Financiación familiar

Préstamos a familiares o amigos: ¿en qué casos hay que pagar impuestos?

Formular un contrato y presentar el modelo 600 de la AEAT, son pasos imprescindibles para no tener problemas con el fisco en los casos de préstamos a familiares o amigos. 

Los préstamos entre familiares y amigos tienen que rendir cuentas con Hacienda.
Los préstamos entre familiares y amigos tienen que rendir cuentas con Hacienda.
La Información.

Para la entrada de una vivienda, la compra de un coche, unas vacaciones especiales… Los motivos por los que se puede necesitar un dinero extra son variados, y más ahora en plena crisis económica derivada del Covid–19. Acudir al banco no siempre es posible, y además conlleva un pago de intereses que, aunque ahora estén más bajos que nunca, siempre nos van a hacer devolver más de lo prestado. Es por ello por lo que, siempre que se puede, acudimos a familiares (o amigos) para financiarnos.

Un familiar puede prestarnos dinero al 0%, pero la clave se encuentra en que debe ser un préstamo, ya que si fuese una donación si debería pasar por el fisco y el 0% se convertiría en una horquilla del 7,65% al 34% dependiendo de la cantidad donada, el patrimonio preexistente y el grado de parentesco. Cuanto más lejano sea, más se pagará. Eso sí, cada comunidad puede aplicar diferentes bonificaciones en función de la edad, el uso que se vaya a hacer del dinero o, de nuevo, el grado del parentesco.

Eso sí, tal y como advierten desde Finect, la Agencia Tributaria suele vigilar este tipo de operaciones para evitar fraudes en el pago del impuesto de donaciones. “En otras palabras, que no se hagan préstamos ficticio para no pagar por donaciones”, afirman. Por eso mismo el organismo exige firmar un préstamo entre particulares que resuma las condiciones de la operación.

Cualquier tipo de escrito debidamente redactado y firmado podría servir como contrato, siempre, evidentemente, que lo conservemos. Sin embargo, si queremos salir airosos de un posible análisis exhaustivo de la Agencia Tributaria es recomendable redactar el máximo posible los datos de este proceso de financiación entre particulares, especialmente los períodos de carencia.

Es decir, si el acuerdo contempla empezar a pagar tras cinco años, esta información debe quedar debidamente registrada en el contrato, ya que en estos casos el fisco puede interpretar que se trata de una donación encubierta y hacerte pagar por ella. De lo que sí se puede prescindir es de los gastos de gestoría y de las comisiones de estudio y constitución.

Además del periodo de carencia, a la hora de redactar el contrato, las partes que no pueden faltar son: la fecha y el lugar donde se realice la firma. La identificación del prestatario y prestamista. La cantidad que se presta. El plazo del préstamo o cuánto tiempo va a durar el préstamo. Los intereses que se aplicarán, que pueden ser a tipo 0%, pero si el acuerdo implica un pago de intereses debe concretarse.

El modelo 600

Además del contrato, la segunda exigencia de Hacienda es rellenar el modelo 600 de la AEAT, también conocido como o el modelo del impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos, que es el mismo que se usa para liquidar una donación. Para presentarlo tendremos 30 días, que empiezan a contar desde el momento que se formaliza el acto de préstamo. Al tratarse de un impuesto cedido a las Comunidades Autónomas, cada una de ellas tiene su propio Modelo 600 y regula este impreso de una forma distinta.

La mayoría de las webs de los departamentos tributarios de las distintas comunidades autónomas tienen una guía específica en la que podremos ver cómo rellenar este documento. A la hora de presentar el documento es importante que lo acompañemos del contrato que hayamos formalizado. Con ello Hacienda tendrá las condiciones de la operación y podrá monitorizar si se cumplen los pagos. De hecho, “que se vaya devolviendo el dinero mes a mes es el principal baremo para determinar si un préstamo es una donación encubierta”, señalan desde Finect.

De todos modos, lo mejor para no tener que recurrir a terceros para financiarse es comenzar a ahorrar cuanto antes. Aunque el importe que podamos destinar mensualmente a este objetivo pueda parecer irrisorio, si se invierte a largo plazo, la magia del interés compuesto hará el resto.

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