Francia habla de quiebras en comercios y de daños ya por valor de 10.000 millones

  • El ministro de Finanzas avisa: "La factura debe ser asumida por el Estado, por la solidaridad y por las aseguradoras".
Protestas chalecos amarillos
Protestas chalecos amarillos
Efe

Los daños materiales provocados por los disturbios registrados en Francia por cuarto sábado consecutivo debido a las protestas de los 'chalecos amarillos' son "un desastre" para la economía del país, según el Gobierno, y tendrán un impacto en el comercio, advirtió la patronal de la pequeña empresa. "La factura debe ser asumida por el Estado, por la solidaridad y por las aseguradoras", declaró a la prensa el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.

Igualmente, el presidente de la patronal de la pequeña empresa, François Asselin, que da por seguro que el impacto económico será de unos "10.000 millones de euros", avanzó que habrá "numerosas quiebras" en el comercio, que está "en primera línea" de los damnificados tras cuatro sábados consecutivos de movilizaciones, que en muchos casos han degenerado en violencia.

En una entrevista publicada este domingo por Le Journal du Dimanche, Asselin afirmó que están "muy inquietos", y que el final de año va a ser "muy complicado" para muchas compañías, sobre todo para las pequeñas, y remarcó que "no hay que hacerse ilusiones, habrá impacto en el último trimestre y nuestro crecimiento no será el que se esperaba".

En la jornada del sábado la actuación policial terminó con muchos más arrestos -1.723 en toda Francia, de los cuales 1.082 en París- y una acción más reactiva redujo considerablemente el número de heridos, pero no los actos vandálicos. Según Emmanuel Grégoire, adjunto de la alcaldesa de París, hubo "muchos más daños materiales" en la ciudad que el 1 de diciembre y en un área más amplia, lo que se traducirá en "un costo económico mucho más importante", con pérdidas "colosales".

Sobre todo -explicó Grégoire en una entrevista a la emisora France Info recogida por Efe- porque la mitad de los comercios habían cerrado con carácter preventivo en un día tradicionalmente de fuertes ventas en vísperas de las fiestas de Navidad. Avanzó que se cuentan por "cientos" los comercios que han sufrido desperfectos y por "decenas" los desvalijados.

Las algaradas no se limitaron a París, sino que fueron particularmente violentas en ciudades como Saint-Etienne o en Burdeos, donde su alcalde, el exprimer ministro conservador Alain Juppé, dijo hoy estar "a la vez indignado y conmovido" por la deriva violenta de las protestas y avisó de que "las consecuencias de todo esto son desastrosas".

En una declaración a la prensa, destacó el impacto que tendrá primero para el comercio local, para el atractivo turístico de Burdeos, pero también "el daño para la imagen internacional de Francia". "Esto debe cesar, y en primer lugar el presidente de la República debe hablar y hacerlo rápido y fuerte", indicó Juppé, que reclamó cambios a los "chalecos amarillos" para no ser instrumentalizados por el uso de la violencia, pero consideró que muchas de sus reivindicaciones "merecen respuesta", y se refirió en particular a las del poder adquisitivo.

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