Portugal sólo pondrá en marcha un AVE de pasajeros a petición de España

  • Portugal mantiene su decisión de dar prioridad a las mercancías en el proyecto de futura conexión ferroviaria con España y sólo lo ampliará a los pasajeros si el país vecino lo pide, según fuentes del Ministerio de Economía.

Lisboa, 19 oct.- Portugal mantiene su decisión de dar prioridad a las mercancías en el proyecto de futura conexión ferroviaria con España y sólo lo ampliará a los pasajeros si el país vecino lo pide, según fuentes del Ministerio de Economía.

Si Portugal fuese completamente libre para decidir optaría por las mercancías -abundaron las fuentes- pero considera necesario alcanzar un acuerdo para conjugar las aspiraciones de ambos países.

Las fuentes oficiales lusas comentaron así el nuevo plan nacional de transportes del Gobierno portugués, que insiste en el "abandono" formal del proyecto de alta velocidad ferroviaria Madrid-Lisboa pero asegura que "será posible" cumplir con los compromisos asumidos con España.

El Plan Estratégico de los Transportes portugueses, elaborado por el Ministerio de Economía y cuyo contenido fue facilitado hoy a los medios, detalla algunos aspectos de la futura línea férrea, suspendida formalmente desde que asumió el poder, en junio, el actual Gobierno conservador.

El propósito del Ejecutivo luso, de acuerdo con ese documento, es convertir la "alta velocidad" en "alta prestación", que permita circular a los trenes a una velocidad de 200 a 250 kilómetros por hora en vez de los 300 previstos.

Pero el principal objetivo luso, insistieron hoy las fuentes oficiales, son las mercancías y el servicio de pasajeros apenas tiene interés para Portugal, que solo lo hará si es necesario para garantizar el otro.

El ferrocarril de alta prestación entre Lisboa y Madrid es cuatro veces más barato que el proyecto inicial, agregaron, y será el que avance "más rápido".

El Gobierno luso quiere seguir negociando con las autoridades comunitarias la entrada en servicio del futuro tren, previsto en principio para 2013, y pretende "minimizar" la participación nacional en su financiación debido a la crisis económica.

Portugal considera también prioritario en ese proyecto unir el puerto de Sines, a unos 160 kilómetros al sur de Lisboa, y el de Aveiro, en la mitad norte, con el corredor español de Irún.

En agosto, el titular de Transportes y Obras públicas luso, Alvaro Santos Pereira, y su homólogo español, José Blanco, se reunieron en Madrid para abordar el proyecto ferroviario.

Las fuentes oficiales lusas destacaron hoy que Madrid consideró en esa reunión a Sines como un puerto muy importante para la Península que no se ve como competencia sino como complemento de los puertos españoles.

En el Plan Estratégico de Transportes, que debe ser aun aprobado por el Parlamento, se expresa la voluntad lusa de "conjugar" los compromisos con España y "el interés nacional en una conexión ferroviaria que aumente la competitividad de las exportaciones" sin afectar la "sostenibilidad financiera del proyecto".

Precisamente, la transformación de "alta velocidad" a "alta prestación" se justifica en ese documento por el objetivo de reducir costes pero sin renunciar a las subvenciones concedidas por la Unión Europea.

Bruselas ya ha dado el visto bueno a esas posibles alteraciones, según explicó hoy el comisario europeo para los Transportes, Siim Kallas, que las consideró "totalmente satisfactorias".

El documento del Gobierno luso apunta también que "las negociaciones entabladas con el Ejecutivo español pretenden garantizar la prolongación de este eje ferroviario más allá de Madrid para llegar a los Pirineos, estableciendo una conexión ferroviaria de mercancías hasta el centro de Europa".

En suelo portugués, el proyecto original de ferrocarril de alta velocidad entre Madrid y Lisboa se divide en dos tramos: el Lisboa-Poceirao, en las afueras de la capital y que no ha sido adjudicado todavía, y el Poceirao-Caia, en la frontera extremeña, ya concedido al consorcio luso Elos.

Este último contrato, valorado en 1.668 millones de euros, aún no lo ha aprobado el Tribunal de Cuentas, que lleva varios meses estudiando si cumple con todos los requisitos.

Los conservadores que gobiernan Portugal desde junio se habían declarado contrarios al proyecto de alta velocidad que defendía en cambio el anterior Ejecutivo socialista.

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