Primer grupo de cubanos varados en Costa Rica reanuda su viaje a EEUU

  • Un primer grupo de 180 migrantes cubanos, de casi 8.000 varados en Costa Rica, se despidieron este martes de sus compatriotas entre aplausos, abrazos y lágrimas, horas antes de tomar un avión que los llevaría a El Salvador para retomar su marcha a Estados Unidos.

Los isleños que tenían previsto viajar se congregaron en el parque de la localidad costarricense de La Cruz, cerca de la frontera con Nicaragua, donde estuvieron albergados por más de dos meses en muchos casos, para tomar el bus al aeropuerto de la localidad de Liberia, 57 kilómetros al sur, desde donde viajarían a El Salvador.

La despedida se hizo en un clima festivo cuando los migrantes que realizarían el viaje eran llamados para su identificación previa a su traslado al aeropuerto, entre los aplausos y abrazos de sus compatriotas que los acompañaron los últimos meses en albergues en el norte de Costa Rica.

Tras su aterrizaje en San Salvador, continuarán por autobús hacia el puesto fronterizo con Guatemala de La Hachadura, cerca del litoral Pacífico, desde donde seguirán hacia Tapachula, sur de México, y a partir de allí deberán continuar su camino por su cuenta.

El viaje despierta entusiasmo pero también temor por la travesía que les espera, sobre todo cuando deban atravesar México.

Autoridades mexicanas indicaron que les otorgarán una visa de 20 días para que atraviesen el país rumbo a la frontera con Estados Unidos.

En Estados Unidos no está claro cómo serán recibidos, aunque funcionarios norteamericanos han dicho que se mantiene vigente la política de "pies secos/pies mojados", que permite a los cubanos quedarse legalmente en Estados Unidos una vez que pisen ese territorio. Por el contrario, los interceptados en el mar son devueltos a la isla.

"El viaje hasta aquí no fue fácil, pero lo más duro lo encontramos aquí", recordó el camionero Rubén Chil, en una referencia a la decisión de Nicaragua de cerrarles el paso a los cubanos desde noviembre.

La medida nicaragüense hizo que 7.800 cubanos quedaran varados en Costa Rica y otros 2.000 en Panamá en espera de una solución para continuar el recorrido. La salida fue el vuelo a El Salvador y el subsecuente viaje por tierra al sur de México.

Chil espera llegar cuanto antes a Miami, donde tiene familia, para conseguir empleo como camionero y mandar a llamar a su esposa y dos hijos, quienes quedaron en Guanajay, Cuba.

Yordani Casanova, de 33 años, está igual de emocionado. Propietario de un negocio de bebidas a base de hierbas naturales en Puerto Padre, este de la isla caribeña, viajó junto a su esposa, Lisleni Fernández.

Su esposa acotó que quieren trabajar en lo que sea en Estados Unidos, y quizás en dos años puedan reclamar a sus dos hijos, de 4 y 8 años, quienes quedaron con sus padres en Cuba.

Aunque están temerosos. "Nos han dicho que en México hay unas bandas que les dicen Los Zetas que asaltan en los caminos y que hay zonas peligrosas", advirtió Casanova.

Para evitar esos peligros, la traductora Liena Cabezas, de La Habana, comentó que pretende tomar un vuelo en el sur de México hasta alguna ciudad cercana a la frontera con Estados Unidos.

El vuelo ha sido descrito por las autoridades centroamericanas como un "plan piloto" que permitirá organizar la salida de los restantes isleños a partir de la próxima semana.

La directora de Migración de Costa Rica, Katia Rodríguez, dijo a los cubanos congregados en la plaza de La Cruz que autoridades de los países involucrados en el tránsito de los cubanos se reunirían la próxima semana para decidir las etapas siguientes para el traslado de los que quedaron.

Adelantó que aquellos que no pueden reunir recursos para pagar los 555 dólares que cuesta el traslado hasta Tapachula deberán esperar una solución y quedarían para el final de los traslados.

La salida del primer grupo generó revuelo en los albergues improvisados desde noviembre en la localidad de La Cruz. Mientras los viajantes se preparaban para el viaje, los otros jugaban bola, lavaban ropa o descansaban en colchonetas distribuidas en aulas y gimnasios de colegios.

La Organización Internacional de las Migraciones (OIM), adscrita a la ONU, dijo en un comunicado que el primer grupo fue seleccionado por su capacidad de pagar el costo del viaje, incluyendo transporte aéreo y terrestre, alimentación e impuestos fronterizos.

mas/ll

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