Lisboa, 5 feb.- Portugal afrontará dificultades para cortar su déficit público hasta el 4,5 % del PIB en 2013, como acordó en septiembre con la troika, debido a que la caída de los ingresos fiscales a finales de 2012 fue más pronunciada de lo previsto.
Así lo alertaron hoy los técnicos de la Unidad de Apoyo Presupuestario, un órgano de asesoramiento con el que cuenta el Parlamento luso, y cuyos cálculos ponen en cuestión el cumplimiento de las metas de déficit para el actual ejercicio.
Su advertencia se explica por la aparición de un "desvío" en el capítulo de ingresos fiscales de 670 millones de euros en los cálculos que sirvieron de base para elaborar los Presupuestos Generales del Estado de 2013, y que fueron registrados en octubre.
El desplome sufrido por el consumo -gravado con tasas como el IVA- debido a la severa crisis económica que atraviesa Portugal en los últimos años es una de las razones que explican este fuerte descenso.
Concretamente, Portugal recaudó vía impuestos un total de 32.833 millones de euros el pasado año, 670 menos de su última previsión (en octubre) y 3.641 millones de euros menos de lo que estimaba a principios de 2012.
En cualquier caso, todavía se desconoce cómo afectará concretamente este desvío a la reducción del déficit público luso, ya que las previsiones de la Unidad de Apoyo Presupuestario se centran en el llamado "déficit de las administraciones públicas", y que no es calculado de igual forma que el controlado por la troika.
El informe de los técnicos apunta como contribución positiva "la rebaja más acentuada de lo previsto de los gastos corrientes primarios de la administración central y la Seguridad Social", además de recordar que los intereses exigidos por su deuda están por debajo del nivel estimado hace cuatro meses, lo que supondrá un menor coste.
La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, entidades prestatarias del rescate a Portugal, aceptaron en septiembre del pasado año flexibilizar los objetivos de reducción del déficit público para el país hasta el 5 % en 2012 (frente al 4,5 % original) y el 4,5 % en 2013 (cuando inicialmente debía dejarlo en el 3 %).
Las entidades internacionales suavizaron sus metas para evitar que el Gobierno luso, de signo conservador, se viese obligado a aumentar las ya de por sí severas medidas de austeridad para cumplir con lo acordado.
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