No dejar testamento puede ser un problema tanto para las autoridades como para los futuros sucesores, ya que los trámites para reclamarlo se tienden a complicar.
Normalmente aquellas herencias que nadie reivindica terminan ingresándose en las arcas públicas de la comunidad correspondiente. De hecho, el Estado 'premia' con un 10% de la herencia a quienes comuniquen estas situaciones.
Por ello, la recomendación general es elaborar este documento en vida para evitar futuros quebraderos de cabeza. Aunque suele ser necesario ir a un notario para verificarlo, los testamentos ológrafos ofrecen otras alternativas.
Casos de nulidad
Existen dos formas de que un testamento no sea válido, por un lado está la revocación. En este caso la persona creará uno de nuevo dejando sin efecto el anterior o una parte del mismo.
Mientras que la nulidad indica que el documento no cumple con los requisitos establecidos. Los supuestos para que un testamento se anule son diversos y están regulados en el Código Civil.
- Cuando una tercera persona trate de entregarlo. Con el objetivo de evitar posibles fraudes o engaños, todos los testamentos son únicos e intransferibles por lo que solo la persona que lo firma puede cederlo.
- Cuando es otorgado por dos o más personas, de manera conjunta o mancomunada. Aunque hay excepciones porque comunidades como Aragón, Galicia, Navarra y País Vasco sí lo permiten.
- Cuando el testado no se encuentra en plenas facultades mentales debido a una enfermedad. Esto debe probarse mediante informes médicos para descartar también cualquier irregularidad.
- Cuando la persona no tiene capacidad legal para otorgar el testamento, es decir, es menor de 14 años o tiene alguna discapacidad.
- Cuando haya indicios de posibles engaños, intimidaciones o irregularidades. Por supuesto también ocurriría cuando se ha realizado con violencia o conocimiento de ilegalidad. Como veníamos diciendo todos los casos tratan de evitar falsedades en este importante documento.
- Cuando no se respeten los requisitos formales para que sea válido, es decir, la no institución de un heredero, que no se firme con la fecha indicada y otros detalles.
Del mismo modo, firmar un papel sin que esté avalado por un notario podría considerarse una causa de invalidez, ya que el procedimiento implica que el profesional verifique que el documento está escrito de forma íntegra por el testador.
Consecuencias
Los problemas directos son que los herederos no podrán acceder a los bienes que les han dejado según los deseos del fallecido, pero existe la posibilidad de solucionarlo por la vía judicial.
En las situaciones en las que se anule un testamento, los afectados tendrán que acudir ante el juez para reclamar este hecho. Además, deberán aportar pruebas que apoyen su solicitud.
En algunos casos es posible que se declaren nulas algunas cláusulas del testamento mientras que en otras afectará al conjunto del documento firmado.
Cuando exista un testamento anterior podrá volver a tener vigencia para reclamarlo. Pero si no se tuviera se aplicaría el orden legal de sucesión establecido en el Código Civil. Por tanto la herencia no quedaría sin reparto.
Primero llamarían a los hijos y descendientes, después a los padres y ascendientes. A continuación contactaría con el cónyuge viudo, los hermanos, los sobrinos o los tíos. Y en último lugar a los primos.
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