Habla Míster Catástrofe: "No se puede imponer sufrimiento al pueblo sin que vea luz al final del túnel"

    • El economista Nouriel Roubini criticó en Madrid la obsesión por los ajustes.
    • La UE debe pensar más en políticas de crecimiento para bajar el paro.
El economista Roubini dice que las economías avanzadas van hacia una nueva recesión
El economista Roubini dice que las economías avanzadas van hacia una nueva recesión

"Señores europeos: o tienen ustedes crecimiento económico, o no van a solventar el problema del paro".

"Cuando hay reformas y ajustes, también hay huelgas, manifestaciones y rebeliones".

"No se puede imponer sufrimiento al pueblo sin que vea la luz a final del túnel".

Al economista Nouriel Roubini le bastaron sesenta minutos exactos y varios mensajes contundentes para analizar la situación de la Unión Europea y de España. Todo se puede resumir en una frase: los europeos están obsesionados con los ajustes y los recortes, pero deberían pensar en el crecimiento económico para reducir el paro.

Esa palabra, 'crecimiento', fue la más pronunciada en la conferencia que ofreció al abarrotado auditorio de la Fundación Rafael del Pino.

Sin un papel en la mano, Roubini volcó sobre la audiencia un tsunami de datos y demostró que sabía perfectamente cuáles eran los dilemas de la Unión Europea. Es un problema que se origina por la tensión entre los países de la periferia y del centro.

Se refería al choque de intereses entre Grecia, Italia, España, Portugal e Italia (situados en la periferia de la UE), con Alemania, el país del centro.

Los de la periferia querrían un euro más barato, los alemanes se sienten cómodos con un euro caro. Los de la periferia quieren que el Banco Central Europeo les ayude a salir de la crisis comprando deuda; los alemanes creen que eso pondría en riesgo su propia economía.

Los de la periferia quieren solidaridad europea. Los alemanes, austeridad.

Eso ha producido un callejón sin salida que puede acabar reventando el euro y hasta 'desintegrar a la propia Unión Europea", avisaba Roubini.

Pero, ¿quién es Roubini?

Conocido como Mister Catástrofe por haber pronosticado en 2006 la crisis financiera mundial, este economista de origen iraní, nacido en Estambul y educado en Italia, ahora se pasa buena parte del año viajando con su bola de cristal y dando conferencias sobre el devenir económico. Por eso él prefiere que le llamen Míster Realista.

Su tesis sobre Europa la expuso con una analogía figurada: "Los europeos han puesto el carro delante de los caballos". Se refería a que primero han tratado de realizar una unión política y monetaria, y ahora quieren hacer una unión fiscal y bancaria. "No hay constancia histórica de que se haya llevado a cabo una monetaria antes que una unión bancaria y fiscal".

Explicó que Italia y Alemania tuvieron en sus países una unión política y bancaria, antes que llegaran la lira y el marco. Pero en la Eurozona queremos el euro antes de unir bancos, unificar los impuestos y supervisar los presupuestos por una autoridad común. Eso no tiene solvencia.

Como resultado, ahora la Eurozona está sometida a una tensión fortísima pues el euro está sostenido por economías absolutamente diferentes.

Claro, al estallar la crisis de la deuda, los países con problemas económicos piden dinero. Pero ese dinero solo les llega si cumplen con unas duras condiciones: los ajustes, los recortes, las subidas de impuestos, la bajada de las pensiones y de los gastos en sanidad.

La consecuencia es la caída del consumo y sobre todo, el sufrimiento de millones de personas. Roubini no pone en duda la necesidad de los ajustes. Pero, ¿es necesario que sean tan rápidos y tan profundos? Porque al ser un ajuste tan duro, está deprimiendo el consumo y creando un problema mayor: el estancamiento económico y más paro.

La salida

Como salida, Roubini propone que los alemanes sean más solidarios permitiendo al Banco Central comprar deuda, y que los países periféricos admitan que una autoridad europea (con muchos alemanes dentro) supervise sus presupuestos e imponga el veto a sus cuentas.

Problema. Que unos no quieren aceptar el veto, y otros no se fían de las economías periféricas.

Roubini admitió su preocupación por este impasse. Porque mientras no se arregle, millones de europeos seguirán cayendo en el paro y la desesperación.

Sobre España, Roubini lanzó varios piropos. El Gobierno del PP ha acertado reconociendo el agujero de la banca, identificando los ajustes, introducido reformas en el mercado de trabajo... pero el riesgo persiste. "Si España accede a los fondos Mede (el rescate) los mercados aflojarán la tensión".

Pero eso no será suficiente mientras la economía no crezca. El 25% del paro es el verdadero talón de Aquiles. "Los países no pueden vivir con tanto desempleo. La gente necesita esperanza. Ojalá que la austeridad al final produzca más consumo y más trabajo, y más unión".

Y concluyó con un deseo: "La encrucijada de Europa es esa: o unión e integración, o desunión y desintegración. Espero que los sacrificios valgan la pena".

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