La línea eléctrica subterránea, inaugurada en febrero por las autoridades de ambos países tras tres años de obras, debe llevar las capacidades de interconexión a 2.800 megavatios (MW), con el objetivo de garantizar el suministro eléctrico de los dos países.
"Las capacidades medias esperadas para 2016 están sin embargo limitadas a 2.000 MW debido a tensiones en la red española" explicó la Comisión de regulación de Energía (CRE).
Cita como razones, en un comunicado, la puesta en marcha de solamente un transformador y a un refuerzo de la red española que "no se realizó según el esquema previsto inicialmente".
La interconexión a ambos lados de los Pirineos, sobre 65 km, entre Baixas (Pirineos Orientales franceses) y Santa Logaia (Cataluña, noreste de España), costó 700 millones de euros, de los cuales 225 millones de subvenciones europeas.
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