Presidente sursudanés se dispone a firmar acuerdo de paz

  • El presidente Salva Kiir se disponía a firmar este miércoles un acuerdo de paz, ya refrendado por los rebeldes, que pondría fin a 20 meses de guerra civil en Sudán del Sur, aunque persistía la prudencia en vista de las reservas emitidas por el gobierno en ciertos puntos.

Los presidentes de Kenia, Uganda, el vicepresidente de Sudán, y el primer ministro de Etiopía estaban reunidos en el palacio presidencial de Juba, donde estaba previsto que el presidente de la República de Sudán del Sur firme el acuerdo de paz, según un portavoz de la presidencia.

Esto, pese a las reservas del gobierno sursudanés sobre algunos puntos del acuerdo, entre los cuales la desmilitarización de Juba o la importante representación de los rebeldes en el reparto del poder local en el estado petrolero de Alto Nilo, de acuerdo a la misma fuente.

Radio Tamazuj, una estación independiente, indicó que los dirigentes africanos hablaban justamente sobre estos puntos de fricción a media jornada con los responsables del partido en el poder en Juba.

Estas "reservas persistentes" podrían indicar que las autoridades sursudanesas estarían dispuestas a ratificar únicamente una parte del acuerdo.

El acuerdo fue ya refrendado el 17 de agosto en Adis Abeba por el exvicepresidente Riek Machar, jefe de los rebeldes que se enfrentan a las fuerzas gubernamentales desde diciembre de 2013.

Pese al ultimátum lanzado por la comunidad internacional y a la amenaza de sanciones, el presidente Kiir se había negado a firmarlo y obtuvo un plazo de 15 días para "consultas".

El Instituto de Estudios sobre la Seguridad (ISS), con sede en Sudáfrica, atribuía el miércoles parte de las reticencias de Kiir a los "elementos radicales (de su propio campo) que se oponen a que se hagan demasiadas concesiones al campo de los rebeldes".

Según los observadores, el conflicto en Sudán del Sur ha dejado decenas de miles de muertos, incluyendo numerosos civiles.

Unos 2,2 millones de sursudaneses han huido de sus viviendas por los combates y sus secuelas de matanzas étnicas y atrocidades. Más del 70% de los 12 millones de habitantes necesitan ayuda para subsistir, según la ONU, que advierte de una amenaza de hambruna.

La guerra ha destruido parte del aparato de producción petrolera, única fuente de recursos del país, que figura entre los menos desarrollados del mundo.

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