Portugal se acerca a Grecia, advierte el principal sindicato luso

  • El principal sindicato portugués alertó hoy de que la política económica del Gobierno acerca la situación de Portugal a la de Grecia, y mostró su esperanza de que la próxima huelga general prevista en el país "sensibilice" a los trabajadores.

Lisboa, 18 oct.- El principal sindicato portugués alertó hoy de que la política económica del Gobierno acerca la situación de Portugal a la de Grecia, y mostró su esperanza de que la próxima huelga general prevista en el país "sensibilice" a los trabajadores.

Manuel Carvalho da Silva, secretario de la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP, comunista), el principal sindicato luso, avisó de la "degradación" de las condiciones de vida de los portugueses, esencialmente en lo laboral y en el acceso a la sanidad y educación públicas.

Carvalho da Silva declaró, en un encuentro con periodistas extranjeros, que Portugal, "paso a paso", está siguiendo caminos que ya son conocidos en Europa y que son "similares" a los de Grecia.

Hay, además "una aceleración hacia el precipicio", sostuvo el sindicalista al censurar los presupuestos para 2012 presentados esta semana por el Ejecutivo conservador luso, los más duros de las últimas décadas.

Las justificaciones del Gobierno para aplicar las nuevas medidas de ajuste económico son "una falacia", agregó el líder sindical en relación a la necesidad de aumentar las medidas de austeridad por los desvíos de 3.400 millones de euros que el Ejecutivo luso, que asumió el poder en junio, ha encontrado en las finanzas nacionales.

"Cada plan de ajuste crea más obstáculos y los grandes problemas se quedan sin resolver", subrayó el dirigente sindical, quien identificó la agricultura y la pesca como dos sectores productivos desaprovechados en Portugal.

Carvalho da Silva hizo duras críticas a la falta de medidas que fomenten el crecimiento y al draconiano plan que debe cumplir Portugal para acceder a los 78.000 millones de euros prestados por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En cambio el dirigente sindical se mostró partidario de renegociar la deuda lusa.

El acuerdo firmado el pasado mayo entre Lisboa y los dos organismos internacionales "no puede ser una biblia", argumentó al recordar que "la deuda verdadera" sí debe de pagarse, aunque parte significativa de la misma sea resultado de la "especulación financiera".

Las últimas medidas de austeridad anunciadas por el Gobierno conservador fueron duramente criticadas por el dirigente sindical, entre ellas la supresión de las pagas extra a funcionarios, pensionistas y trabajadores del sector público que ganen más de mil euros, así como el aumento en media hora no remunerada de la jornada laboral en el sector privado.

"El aumento del horario de trabajo es ilegal. Debe ser negociado entre las partes", puntualizó Carvalho da Silva al recordar que la Constitución lusa "prohíbe" reducciones salariales sin motivos concretos.

El plan de austeridad incluido en el proyecto presupuestario luso para 2012, que será previsiblemente aprobado gracias a la mayoría parlamentaria de la coalición conservadora que gobierna Portugal, es el motivo principal de la ya anunciada huelga general que se producirá en Portugal en fecha aún no decidida.

La protesta, la segunda en un año, se llevará a cabo con el apoyo del otro sindicato mayoritario del país, la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista), según Carvalho da Silva, y se celebrará antes de finales de noviembre, cuando debe votarse en el Parlamento el presupuesto de 2012.

Para el secretario general de la CGTP, la meta final de la huelga general es "ganar confianza" para defender una mejora de las expectativas económicas y movilizar a los sectores productivos del país.

La anterior huelga general se celebró el 24 de noviembre del año pasado contra las políticas del Gobierno socialista de entonces, que encabezaba José Sócrates, y tuvo un seguimiento del 75 % según datos sindicales, aunque el Ejecutivo lo redujo a un tercio de esa cifra.

La CGTP, fundada hace más de cuatro décadas, es el mayor sindicato de Portugal con unos 800.000 afiliados, según sus propios datos, y le sigue, con cerca de medio millón, la UGT.

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