Pensión

Qué enfermedades psíquicas impiden trabajar con la incapacidad permanente

No existe una lista de enfermedades que den derecho a una pensión por incapacidad permanente. Es el Tribunal Médico quien determina el impacto de la dolencia y autonomía personal del trabajador.

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¿Qué significa que la Seguridad Social te conceda una pensión por incapacidad permanente?, ¿qué requisitos debe cumplir la persona que la solicita?, ¿cuántos grados existen?, pero, sobre todo, ¿qué enfermedades impiden trabajar? Son muchos los interrogantes, por lo que vayamos por partes.

Para responder a todas estas preguntas, lo primero que hay que saber es que la pensión por incapacidad permanente se trata de una prestación económica que reconoce el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) cuando el trabajador o trabajadora, después de haber estado sometido al tratamiento prescrito y haber sido dado de alta médicamente, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, previsiblemente definitivas, que disminuyan o anulan su capacidad laboral. 

Una vez dicho esto, hay que revisar la lista de las posibles enfermedades que dan derecho a recibir la pensión, entre las que se encuentran las psíquicas

¿Qué enfermedades psíquicas impiden desarrollar un trabajo?

En primer lugar, es de vital importancia saber que el INSS no dispone de un listado oficial de patologías en el que se determine cuáles son las afecciones por las que pueden conceder la incapacidad permanente. En principal motivo es que el Tribunal Médico es el encargado de evaluar la incapacidad del trabajador.

Dicho de otro modo, cada dolencia afecta de forma distinta, por lo que sus posibles efectos pueden verse reflejados de forma diferente en sus capacidades y según su puesto de trabajo.

Esto se puede ver reflejado en el caso de un empleado con una enfermedad que le afecta a las extremidades inferiores. Si bien puede tener un gran impacto para aquellos trabajadores trabajen todo el día de pie, no cabe duda de que las consecuencias no serán las mismas para quienes desarrollen sus tareas sentados en la oficina.

Lista de enfermedades psíquicas en 2023

En cualquier caso, estas son las enfermedades psíquicas, es decir, aquellas que afectan a la mente, con las que hay más opciones de conseguir a una pensión de incapacidad permanente:

  • Depresión
  • Esquizofrenia
  • Límite de personalidad o por estrés postraumático
  • Síndrome Burnout
  • Adicción a las drogas, ludopatía o alcoholismo
  • Agorafobia
  • Trastornos de ansiedad
  • Trastorno bipolar
  • Trastorno obsesivo compulsivo

¿Cómo se tramita una incapacidad permanente?

Son tres las vías para iniciar el proceso de concesión de una pensión de incapacidad permanente

  • Se puede iniciar de oficio. 
  • A solicitud de las entidades colaboradoras.
  • A petición del propio interesado o interesada. 

Asimismo, en lo que respecta a dónde se inicia el trámite, mencionar que debe realizarse en la dirección provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) donde el posible beneficiario tenga su residencia o en el Instituto Social de la Marina (ISM).

¿Cuántos grados de incapacidad permanente hay?

La incapacidad permanente, cualquiera que sea su causa determinante, se clasifica de acuerdo a los siguientes grados, tal y como se detalla en la página web de la Seguridad Social.

  • Incapacidad permanente parcial: para la profesión habitual la que, sin alcanzar el grado de total, ocasione al trabajador una disminución no inferior al 33 % en su rendimiento normal para dicha profesión, sin impedirle la realización de las tareas fundamentales de la misma.
  • Incapacidad permanente total: para la profesión habitual la que inhabilite al trabajador para la realización de todas o de las fundamentales tareas de dicha profesión, siempre que pueda dedicarse a otra distinta.
  • Incapacidad permanente absoluta: para todo trabajo la que inhabilite por completo al trabajador para toda profesión u oficio.
  • Gran invalidez: la situación del trabajador afecto de incapacidad permanente y que, como consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesita la asistencia de otra persona para los actos más esenciales de la vida, tales como vestirse, desplazarse, comer y análogos.
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