¿Qué grano viene de Ucrania? España es el mejor cliente solo después de China

Los países de Europa del Este se alían para prohibir la entrada del grano procedente Ucrania. El último ha sido Bulgaria, que ha escuchado las plegarias de sus agricultores y se convierte en el cuarto país en prohibir los cereales, esencialmente, cultivados en tierras ucranianas debido a que está provocando una cotización a la baja del trigo, puesto que se está produciendo sin los límites y aranceles obligatorios para las importaciones que llegan a la UE procedentes de países terceros. 

El primero en oponerse a cal y canto fue Hungría, que acaba de confirmar que también veta hasta junio la importación de hasta 25 productos ucranianos, incluyendo la miel, los productos cárnicos y los huevos, aunque permitirá el tránsito hacia otros países europeos. Solo unos días después lo hicieron Polonia y Eslovaquia, desafiando así las órdenes de Bruselas. A tal magnitud ha llegado esta decisión unilateral que la propia Comisión Europea ya ha solicitado más información a las autoridades de estos países para determinar si la medida que han adoptado es ilegal. No hay que olvidar que la política comercial es exclusiva de la Unión Europea.

Toda esta batalla se sigue de cerca bajo la atenta mirada de España, el segundo mejor cliente de Ucrania solo después de China. La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores advierte de la "permisividad de Bruselas". Asaja alerta de que la entrada de grano de Ucrania provoca una cotización a la baja del trigo. Por ello, pide al Gobierno de Pedro Sánchez y, por ende, al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, capitaneado por Luis Planas que, en la línea con otros países europeos, marque un posicionamiento claro en defensa de los intereses del sector cerealista español. 

España encabeza la lista de los compradores de cereal ucraniano

De los diez millones de toneladas de productos agrícolas que atraviesan el Mar Negro exportados por Ucrania, España se registra como el país al que han llegado la mayor parte de los buques cargados, según los datos de Naciones Unidas publicados a principios de noviembre del año pasado. En concreto, figura a la cabeza de los países de los cargueros, con 1,9 millones de toneladas de llegadas en los barcos, de las que 864.000 toneladas fueron de maíz, 740.000 de productos de girasol y 730.000 toneladas de trigo. 

Le sigue de cerca Turquía, con 1,3 millones de toneladas, seguida de China, con 1,1 millones de toneladas en total, Italia con 893.000 toneladas, Países Bajos, con 647.000 toneladas, Egipto, con 428.000 toneladas, Bangladesh, con 269.000 toneladas, Alemania, India y Rumanía. Entre 150.000 y 250.000 toneladas de productos se enviaron también a Israel, Libia, Francia, Corea del Sur, Túnez, Indonesia, Argelia y Bélgica.

España, un país deficitario en cereales y en plena sequía

El interés de España en el grano ucraniano tiene su causa en que somos un país deficitario, lo que se agrava con los efectos de la sequía que podría encarecer el precio de los productos básicos. Para ser más exactos, según los cálculos publicados por el Balance de Cereales de España, correspondiente a la campaña 2022-2023, nuestro país tiene unas necesidades de unos 37,73 millones de toneladas frente a una producción nacional de unos 24 millones de toneladas. Dicho de otro modo, la necesidad empujó a la importación obligó a la importación de unos 14,73 millones de toneladas. La mayoría de todo este grano tiene como objetivo abastecer a una de nuestras grandes industrias agroalimentarias: el sector porcino, lo que también podría afectar al sector cárnico.

La Unión Europea inyecta  100 millones de euros en ayudas

La UE ayuda con 100 millones de euros a Polonia, Hungría, Bulgaria, Rumanía y Eslovaquia, descontentas ante el volumen de pérdidas que ha generado en sus economías tras el "exceso" de importaciones de cereal de Ucrania. Estos países habían solicitado al Ejecutivo comunitario la reintroducción de aranceles para paliar esta situación, mientras, de forma paralela, Bruselas estudia la legalidad del veto temporal anunciado por Polonia y Hungría a las importaciones de grano y otros productos agroalimentarios procedentes de Ucrania. A este respecto, la presidenta de la Comisión ha advertido de que las medidas "unilaterales" solo pueden "jugar a favor de los adversarios" de Ucrania y no deben "erosionar el apoyo inquebrantable" de la UE.