El problema de la inflación

La resistencia a bajar de los precios y los tipos amenazan el consumo hasta junio

Preocupa la "persistencia" de una inflación subyacente -la que excluye de su cómputo la energía y los alimentos frescos- que ha escalado en diciembre hasta el 6,9%, situándose por encima de la tasa general

La tormenta perfecta de inflación y tipos sobre el consumo
La tormenta perfecta de inflación y tipos sobre el consumo
Europa Press

La tasa anual de inflación mantuvo en diciembre la senda de moderación que inició en verano y despediría el último mes del año en el 5,8%, de acuerdo con el avance publicado por el Instituto Nacional de Estadística. El mes pasado fue el primero desde que se agravó la crisis de los precios en el que la subyacente, que excluye de su cálculo los componentes más volátiles como los alimentos frescos y la energía, se situó por encima de la tasa general (en el 6,9%). Esto ya ha sucedido en otras ocasiones, como entre 2014 y 2016. Sin embargo, por entonces el IPC prácticamente estuvo estancado o en negativo, mientras que Eurozona en general y a España en particular han afrontado un incremento histórico del coste de la vida en el último año.

La inflación subyacente es la referencia que toman en cuenta el Banco Central Europeo (BCE) o los economistas para analizar si la subida de los precios se está convirtiendo en un problema estructural. Su resistencia a la baja preocupa por los efectos que pueda tener en el corto o medio plazo en el consumo, sobre todo en un momento en el que los hogares van a tener que afrontar una subida notable de las cuotas hipotecarias por el alza de tipos con la que el emisor pretende controlar la subida de precios. Ese incremento de cuotas se produce con un cierto retraso en relación al momento en que el BCE aplica cada subida de las tasas oficiales.

Los bancos han encarecido su escaparate de hipotecas a tipo fijo y el Euríbor, el principal indicador en España para las de tipo variable, despidió diciembre en el 3,018%, su nivel más elevado desde los primeros meses de la crisis financiera en 2008, y hay quienes lo sitúan entre el 3,5 y el 4% este año, dado que el BCE ha dejado claro que seguirá siendo igual de contundente los próximos meses en su lucha contra la inflación. Lo preocupante de una subyacente en niveles que no se veían desde los 90 es su persistencia que, como explica a 'La Información' María Jesús Fernández, economista senior de Funcas, "pone de manifiesto la existencia de presiones estructurales alcistas sobre los precios".

El consumo y la importancia de las expectativas

Y no es un problema que vaya a solucionarse de inmediato. De hecho, va a ser una constante los próximos meses, según Miguel Cardoso. El economista Jefe para España de BBVA Research advierte a este diario de que es muy probable que veamos tasas de inflación general más bajas sin que la percepción de la gente vaya a cambiar, puesto que el precio de la mayor parte de los bienes y servicios seguirá subiendo. En la entidad prevén que la tasa anual se sitúe de media en el 4% en el actual ejercicio y que la subyacente lo haga en el 5%. 

La lectura positiva para los expertos es que, en general, el aumento de la demanda interna es aún bastante sólido y ha permitido a las empresas trasladar cada vez más rápido a los precios una parte del aumento de los costes. Lo negativo es que viendo la aceleración de estos últimos y en ausencia de alzas salariales, los consumidores podrían revisar sus expectativas a la baja. "La caída en el primer semestre puede ser más dura", advierte Cardoso y recuerda esa revisión al alza que está aún por venir en las hipotecas con una subyacente que puede enquistarse. 

La inflación de servicios y la industrial se moderan

Es normal que una parte del aumento de los costes se trasladase a precios, si bien, el aumento de los bienes importados debe repartirse, a su juicio, entre los distintos actores económicos. Si se percibe que las empresas no asumen su parte en el aumento de esos costes, los trabajadores empezarán a exigir más incrementos salariales, lo que nos puede colocar en un "círculo vicioso". De momento, esto no estaría sucediendo. El economista José Carlos Díez apunta a que la inflación más preocupante, la que afecta a los servicios, está en el 3,8%, por debajo incluso de la alemana (3,9% en diciembre)

La de los bienes industriales también se está moderando gracias al abaratamiento de la energía. La más difícil de controlar, sin embargo, será la de los alimentos. José Carlos Díez recuerda que la oferta en muchos casos (en el del aceite, el cereal o el vino) tardará en reflejar los efectos de las lluvias, por lo que es muy probable que la tensión en los precios de estos productos se mantenga hasta la primavera. El economista incide, además, en la inercia de la subyacente en un momento en que las negociaciones salariales entre patronal y sindicatos están en marcha (y cuando el Ministerio de Trabajo deberá decidir además en las próximas semanas sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional para este año). 

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