Rajoy se atrinchera tras el IRPF y los PGE y deja las pensiones en segundo plano

  • El presidente condiciona cualquier reforma del sistema a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
Mariano Rajoy
Mariano Rajoy
EFE

Pocos movimientos estaban previstos este miércoles 14 de marzo en el Pleno del Congreso, Mariano Rajoy acudía para tranquilizar los ánimos, ofrecer una imagen de seguridad y buscar el consenso de los grupos parlamentarios, pero poco más. Sin embargo, el presidente del Gobierno ha sorprendido mínimamente al confirmar dos anuncios ya realizados y que suponen un leve descuelgue de lo barruntado: el Gobierno bajará el IRPF a los pensionistas, como ya avanzó en su día el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, y mejorará las prestaciones mínimas y de viudedad, como adelantó en su momento la titular de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez.

Nada nuevo bajo el sol, pero el astro da por primera vez de lleno sobre el presidente, lo que oficializa los dos cambios anunciados. Con todo, cualquier reforma del sistema, ha zanjado Rajoy, deberá estar vinculada a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2018, cuyo anteproyecto de ley tiene previsto aprobar el Consejo de Ministros el viernes 23 de marzo. "Es en el contexto de los Presupuestos donde podemos hablar de las mejoras posibles para el bienestar  también en materia de pensiones", ha apostillado el presidente en el pleno monográfico celebrado para dar a conocer sus propuestas en pensiones.

El presidente del Gobierno logra aplazar así hasta la aprobación de las cuentas públicas un debate de calado a la vez que retrasa la elaboración y presentación de propuestas finales en relación a una eventual futura reforma. Cualquier cambio incidirá sobre la vida de los 8.699.056 millones de pensionistas españoles, entre ellos 5,9 millones de jubilados, un gasto que representa el 40% de los Presupuestos del Estado. La cuestión es urgente: la Seguridad Social sufre un déficit del 1,6% del PIB y el fondo de reserva, la hucha de las pensiones, se acabó en diciembre pasado. El Tesoro ha tenido que prestar al Estado  15.000 millones de euros para pagar las pensiones de este año.

En defensa propia, Mariano Rajoy ha justificado no haber practicado mejora alguna en el sistema, después de las reformas de 2011 y 2013, porque, ha dicho, "no podemos gastar lo que no tenemos porque eso fue lo que hundió a nuestro país y tenemos que cumplir compromisos de déficit público porque eso fue lo que, también, salvó a nuestro país". 

El líder del Ejecutivo se ha escudado en su rechazo a vincular el alza de las pensiones al IPC en la incapacidad de sostener este gasto en un año en que solo la entrada de nuevos pensionistas encarecerá esta partida en 3.800 millones solo en 2018. En la década, el gasto en pensiones se ha disparado un 45% y roza ya los 9.000 millones al mes

"El pasado año, por primera vez desde 2008, las cotizaciones crecieron por encima de los gastos. Y se han creado cinco empleos por cada nuevo pensionista, gracias a la política económica de las reformas estructurales y la consolidación fiscal", ha precisado el presidente del Gobierno, un mensaje después contestado por PSOE y Podemos.

Las formaciones de izquierda insisten en financiar la subida que solicitan los pensionistas con iniciativas compensatorias como un impuesto extraordinario a la banca, sobre la base del de Sociedades e inspirado en una medida de fiscalidad británica y que en España extraería 2.000 millones de euros anuales para compensar los 7.000 euros críticos del déficit de la Seguridad Social ante los años 20 a 23, los más cuestionados según el Partido Socialista. 

A más trabajo, mejores pensiones

Rajoy quiere subir las pensiones cuando el empleo mejore. La sostenibilidad del sistema, en opinión reiterada del presidente del Gobierno, bebe directa del número de trabajadores. Una idea compartida por Ciudadanos, que pide más empleo pero también mejor empleo en la propuesta de ley de lucha contra la precariedad laboral que presentó el penúltimo día de febrero.

"Solo si hay más gente cotizando se pueden pagar más y mejores pensiones", ha alegado ante un auditorio parlamentario, donde sin embargo han abundado las críticas a la precariedad laboral descontada, según la oposición, de la última reforma del PP en 2012. 

Mariano Rajoy se ha negado de plano a congelar las pensiones durante su mandato en una clara referencia a la medida tomada por el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, como respuesta al agujero de la crisis en las cuentas públicas.

El pleno se ha celebrado a petición del presidente del Gobierno pero solo después de que la oposición requiriera al líder del Ejecutivo una respuesta a la inquietud ciudadana y una explicación, también, a los grupos parlamentarios sobre cómo aplicará el factor de sostenibilidad en la renta final de las pensiones cuando el mecanismo funcione en 2019.

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