Si se produce un nuevo confinamiento general

Quiebras, impagos, paro... el escenario de catástrofe que el BdE dejó en el cajón

La institución admite que sus nuevas previsiones se enmarcan en un contexto de cierta normalidad pero advierte de que hay riesgos de que se materialicen "escenarios potencialmente más desfavorables".

El Banco de España ha optado por no dar datos del escenario económico más desfavorable.
El Banco de España ha optado por no dar datos del escenario económico más desfavorable.
Agencias

Las últimas estimaciones publicadas por el Banco de España apuntan a que la economía retrocederá entre un 10,5% y un 12,6% este año 2020 como consecuencia de los efectos de las medidas para contener la pandemia sobre la actividad. La horquilla responde a los dos escenarios centrales que la entidad ha decidido tener en consideración. Un primer escenario, más favorable, en el que la evolución de los contagios se estabilizaría en los niveles actuales y no requeriría de nuevas restricciones para tener la pandemia bajo control; y una segundo escenario, menos optimista, en el que la crecida de los contagios obligaría a las autoridades a establecer nuevas restricciones a la actividad, impactando sobre todo en los sectores más dependientes del contacto social, aunque sin llegar a las medidas drásticas de confinamiento que se adoptaron entre marzo y abril para frenar la propagación de la Covid-19 entre la población.

En realidad hay un tercer escenario. El Banco de España reconoce en su informe que "la materialización de escenarios potencialmente más desfavorables, que comporten la necesidad de introducir limitaciones de mayor calado, no puede ser descartada, una vez que se ha observado que las estrategias de contención de la enfermedad puestas en marcha hasta la fecha no han sido en general plenamente efectivas". Ese marco devolvería al país a una situación similar a la que se vivió entre principios de marzo y finales del mes de mayo y sus consecuencias económicas serían tan devastadoras que incluso podrían provocar una recaída en el proceso de recuperación económica, convirtiendo esa 'V asimétrica' a la que tanto se refiere la vicepresidenta Nadia Calviño en una 'W' del mismo modo que ocurrió en la Gran Crisis financiera de hace una década.

El director de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, explicaba este miércoles que la entidad ha optado por no cuantificar el impacto sobre el PIB de la eventual materialización de ese escenario de alto riesgo, que por el contrario si se publicó en las previsiones del mes de junio, por dos razones: para no introducir confusión en el análisis de los datos y porque se entiende que es un escenario improbable en el corto plazo.

Sin embargo, el informe sí perfila las consecuencias que el empeoramiento de la crisis sanitaria y la materialización de esos riesgos tendría sobre la economía española. En general, el Banco de España parte de la hipótesis de que las medidas de política económica tomadas por el Gobierno no van a impedir que la pandemia deje una huella estructural en parte del tejido productivo, pero advierte de que ésta puede ser mucho más profunda en función de la evolución que tenga la crisis sanitaria en los próximos meses.

Los potenciales daños sobre la economía española

Los analistas de la entidad estiman, por ejemplo, que si la crisis sanitaria empeora más de lo previsto el endeudamiento en el que muchas empresas han incurrido para paliar los efectos de la pandemia sobre sus negocios podría derivar en un incremento de las insolvencias empresariales. El propio gobernador de la institución, Pablo Hernández de Cos, incidió este miércoles en su intervención ante la Junta Directiva de CEOE en la necesidad de que el Gobierno abordara de forma urgente la reforma de la legislación concursal para abordar el más que probable crecimiento de las insolvencias empresariales en los próximos meses.

"A su vez, un elevado volumen de quiebras empresariales", advierte el informe del Banco de España, "originaría un aumento de la morosidad crediticia, con implicaciones adversas para la capacidad de intermediación de las entidades financieras" y también para la estabilidad financiera del sector, como ya se ha encargado de advertir el Banco de España en más de una ocasión y razón por la cual el supervisor respalda con tanto entusiasmo las medidas de respaldo estatal a hogares y empresas dispuestas por el Gobierno y que garantizan por el momento su capacidad de pago.

En ese escenario económico más desfavorable la entidad admite que también se produciría un repunte importante del paro de larga duración y las cuentas publicas se verían sometidas a tal presión por el incremento del déficit público y la deuda pública que es más probable que su drenaje acabara afectando de forma prolongada a la inversión pública y por consecuencia al potencial de crecimiento de la economía española.

Para evitar llegar a ese escenario, que el Banco de España considera improbable a corto plazo, el supervisor entiende que el Gobierno debe adoptar medidas. Por un lado, para prolongar durante todo el tiempo que sea necesario las medidas de contingencia puestas en marcha para proteger a trabajadores, hogares y empresas; pero también mejorando los sistemas de detección y rastreo de contagios que desde su punto de vista se han mostrado ineficaces hasta la fecha.

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