A doble dígito hasta final de año

El alza de precios en origen del 68% avanza que los alimentos subirán aún con fuerza

En línea con el Banco de España, Funcas calcula que los precios de los alimentos subirán de media un 11,7% este año (con un encarecimiento del 13,5% en el caso de los elaborados) y que todavía lo harán un 5,3% el que viene.

España exportó casi un 16% más de alimentos y bebidas el pasado enero
El alza de precios en origen del 68% avanza que los alimentos subirán aún con fuerza
Europa Press

En abril los precios de los alimentos frenaron algo su escalada en España. Subieron de media un 12,9%, es decir, 3,5 puntos menos que en marzo, sin que exista precedente de una contención tan fuerte en un solo mes desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) recaba los datos del IPC. Pese a ello, la presión que el encarecimiento de la cesta de la compra ejerce en el bolsillo de las familias sigue siendo notable y todo apunta a que se mantendrá, al menos, a lo largo de este y del próximo año. Pese a que algunos de los principales costes que soporta la cadena alimentaria vienen reduciéndose los últimos meses (como los de la energía, piensos o fertilizantes) la sequía, la falta de existencias de muchas materias primas agrícolas que se ha venido arrastrando desde la pandemia, la persistencia de algunos cuellos de botella o la guerra en Ucrania llenan de nubarrones el horizonte y ponen trabas a la esperada caída de precios.

Una de las claves para tratar de prever que sucederá con alimentos los próximos meses es la transmisión de los precios de origen a los precios de consumo, pasando por los precios de producción de la industria alimentaria. Desde finales de 2020, el incremento acumulado de los precios en origen ha rondado el 63% tanto en la UE (datos hasta marzo) como en España (datos hasta enero). Desde CaixaBank Research explican que la transmisión de estas alzas a los precios de producción de la industria alimentaria y a los precios de consumo ha sido solo parcial, puesto que estos acumulan un aumento del 36% y del 26%, respectivamente. Aunque esa traslación no tiene que ser pareja entre el origen y el consumo, "el hecho de observar diferencias todavía importantes sugiere que aún podría quedar cierto margen de transmisión a los precios finales", apuntan en su último informe mensual. 

En concreto y por tipo de producto, la transmisión entre precios de origen y de consumo tiene mayor recorrido para productos cárnicos. Mientras que el recorrido al alza para cereales y sus derivados, productos lácteos y, sobre todo, para los aceites "parece más escueto". Este análisis coincide con el del Banco de España, que advierte de que la inflación subyacente (aquella que excluye de su cómputo los elementos más volátiles) y el precio de los alimentos seguirán tensionados los próximos meses porque "la transmisión de los aumentos pasados de costes a los precios finales de los bienes y servicios de consumo está sometida a ciertos desfases". La tasa de los alimentos, que tocó techo en febrero en el 16,7%, podría no haber alcanzado aún su pico, según la entidad.

Subidas de precios de doble dígito los próximos meses

"No solo no han visto su techo, sino que muy probablemente seguirán registrando subidas de doble dígito los próximos meses", apunta a 'La Información' el economista Javier Santacruz. En contra de lo que sucedía el año pasado, ahora es cuando parte de la cadena está pudiendo repercutir mejor el aumento de los costes tanto en origen (explotaciones agrarias), como los derivados de la logística y también en los productos exportados que provienen de países extracomunitarios, como es el casi de los cítricos. Los precios al contado de las materias primas agrícolas están superando los precios de los futuros por la escasez y la sequía y esto provocará que los alimentos sigan subiendo. 

En este contexto de menor oferta doméstica por la sequía ganará peso el desempeño de otros países productores de alimentos europeos. En CaixaBank apuntan a que los precios de parte de los productos agroalimentarios en la Unión parecen haber cambiado de tendencia y, de hecho, presentan una caída en los últimos meses. Estos retrocesos son más evidentes en el caso de los cereales (–14,3%) y de los productos lácteos (-12,5%). También han roto su tendencia alcista los precios de aceites vegetales, que descienden un 3,2% en lo que va de año, aunque se mantienen en niveles muy elevados. La excepción está en los precios de la carne, que el año pasado fueron los que mostraban un desempeño menos extremo, pero que en los últimos meses han vuelto a repuntar y, con ello, acumulaban un aumento de cerca del 80% hasta marzo en relación a finales de 2020.

El propio Banco de España ya advirtió recientemente de que los precios de los alimentos subirían de media un 12,2% en el conjunto del ejercicio y Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorros, prevé que lo hagan un 11,7%, si bien estima que los productos elaborados llegarán a escalar alrededor del 13,5%. De cara al año que viene la fundación prevé que la cesta de la compra se modere con fuerza -subiría en torno al 5,3% de media-, aunque para entonces el efecto acumulativo será notable y seguirá restando poder de compra a los consumidores. 

Fuentes del ministerio de Asuntos Económicos destacan que los datos definitivos de inflación del mes de abril, publicados el viernes, muestran una fuerte bajada de la inflación de los alimentos, que ha contribuido a que la inflación subyacente se modere casi un punto. "En estos meses del año hay una enorme volatilidad en el ámbito de la inflación porque estamos comparando con los datos de hace un año cuando se desencadenó la guerra", recuerdan, e inciden en que la política desarrollada está siendo eficaz a tenor de los datos. En relación a una posible prórroga de la rebaja del IVA, que en principio está vigente hasta junio, el Gobierno seguirá analizando la evolución de la inflación.

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