¿Es posible acabar de trabajar a las 6? Estos son los horarios laborales en Europa

  • En España comenzamos a trabajar más tarde y paramos a comer durante más tiempo. Tenemos también un huso horario que no nos corresponde.

    Llevamos dos horas de retraso con respecto a los trabajadores de Alemania, Reino Unido, Suecia o Italia, disfunción que quiere corregir el PP.

¿Es posible acabar de trabajar a las 6 de la tarde? Estos son los horarios laborales en Europa
¿Es posible acabar de trabajar a las 6 de la tarde? Estos son los horarios laborales en Europa

Mariano Rajoy ha propuesto que los españoles terminen de trabajar a las 6 de la tarde. De aplicarse sería una medida totalmente novedosa, ya que modificaría los hábitos de la población de manera notable para adaptarnos así a la vida diaria que llevan los trabajadores de países de nuestro entorno. Existen unas claras diferencias entre la jornada laboral de un español y la de un alemán, un británico, un sueco o, incluso, un italiano.¿Por qué somos el país donde más tarde salimos de trabajar?

España es el país de Europa donde más tarde se sale de trabajar. Jornadas hasta las 7 ú 8 son habituales en algunas profesiones. Esto es debido al ritmo de vida diario que se tiene en nuestro país.

Lo habitual, en España, es entrar a trabajar entre las 8 y las 9 de la mañana, sino más tarde. Esto supone que mientras en algunos países ya llevan un buen tiempo trabajando nosotros estemos todavía desayunando. También solemos parar a comer dos horas, entre las 14 y las 16, por lo que la jornada tiene obligatóriamente que prolongarse. Cenamos más tarde y solemos ver la televisión hasta la madrugada. 

En Reino Unido, Alemania, Francia o Suecia se entra a trabajar más temprano: entre las 6 y las 8, lo que supone que mientras los españoles iniciemos nuestro jornada ellos ya lleven hasta dos horas en su puesto de trabajo. Paran a comer antes también, entre las 12 y la 1. Y lo hacen por un periodo de tiempo que no supera la media hora. 

Este ritmo laboral permite a los empleados poder abandonar su puesto de trabajo a las 6 de la tarde, como mucho. Existen casos como el de los países nórdicos donde a las 4 de la tarde se sale de la empresa.

En Italia, un país parecido a España, también se acaba a las 6 de la tarde. Lo consiguen adelantando su ritmo diario, comenzando a trabajar antes y culminando su jornada también antes: De 8 a 18 con hasta dos horas para comer.

En España, por tanto, sería posible cambiar los horarios laborales si se entrara antes a trabajar. Un ejemplo que suelen poner en el PP, o en Ciudadanos (que también ha propuesto adelantar el fin de la jornada laboral), es el de un trabajador tipo que entre a las 9 de la mañana a trabajar y salga a las 6 de la tarde, con una hora para comer, un tiempo suficiente.

Esta solución, que tendría que ser lo más global posible, posibilitaría que los españoles tuviéramos más tiempo libre después del trabajo. Nos iríamos a dormir antes, como hacen nuestros vecino europeos, y se adelantaría el 'prime time' de las televisiones (las cadenas no tendrían más remedio que hacerlo si comienzan a percibir que la audiencia baja). Así nos homologaríamos a los países de nuestro entorno.A vueltas con el huso horario

Desde 1940 España se encuentra ubicada en un huso horario incorrecto. Tenemos una hora de más a la que nos correspondería. Esto quiere decir que el actual horario de verano es el que nos correspondería tener durante todo el año. 

Con ello ganaríamos más horas de luz, se ahorraría energía y, además, el cuerpo se adaptaría a levantarse antes. Las ventajas, por tanto, serían evidentes tanto para empresas como para trabajadores. Pero, para aplicarlas, habría que modificar los convenios y promover una ley a nivel nacional, como la ley antitabaco.El ejemplo laboral de los países nórdicos

Los países escandinavos se caracterizan por ser Estados del bienestar con una recaudación de impuestos cuantiosa, pero con dispone de unas prestaciones sociales considerables que suelen estar respaldados por auditorías con una alta transparencia para sus patriotas. Concretamente Suecia, Noruega y Dinamarca son las que más se benefician de un gran abanico de ayudas.Las políticas familiares son algunas de las medidas que respaldan este sistema de protección social, beneficiándose de acomodadas ayudas estatales y logrando la conciliación laboral y familiar. Ello también está consolidado bajo el reparto equitativo y ejemplar de tareas entre géneros y la protección significativa de la infancia.Estos tres países escandinavos tienen desarrollado un modelo de ingresos dual donde ambos cónyuges trabajan, automatizando las bajas tanto por maternidad como de paternidad de 1 año o más sin afectar en absoluto a sus salarios (52 semanas en Dinamarca, 57 en Noruega y 69 en Suecia). Además, reciben una ayuda económica en torno a los 100 euros mensuales por hijo hasta los 16 años con garantía de plaza de guardería pública, que puede ser sustituido por una compensación económica si ésta no estuviera disponible o los padres no hacen uso de esta.En estos jardines de infacia, todos los miércoles se organizan excursiones por la ciudad, zonas naturales o bibliotecas que suelen alojar zonas específicas para ellos donde también organizan actividades durante los fines de semana de forma totalmente gratuita.En Suecia, tanto las estaciones de tren o de metro cuentan con elevadores para carritos, y no hay baño público que no cuente con una mesita cambiadora de pañales tanto en los baños masculinos como femeninos, así como lugares públicos específicos para amamantar, con microondas para calentar la comida del bebé si fuera necesario.En asuntos de ocio, las familias escandinavas explotan mucho la vida al aire libre o la participación en actividades culturales. El frío no supone un impedimento para frenar a las familias a suspender o modificar sus actividades, no obstante, ante posibles contratiempos, los museos y las bibliotecas son una alternativa de interior adaptado tanto para los padres como para los niños y que así todos disfruten de la experiencia, incluso se organizan grupos de madres y padres de baja en museos con sus recién nacidos a cuestas.La educación obligatoria comienza a partir de los seis años de forma totalmente gratuita. Los niños en Noruega tienen libertad para circular libremente sin preocupaciones, no tienen por qué ir acompañados a la escuela, sobretodo porque suelen vivir muy próximos al centro, pero tienen posibilidad de autobús gratuito o incluso taxi en función de la edad y la lejanía entre el centro educativo y sus hogares, incluidos los padres que aún lleven a sus bebés en el carrito.Las habilidades sociales suelen inculcarse desde bien pequeños a los niños escandinavos, antes incluso de acudir a las guarderías: están los conocidos como " grupos de maternidad", organizados en los centros médicos locales, donde alrededor de una decena de madres con parto reciente acuden para dar paseos y conocerse entre ellas con el fin de crear lazos de amistad y que sus hijos logreninteractuar entre ellos.

Las ventajas de conciliación familiar suelen estar asumidas en todo el entramado social, y esto también queda proyectado en el sector privado, por lo que los padres suelen contar con guarderías en instituciones como los gimnasios, cuyo servicio va incluido en el precio.Los restaurantes son otra baza que apuesta por las familias, donde la dieta infantil se amolda de forma que los niños coman de una forma adecuada y eficaz, más allá de los efectismos de la comida basura.Dentro del concepto de dieta, se suele cuidar la atención respecto al consumo de azúcar hasta el punto de estar prohibida en muchas guarderías. En la alimentación fuera del hogar, se prioriza que los niños traigan su comida de casa, ya que los comedores en la escuela son un hecho aislado.

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