Japón en las elecciones a la cámara alta celebradas el pasado verano.

Mientras que el partido que controla la cámara baja está decidido a aprobar las cuentas, los partidos de la oposición en la cámara alta pueden retrasar la aprobación del trámite legislativo necesario para que prospere el presupuesto del próximo año fiscal, que empieza en abril.

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