El Gobierno se reserva 2.300 millones para afrontar la negociación con el PNV

  • El Ministerio reconoce que tiene "margen para negociar" con el PNV la mejora de las cuentas públicas durante la tramitación parlamentaria.
Montoro entregando los Presupuestos en el Congreso
Montoro entregando los Presupuestos en el Congreso
José González

 Martes 3 de abril a primera hora de la mañana. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se dirige al Congreso en el coche oficial para presentar los Presupuestos Generales del Estado de 2018. Suele desayunar una tostada con aceite y este día también ha sido fiel a su cita matutina. Su intención es destacar que se trata de unas cuentas que cuidan a los más necesitados: pensionistas, jóvenes, rentas bajas y medias, dependientes... Y dejar claro que el Gobierno de Rajoy cuida a los colectivos más vulnerables. Pero también se ha guardado algunas zanahorias para repartir en las próximas semanas.

El argumentario de Montoro sirve para hacer frente a la presión social de miles de jubilados que están saliendo periódicamente a las calles para protestar por su situación. Pero el Ejecutivo, pese a todos los anuncios, se reserva varios cromos para poder intercambiarlos durante la negociación parlamentaria con los que fueron sus socios en los Presupuestos de 2017 y a quienes necesitan también este año, el PNV. Desde Bilbao se ha mantenido un silencio sepulcral en este día, aunque en las horas pasadas insistían en que si no se ponía fin al artículo 155 en Cataluña no cambiarían de opinión.

Uno de los ases en la manga que se ha reservado el Ejecutivo se encuentra en la sección 35 de los Presupuestos de 2018, relativa al Fondo de Contingencia de ejecución presupuestaria. En concreto, Hacienda dispone de 2.396,68 millones de euros para imprevistos que pudieran surgir. Esta partida se podría utilizar para determinadas partidas no recogidas en el proyecto de ley que se ha conocido este martes. El año pasado este Fondo de Contingencia fue algo menor, de 2.352 millones, y en 2016 ascendió a 3.000 millones. 

El Gobierno mantiene así un colchón para poder aceptar durante la negociación presupuestaria determinadas enmiendas parciales que incrementen el gasto público. Todos los ojos están puestos en los nacionalistas vascos, ya que con el resto de partidos hay acuerdo. El PNV tendría que cambiar radicalmente su postura en las tres próximas semanas para que estos Presupuestos consigan superar la votación de las enmiendas a la totalidad que tendrá lugar a finales de este mes, el día 25 ó 26.

Otra zanahoria que se ha reservado el ministro Montoro para esta negociación presupuestaria es la famosa prima fiscal para los jubilados senior. El propio titular de Hacienda reconoció hace unas semanas que su departamento estaba trabajando en una deducción en la cuota del IRPF para aquellos pensionistas de mayor edad, en torno a los 80 años, para compensar "los costes inherentes" que soportan por la avanzada edad. En los Presupuestos no hay ni rastro de esta medida que sí se podría incluir en la próxima fase de enmiendas parciales.

Montoro habló de unos Presupuestos en línea conservadora que plantean una "moderación del crecimiento del gasto". Es decir, Hacienda es consciente de que algunas partidas se pueden mejorar (elevar algunos porcentajes) y que hay "margen" para ello, de ahí la importancia que le dan en el Gobierno a superar la primera votación de las enmiendas a la totalidad. Las zanahorias de Montoro, esas que él mismo reconoció que estaban reservadas para cuando se aproximaran las elecciones, han llegado a los Presupuestos, aunque de forma parcial.

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