Presidente de GM augura la plena capacidad para la planta de Zaragoza en 2017

Barcelona, 6 nov.- El presidente de General Motors (GM) en España, Antonio Cobo, ha augurado hoy que la fábrica de Figueruelas (Zaragoza) trabajará a plena producción en el año 2017, lo que supondría fabricar unos 480.000 vehículos al año.

En declaraciones a los periodistas, tras participar en el Encuentro de la Automoción que organiza la escuela Iese, Cobo se ha mostrado convencido de que este objetivo podrá conseguirse si se cumplen las expectativas creadas de recuperación del mercado español de la automoción, de la mano de una salida de la crisis.

Cobo ha asegurado que la compañía que preside se ha preparado en los últimos años para poder iniciar una recuperación, que se ha empezado a dibujar gracias a la adjudicación de nuevos modelos, que ya tienen fecha para iniciar la producción.

El pasado mes de agosto comenzó el lanzamiento del modelo Mokka y en noviembre se llevará a cabo el del nuevo Corsa, lo que hace que Cobo vaticine "un 2015 en el que la situación será radicalmente diferente".

En las últimas semanas, la alianza GM y PSA ha anunciado además la fabricación de un monovolumen del segmento B, que se ensamblará en Zaragoza.

En el 2013, la planta de Figueruelas prevé superar los 280.000 vehículos producidos y la fábrica avanzará a partir de ahí hasta poner en marcha cinco turnos de producción y llegar a los 480.000, lo que supone la plena capacidad.

En este horizonte, Cobos ha señalado que una de las principales consecuencias sería la recuperación de los algo más de mil empleados que actualmente están afectados por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal puesto en marcha en la planta.

También permitiría contratar de nuevo a otro millar de personas afectadas por algún ERE similar en la industria auxiliar situada al entorno de Figueruelas.

En la actualidad, en la planta de Opel en Zaragoza trabajan 5.000 personas de manera directa y la fábrica da empleo a otras 20.000 en la zona.

Durante su conferencia, Cobos se ha mostrado confiado en que el acuerdo cerrado hace unos meses con los sindicatos en Zaragoza y que recoge sacrificios laborales garantice la competitividad de la planta en los próximos años, aunque ha advertido que "nunca hay que marcar líneas rojas" y que el proceso de revisión debe mantenerse.