Reforma de las pensiones

Qué pasa con el 'nuevo' cálculo de la pensión de jubilación y qué supondría

El rechazo frontal de los sindicatos y de Unidas Podemos obligó al ministro a rectificar, hasta el punto de que los polémicos 35 años desaparecieron de los papeles oficiales.

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Qué pasa con el 'nuevo' cálculo de la pensión de jubilación y qué supondría
Alex Fotos / Unplash

La primera pata de la reforma de las pensiones está ya en trámite parlamentario y se espera que antes de que acabe el año consiga la mayoría absoluta del Congreso para que, tras su última parada que sería la del Senado, entre en vigor en enero de 2022. La batería de medidas -que vincularán el incremento de las prestaciones al IPC y que tienen como objetivo adecuar la edad efectiva de jubilación a la edad legal, mediante una serie de coeficientes reductores al retiro anticipado y de incentivos al demorado- eran, por decirlo de algún modo, la tarea más 'sencilla' en materia de pensiones. 

El grueso o lo complicado viene ahora, sobre todo con el mecanismo de equidad intergeneracional (MEI) -que sustituirá al llamado factor de sostenibilidad de la reforma de 2013- y que lleva como propuesta elevar las cotizaciones sociales un 0,6% durante diez años. La fecha límite para intentar llegar a un consenso sobre este asunto es este martes, 16 de noviembre; y este punto no es baladí, pues resultará clave encontrar una fórmula para hacer frente al gasto que implicarán las futuras jubilaciones de los baby boomers con largas carreras de cotización. Es uno de los que más controversia genera, junto con el nuevo cálculo de la pensión de jubilación. Este último, además, supondría un inevitable recorte de las prestaciones, tal y como admitió en sus cálculos iniciales el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá

El cálculo de la pensión ha centrado el debate durante la última semana, pero lo cierto es que Escrivá lleva meses dándole vueltas a este tema. Todo empezó en diciembre de 2020, cuando el departamento del ministro plasmó en uno de los primeros borradores de la reforma de las pensiones, la ampliación del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión desde los 25 hasta los 35 años. Los cálculos que acompañaban a la propuesta incluían que esta supondría un recorte de las futuras pensiones de hasta el 6,3%. En el escrito se recordaba, además, que la extensión del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión ha sido uno de los cambios paramétricos que se ha ido incluyendo en las últimas reformas del sistema desde 1985, cuando se amplió de 2 a 8 años, en 1997, cuando pasó a 15 años y la de 2011, cuando se incrementó progresivamente hasta los últimos 25 años de cotización en 2022. El rechazo frontal de los sindicatos y de Unidas Podemos obligó al ministro a rectificar, hasta el punto de que los polémicos 35 años desaparecieron de los papeles oficiales.

En cualquier caso, lo único que ha hecho Escrivá en este tiempo ha sido modular esa propuesta tras las presiones recibidas. En este sentido, la versión final mantiene la reforma para la "adecuación a las nuevas carreras profesionales del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación". De hecho, el Ministerio de Seguridad Social admitió en una nota remitida a La Información que esta medida "no supondrá ningún recorte de las pensiones".

Las pensiones de las mujeres 

El mercado laboral y la actual forma de cálculo de la pensión de jubilación afectan de manera muy importante a la cuantía de las prestaciones de las mujeres debido a sus menores retribuciones, su protagonismo en sectores mal pagados, con jornadas parciales y largas lagunas de cotización. El 11,3% de las mujeres de entre 35 y 44 años generó lagunas de cotización por desempleo con motivo de la crisis, frente al 8,6% de los hombres, según destacaba en 2019 la consultora Afi.

Con el sistema actual y sí se elevase a 35 años el cálculo de la pensión, un importante porcentaje de mujeres, que de media cotizan 33 años frente a 37 de los hombres, quedarían desprotegidas y el importe de su pensión, pese a las fórmulas para amortiguar las diferencias, seguiría distanciándose del de los hombres. De la misma forma, la exigencia de acreditar cada vez más años de trabajo para recibir el 100% de la pensión deja en una situación más desfavorable a las mujeres, que se jubilan precisamente ocho meses más tarde en un intento desesperado de obtener una pensión digna o simplemente porque no pueden hacerlo a los 65 con las exigencias actuales.

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