El plan de respuesta a la guerra de Ucrania está teniendo un impacto en los precios de la electricidad y de los combustibles. Así lo constatan los datos del índice de precios al consumo (IPC) que muestran una moderación de estos productos y la reducción de la tasa interanual hasta el 8,3%, frente al 9,8% registrado en marzo. Sin embargo, el encarecimiento de la energía se ha contagiado a otros elementos y la alimentación fue, en el cuarto mes del año, un 10,5% más cara que el año anterior. Varios de los productos básicos de la cesta de la compra acumulan incrementos de precio superiores a la tasa interanual del IPC.
En lo que va de año, los aceites y grasas han subido su precio un 25,4%, son un 48,4% más caros que en 2021. Los huevos son un 21,6% más caros que hace un año y la leche, un 13,2%. Otros alimentos, como la carne de ave, que suele ser de las más baratas del mercado, y los cereales y derivados también acumulan subidas de precios por encima de la tasa general del IPC. Las legumbres y hortalizas son un 12,8% más caras que hace un año y el café, cacao e infusiones, base del desayuno de muchos españoles, acumulan una subida de precio del 5,9% hasta abril.
Durante meses, el INE ha puesto de manifiesto que el incremento de precios de la alimentación estaba empujando a la tasa de IPC al alza, junto a la electricidad y los combustibles. Sin embargo, las medidas puestas en marcha por el Gobierno han ido fundamentalmente a amortiguar las subidas de los productos energéticos. En cambio, ninguna de las políticas aprobadas en el plan de respuesta a la guerra tiene un impacto directo sobre la cesta de la compra. En el último mes, la alimentación y las bebidas no alcohólicas han subido un 3,4%, según los datos de abril publicados por Estadística. Una estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), publicado a finales de abril, detectó subidas de precios del 10% en la mayoría de cadenas de supermercados.
La crisis energética ha pasado factura a toda la cadena de producción y, en algunos casos, los costes se han trasladado al producto final. Además, en el caso de los cereales y los aceites, la invasión de Ucrania ha tensionado todavía más los precios. Cabe recordar que más del 69% del aceite de girasol que importó España en 2021 provino de Ucrania. Casi el 30% del trigo que importa nuestro país, también tiene origen ucraniano. De hecho, durante las primeras semanas del conflicto, algunos supermercados llegaron a limitar la compra de aceite de girasol y su precio se disparó.
Este incremento de los precios en los alimentos no elaborados también se ha traducido en un encarecimiento de los elaborados, del 8,7% en tasa interanual, frente al 6,2% de marzo. "Los elevados precios de la energía y los alimentos han seguido filtrándose a los demás componentes de la cesta de consumo, y están aumentando de forma destacable el precio de los costes de transporte y producción. Esta tendencia, que se podría mantener los próximos meses, ha vuelto a empujar la inflación subyacente al alza", apuntan desde CaixaBank Research, que alertan de que "el foco de atención se traslada a los alimentos" que aportaron 2,4 puntos a la tasa interanual del IPC.
Si se observa la evolución de la inflación subyacente se evidencia este traslado de los precios de la energía a otros componentes, entre ellos, los alimentos elaborados. En tasa interanual, este índice que excluye los productos energéticos y la alimentación no elaborada, se situó en el 4,4%, su tasa más alta desde 1995. La primera Semana Santa sin restricciones desde que se inició la crisis del coronavirus también ha provocado subidas en los precios de los billetes de avión, así como de los servicios de hostelería y restauración. Los paquetes turísticos subieron 10,7% con respecto al mes anterior y los servicios de alojamiento lo hicieron un 11,7%, frente a marzo.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, calificó de "inaceptable" el nivel de inflación, pese a la reducción de un punto y medio porcentual, con respecto a la tasa interanual alcanzada en marzo. En esta línea, la vicepresidenta insistió en que el Gobierno "hará todo lo posible" por contener los precios. Con el tope al gas ya aprobado en Consejo de Ministros, el Ejecutivo sigue teniendo como tarea pendiente la inflación, más allá de los precios energéticos, y la escalada de los precios de la mayoría de productos básicos de la cesta de la compra.
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