La gasolina subió un 20% en enero

Por qué los carburantes no bajan de 1,50 euros ni lo harán en los próximos meses

El fin de la bonificación de 20 céntimos al carburante ha disparado sus precios durante el mes de enero. Expertos del sector aseguran que van a seguir subiendo por las restricciones del mercado a nivel mundial. 

(En la parte izquierda de la imagen) Cartel con indicadores de precios de combustible en una gasolinera, a 27 de diciembre de 2022, en Madrid (España). El Gobierno ha eliminado la bonificación generalizada al combustible para el año 2023 y ha decidido mantenerla solo para el colectivo de profesionales, que incluye a transportistas, agricultores, navieras y pescadores, por lo que el descuento de 20 céntimos desaparecerá el próximo 1 de enero para los clientes particulares. La prórroga del descuento de 20 céntimos por litro para el transporte profesional por carretera se abonará al final de cada mes. 27 DICIEMBRE 2022;FIN REBAJA CARBURANTE;ENERGÍA;GASOLINA;DIESEL;GASOLINERA Alejandro Martínez Vélez / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 27/12/2022
Por qué la gasolina ya no baja de 1,50€ ni va a hacerlo en los próximos meses
Europa Press

Llenar el depósito vuelve a ser un suplicio para los conductores españoles. El precio de la gasolina creció un 20% y el del diésel lo hizo un 16,7% durante el mes de enero, primero sin la bonificación de 20 céntimos al repostaje de carburantes que llevaba vigente desde abril del año pasado. Según los últimos datos publicados a nivel europeo, la gasolina de 95 octanos se paga en España a una media de 1,66 euros, mientras que el gasóleo crece hasta los 1,70 euros por litro, acumulando cinco semanas de subidas continuas.  

Esta situación, que agrava aún más la crisis de inflación que vive la economía española, tiene visos de extenderse durante las próximas semanas e incluso convertir a los 1,50 euros por litro en el suelo habitual de los precios de los carburantes, según auguran varios expertos consultados por La Información. En algunas gasolineras del centro de España, los precios habituales de los carburantes se acercan sigilosamente hacia los 2 euros. Esta situación se observa especialmente en provincias del norte peninsular, donde habitualmente son más altos. 

Si en algo coinciden los expertos consultados es en que las dos variables que vienen condicionado los mercados durante el último año y medio siguen absolutamente vigentes. Hablamos de la geopolítica internacional y de la incertidumbre que generan las decisiones de los distintos países productores: "Es un producto muy sensible a cualquier situación de inestabilidad", afirma Manuel Jiménez, presidente de la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (AESAE). 

Precios que suben como un cohete y bajan como una pluma

Esta situación no se entendería, en su opinión, sin explicar el funcionamiento habitual del mercado español como culpable de esta rápida subida en el primer mes del año. Los expertos lo denominan "efecto cohete y pluma", y hace referencia a que el mercado afronta la subida de precios en un período muy corto de tiempo, al tiempo que su vuelta a la normalidad se alarga mucho más. 

No tiene la misma opinión la patronal de las petroleras AOP, que refuta la existencia de este fenómeno y lo achaca a una percepción de los consumidores: "Cuando analizas los datos a largo plazo de cotizaciones internacionales y de los surtidores, no se confirma esa percepción. Los precios en el surtidor responden a los movimientos del precio que se dan a nivel mundial", defienden desde la asociación. 

Otra variable en la que concuerdan es en la afección de las sanciones a Rusia como respuesta a la invasión de Ucrania, algo que podría hacer sufrir los carburantes. Este 5 de febrero entra en vigor el embargo de la Unión Europea a las importaciones de todo tipo de productos refinados desde Rusia, que amplía la prohibición de importar crudos vigente desde hace meses. Esta decisión implica restringir la oferta disponible y se incorpora como un nuevo condicionante al precio. 

El director general de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), Nacho Rabadán, apunta a la existencia de un cuello de botella en el refino como clave para entender la situación actual: "De 2009 a 2022, la capacidad de refino en Europa ha caído un 19% al mismo tiempo que el consumo ha subido". A eso suma la caída "espectacular" de las ventas medias por estación de servicio, que en 2007 vendían 3,5 millones de litros frente a los 1,8 millones de 2022, prácticamente la mitad. "Si vendo menos litros, hay que subir el precio para alcanzar el umbral de rentabilidad", señala. 

Por esta razón defiende que "más estaciones de servicio no significa más competencia ni precios más bajos. Tiene que haber competencia, pero si las ventas medias caen por debajo de un determinado nivel, el margen bruto de distribución —diferencia entre el precio de venta al público antes de impuestos y la cotización internacional— tiene que subir para que esa estación de servicio cubra sus gastos". A este respecto, Jiménez (AESAE) incide en la falta de competencia como variable que condiciona la fijación de precios en el mercado: "Está muy limitada y controlada por un oligopolio, y esto lo sufrimos todos como consumidores", defiende.

Para Víctor García Nebreda, portavoz de AEESCAM —Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de la Comunidad de Madrid— los problemas con los precios en España "es bastante irrelevante a efectos del mercado internacional", ya que siguiendo el sistema de compras habitual, cree que el precio global del petróleo es el que determina el coste final que pagan los consumidores. 

García Nebreda cree que las mayores compras por parte de los países del Norte y Centro de Europa están distorsionando los precios, que sumado a las restricciones de oferta, producen que el precio tire al alza. "Hasta que se regulen y seamos capaces de sustituir los envíos de Rusia, el precio del diésel podría repuntar de forma puntual", declara. 

La tormenta perfecta llega desde China

Juan Carlos Higueras, economista y profesor de EAE Business School añade una variable más a la tormenta perfecta: el despertar de China. "Ahora mismo el precio del barril está a unos 80 dólares, más bajo que hace unos meses, pero la gasolina no acaba de bajar. El conflicto con Rusia puede hacer que haya menos cantidad de barriles en el mercado, pero si China despierta y empieza a crecer, va a necesitar y va a comprar mucho más petróleo del que ya consume, y eso va a hacer que suba el precio del petróleo". A su juicio, la única opción de que las cifras se relajen pasa por que el euro vuelva a fortalecerse frente al dólar —moneda de referencia en las compras de hidrocarburos— algo que beneficiaría a las economías europeas. 

En opinión de Jiménez, la subida de precios que se ha registrado en España no incluye todavía el efecto del embargo ruso. "Como es un mercado volátil y se ajusta rápidamente, las subidas no se darán hasta que se materialicen los cortes. Rabadán tampoco cree que esta subida de precios pueda notarse a partir del domingo: "Europa está importando diésel ruso a todo trapo, a un ritmo de 600.000 barriles diarios desde enero, y no lo notaremos a corto plazo porque no cabe más en los almacenes", defiende. 

Esta situación tampoco es fija, ya que factores como la climatología o la demanda de China pueden variar esta situación. "No hay proveedores alternativos. Con el petróleo es más sencillo, pero con el producto refinado no tanto. Ahora están entrando en servicio refinadoras en Kuwait, pero no tienen suficiente capacidad como para cubrir la demanda extra", explica el portavoz de CEEES. 

¿Bajarán los precios en algún momento? 

"Que a corto plazo veamos el diésel a 1,50 euros no lo veo muy factible. El mundo estuvo parado un año, bajó la demanda y luego la oferta, y volverla a poner en marcha para volver a abastecer a China o India es complicado. Cuando el bien es escaso, el precio sube. A medio plazo puede que nos estabilicemos en los precios que tenemos ahora o incluso un poco menos, pero todo dependerá de cómo evolucione la guerra. Probablemente nos quedemos un tiempo con los precios que tenemos ahora", concluye el portavoz de las gasolineras madrileñas. 

Para Higueras, "lo normal es que en un futuro se quede en torno a 1,50 euros. El coste del petróleo representa el 50% del valor final de la gasolina, pero ese restante son márgenes de distribución, refino, impuestos... y también sufren la inflación. Va a ser difícil que baje. Puede que lo haga si caen márgenes y demás variables, pero el efecto del petróleo sobre el coste de llenar el depósito es cada vez menor". Preguntado por si sería posible volver a ver precios de 2 euros por litro, responde rotundo: "No te extrañe". 

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