Rajoy llega a China con el viento a favor para atraer inversiones a España

  • Pese a haber sido aplazada anteriormente, la visita del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, esta semana a China se produce con condiciones favorables para aumentar los flujos de capital del gigante asiático a España, aún el octavo destino en Europa de las inversiones de la segunda economía mundial.

Paloma Almoguera

Pekín, 25 sep.- Pese a haber sido aplazada anteriormente, la visita del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, esta semana a China se produce con condiciones favorables para aumentar los flujos de capital del gigante asiático a España, aún el octavo destino en Europa de las inversiones de la segunda economía mundial.

"La noticia positiva es que (las inversiones) están creciendo rápido y la menos buena es que el volumen de inversión que tenemos en España no es el más atractivo", asegura Ivana Casaburi, directora del China Europe Club de ESADE y autora de un informe sobre la inversión del país asiático en Europa en 2014.

Presentado hoy en Pekín, el estudio (elaborado por ESADEgeo con la colaboración de KPMG y Cuatrecasas) subraya que la inversión china en España alcanzó los 409 millones de euros en 2012, siete veces más que el año anterior, y que "crecerá a pasos agigantados en el futuro".

El optimismo, pese a que el número de empresas chinas en España (60) es residual en comparación con las 12.000 compañías foráneas registradas, o que es el octavo destino de las inversiones chinas en Europa (el noveno al contar Luxemburgo), se explica por varias razones, tanto por la parte española como por la coyuntura china.

En el caso de España, además de que Rajoy está intentando transmitir durante su visita (llegó el miércoles a Shanghái y estará en Pekín hasta el sábado) la recuperación económica sin matices del país, cuenta con atractivos para captar la inversión china como, entre otros, su acceso a otros mercados.

Reunida con medios de comunicación tras presentar el informe, Casaburi destaca, sobre todo, la "triangulación entre España, China y Latinoamérica" , algo en lo que las empresas del gigante asiático tienen especial interés, y para lo que compañías como Repsol han solido ser un gran aliado en su entrada al continente americano.

Además, China ve a España como una puerta al norte de África, y hoy el primer ministro de la potencia asiática, Li Keqiang, calificó al país ibérico "un país de peso" en Europa para aumentar sus lazos con la UE, después de firmar catorce acuerdos con Rajoy por valor de 3.150 millones de euros (unos 4.000 millones de dólares).

Entre ellos, hay firmas en áreas de gran interés para China, como el proyecto de desalinización de agua marina y generación híbrida de electricidad en Dalian, a cargo de Abengoa Water; en tecnología, con el contrato rubricado entre Telefónica y Huawei; o en el sector financiero, entre el Banco de Santander y el Banco de Pekín.

"No lo estamos haciendo nada mal", opina Casaburi, y asegura que "la situación en España es un espejo de lo que está pasando en Europa. Es totalmente proporcional".

En cuanto a China, el Ministerio de Comercio anunció recientemente en Pekín que la inversión anual del país en el extranjero será superior a la que atraiga la potencia asiática en 2015, una situación que cambia la tendencia de los últimos años y que se prevé se mantenga a largo plazo.

"Ahora las empresas chinas tienen la necesidad de globalizarse", dice Casaburi, mientras para Europa "el pico en China ya ha pasado; aquel crecimiento de hace unos años no existe, hay más competencia, los costes han aumentado y es mucho más difícil".

Sin embargo, aún hay múltiples barreras. Entre ellas, que las empresas chinas siguen más interesadas en compañías que están en quiebra para entrar en el mercado que en las "start up", lo que lleva a algunos empresarios a pensar "que vendrán a España a establecer sus criterios".

"Aún existe una percepción negativa hacia los productos chinos", dice Josep Franch, decano de ESADE, y añade que "hay cierto miedo, se piensa: vienen aquí, nos vienen a comprar".

En ese sentido, afirma que se está haciendo un gran esfuerzo por ambas partes, tanto en el área docente como en el campo de trabajo. "Hay empresas chinas en España en las que ya hay españoles que practican tai chi y chinos que juegan al fútbol", comenta Casaburi.

Por otro lado, "la inversión china en España todavía no ha despegado porque no han comprado ninguna empresa importante", añade, sin que haya de momento ningún proyecto conocido en ciernes.

Para acercar posturas y mejorar las oportunidades de negocio, se considera esencial que Rajoy haya viajado finalmente a China, un año después de que su viaje fuera aplazado por parte de Pekín.

Aunque las autoridades chinas explicaron que se debía a problemas de agenda, coincidió con las órdenes de detención internacionales que dictó la Audiencia Nacional española contra exdirigentes chinos tras denuncias sobre represión en el Tíbet, posteriormente archivadas tras la reforma de la Ley de Justicia Universal.

Con ese tema resuelto, según comentan fuentes cercanas de ambos lados, la visita de Rajoy "no es que ayude, es que es necesaria" para dar un empujón a la inversión, apunta Casaburi.

Y más aún en un país en el que, agrega la teniente alcalde de Barcelona, Sònia Recasens, también presente en el encuentro, "hay que ser amigos para hacer negocios después".

Mostrar comentarios