Previsiones cambiantes

España arranca el año con sus primeros PGE desde 2018 en plena incertidumbre

La situación económica de 2021, mientras el coronavirus empieza a ser neutralizado por las vacunas, continúa siendo una incógnita. En la política también hay dudas por la relación entre PSOE y UP.

El vicepresidente Pablo Iglesias cumplimenta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El vicepresidente Pablo Iglesias cumplimenta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
EFE / Mariscal

El nuevo año empieza con algo que no era habitual en los últimos calendarios... y no se trata de la campaña de vacunación contra el coronavirus. 2021 arranca con unos renovados Presupuestos Generales del Estado, los primeros desde 2018, que dejan atrás una etapa excepcional marcada por las dos prórrogas que el Gobierno realizó de los que diseñó Cristóbal Montoro cuando aún gobernaba el PP de Mariano Rajoy. Unas cuentas marcadas por la pandemia y que están bajo el paraguas del mayor techo de gasto de la historia, por lo que se espera que proliferen las grandes inversiones y reformas que la coalición de PSOE y Unidas Podemos quiere llevar a cabo al calor de los fondos europeos. Pero los PGE también dependen de la evolución de la economía, mientras se convive con el coronavirus, y de las tensiones políticas, que no paran de aumentar. Incluso entre los socios del Ejecutivo del central de coalición. 

Estas cuentas, elaboradas por el Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero, contemplan un gasto social inédito que se justifica con el maná europeo. Los fondos de la UE son los que, según el Ejecutivo, permitirán gastar 4.200 millones de euros en pensiones, otros 2.000 en el Ingreso Mínimo Vital (a pesar de que se deniegan más de los que se aprueban), 600 millones en dependencia y 300 en la ampliación de los permisos de paternidad de 12 a 16 semanas. Y aunque el sostén radica en la ayuda desde Bruselas, el Ejecutivo confía en que sean las subidas de impuestos y la creación de otros nuevos, además de la esperada recuperación, lo que permita que sus cuentas superen el año con éxito. Victoria que llegaría si se cumple la idea de Moncloa de recaudar más en 2021 que en 2019, último ejercicio sin coronavirus. 

Aunque el Gobierno ha depositado esa esperanza en los PGE -definidos por los partidos del Gobierno de coalición como los más sociales de la historia reciente- no existen garantías de que vayan a colmar las expectativas. La previsión de ingresos recuerda a la que hubo en el proyecto de 2019, que fue desestimada por instancias como la AiReF, entonces presidida por el actual ministro de Inclusión, José Luis Escrivá. Los 121.770 millones que Hacienda aspira a meter en caja estarían avalados con el crecimiento del PIB al 9,8% calculado por el Ejecutivo. Otra cuestión sobre la que no hay nada claro, dado que el Consejo de Economistas apuntó en su última revisión a una contracción del 12,2% y a un crecimiento de tan solo el 5,5% en 2021. Lo que respondería a esa incertidumbre económica sobre la viabilidad de las empresas y los empleos, que tampoco ve clara el Banco de España, que cifra la subida de la economía en una horquilla de entre el 4,2% y el 8,6%.

Las nuevas cuentas también 'adelantan' parte de ese plan de recuperación que acordaron los líderes europeos tras superar varios obstáculos. Como los que pusieron primero Países Bajos o Finlandia, que lograron que gran parte de las ayudas se convirtieran en préstamos, o los finales de Hungría y Polonia, que amenazaron con vetar la aprobación. En los PGE habrá 23.634 millones de los 140.000 con los que contará el Gobierno entre transferencias directas y créditos. Pero no está claro cuándo comenzará a llegar ese dinero de manera efectiva a las arcas españolas. Circunstancia que no ha disuadido a Hacienda de emplearlos para financiar la mejora de las infraestructuras sanitarias, la compra de las vacunas, el refuerzo a las políticas de empleo o las grandes inversiones en políticas sociales.

De esta manera, los primeros Presupuestos que ha logrado sacar adelante un Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez serán los protagonistas económicos de un ejercicio que seguirá marcado por la incertidumbre. Su idea es que las vacunas ayuden a que la economía empiece a remontar conforme se recupera la normalidad en la vida de la ciudadanía. La incógnita continúa siendo saber qué ocurrirá si el proyecto presupuestario no da los resultados esperados. El Ejecutivo no ha confirmado si tiene un 'plan B' que le facilite una salida en el caso de que vengan mal dadas. Sobre todo, porque en los PGE no están incluidas las posibles prórrogas de los ERTE o las prestaciones extraordinarias para los autónomos por la pandemia. La respuesta puede estar en el Fondo de Contingencias e Imprevistos, que en 2021 estará dotado de 3.889 millones. Una cantidad que puede cubrir algunas partidas no previstas. Pero cuyos recursos son ínfimos.

Las dudas del año político

Otros asuntos que pueden marcar el devenir de las cuentas públicas tienen que ver con la evolución de las relaciones políticas en el nuevo año. El foco estará precisamente en cómo avanza la coalición de PSOE y Unidas Podemos, que afronta 2021 con una gran batalla incipiente: la de la reforma de las pensiones. Ambos partidos ya velan armas para la disputa que sin duda marcará el futuro del Gobierno conjunto. Y eso que los morados no son los únicos que rechazan una ampliación del cálculo de la cotización de los 25 a los 35 años, ya que dentro de los socialistas también hay división por esa propuesta que, al menos oficialmente, aún no ha puesto sobre la mesa el Ministerio de Seguridad Social. Sin olvidar que las tensiones entre los de Sánchez e Iglesias abarcan otros campos, como el SMI o la Casa Real. Roces que, si se sigue la dinámica de 2020, incluso aumentarán.

Cataluña también ofrecerá varias claves, dado que es una de las regiones más beneficiadas por los PGE tras el pacto de Moncloa con ERC para lograr el apoyo de estos últimos en el Congreso. La delicada economía catalana recibirá una inyección considerable de fondos, además de contar con privilegios con respecto a otras comunidades, como la gestión directa del Ingreso Mínimo Vital. Lo que está por ver si los más afines al Gobierno pueden controlar el Govern. La opción preferencial es la de Salvador Illa, que abandonará próximamente el Ministerio de Sanidad para centrarse en esta tarea. Pero si Pere Aragonès puede llegar a 'president', Sánchez volvería a tener un aliado al frente de la CCAA que más problemas políticos entraña.

En el Ejecutivo insisten en destacar las virtudes de un Presupuesto que puede movilizar hasta 239.000 millones de euros en los próximos 12 meses. La ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia a través de los fondos europeos será determinante para que los PGE tengan un buen desempeño. La lucha contra el coronavirus a través de las vacunas será otro de los asideros de Moncloa. Unos recursos que estarán a expensas de cómo se desarrolle la actividad económica. El año 2020 ha sido muy duro en términos económicos y sociales. La idea es que 2021 no lo sea... pero la incertidumbre continúa latente. 

Mostrar comentarios