Portugal acude a las municipales con la crisis y austeridad de protagonistas

  • Dos años y tres meses después de su última cita electoral, cuando acababa de solicitar el rescate financiero, Portugal regresa a las urnas para las elecciones municipales con los mismos protagonistas que entonces: la crisis y la austeridad.

Óscar Tomasi

Lisboa, 25 sep.- Dos años y tres meses después de su última cita electoral, cuando acababa de solicitar el rescate financiero, Portugal regresa a las urnas para las elecciones municipales con los mismos protagonistas que entonces: la crisis y la austeridad.

Más allá de las medidas de carácter local que propone cada candidato, los principales partidos lusos centran su mensaje en la difícil situación económica del país y en las consecuencias -positivas o negativas, en función de quien lo diga- de los espartanos ajustes aplicados a instancias de la troika.

En este contexto, la confianza en las instituciones -políticas, pero no sólo- se ha desplomado en Portugal durante este período, y según un reciente estudio de la Fundación Francisco Manuel dos Santos sus ciudadanos son los más pesimistas de toda la Unión Europea.

De hecho, la confianza en los partidos cayó en sólo seis meses del 18 al 9 %, muy lejos de la media europea (19 %).

La duda que planea ahora sobre políticos, aspirantes y expertos es si este creciente descrédito tendrá algún impacto en los comicios.

Por el momento, mientras el Gobierno conservador luso se esfuerza por realzar el carácter local de las elecciones, la oposición de izquierdas desea ver en esta cita ante las urnas una especie de plebiscito sobre la actuación del Ejecutivo desde su llegada al poder, en junio de 2011.

Para el politólogo portugués António Costa Pinto, el resultado de las votaciones de este 29 de septiembre sólo tendrá "una lectura nacional en caso de una victoria muy expresiva" del principal grupo de la oposición, el socialista, o de un ascenso radical de las fuerzas comunistas y marxistas.

"Desde la llegada de la democracia, con el paso de los años los comicios municipales se han vuelto cada vez más locales", declaró a Efe este experto, lo que permite que los ciudadanos elijan, sobre todo, en función del candidato y no atiendan tanto al partido por el que se presenta.

Costa Pinto recordó que en la historia reciente del país, el socialista António Guterres es el único primer ministro que decidió presentar su dimisión tras la derrota del partido en unas municipales, en 2001, y descartó una crisis de Gobierno por este motivo.

Reflejo de que el Partido Socialista encara esta cita como si de un "referéndum" se tratase son las palabras del actual alcalde de Lisboa, António Costa, quien se presenta a la reelección: "Los comicios siempre dejan interpretaciones a nivel nacional, ya que manifiestan la voluntad del electorado de todo el país".

Su principal rival, el aspirante del Partido Social Demócrata (el gobernante PSD) Fernando Seara, afirma por el contrario que el resultado "se circunscribe al nivel local" aunque admite el impacto de medidas "impopulares" como el recorte de pensiones en una ciudad donde una cuarta parte de la población tiene más de 65 años.

A la campaña electoral se incorporaron en este último tramo las principales figuras de la política lusa, entre ellos varios ministros e incluso el máximo responsable del Gobierno, Pedro Passos Coelho.

Miembros del Ejecutivo, como su "número dos" Paulo Portas, han utilizado un discurso más crítico con la troika durante este período y han abogado abiertamente por una flexibilización de sus exigencias que permita al país contar con más tiempo para aprobar más ajustes y reformas.

Sin embargo, Passos Coelho se mantiene firme en su idea original y sostuvo el pasado sábado en un encuentro con militantes que Portugal necesita seguir por el camino de los ajustes y las reformas para evitar un segundo rescate.

En este sentido, consideró imprescindibles los recortes en pensiones y en el salario de funcionarios -la ley que lo permite fue aprobada este mismo mes de septiembre por el Gobierno a instancias de la troika- para no precisar de un nuevo préstamo internacional.

Portugal tiene previsto cerrar 2013 en recesión por tercer año consecutivo y con su índice de paro en torno al 17 %, aunque prevé regresar a la senda del crecimiento en 2014.

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