Las razones por las que la Seguridad Social deniega la pensión de jubilación

Durante el pasado año, la Seguridad Social rechazó hasta un 20% del total de pensiones de jubilación que se llegaron a solicitar. Según datos a los que tuvo acceso este mismo periódico, de las 31.442 reclamaciones, un total de 27.727 fueron archivadas. Cifras que además llegan en un momento en que se está registrando un aumento de retiros, derivado también de la incertidumbre generada por la reforma de pensiones que se aprobó la semana pasada en Consejo de Ministros como anteproyecto de Ley. 

Según la información que aportó la Seguridad Social a La Información, una de las principales causas para denegar la prestación fue la de deudas con la Seguridad Social, es decir, que el solicitante no estuviera al corriente de pago de cotizaciones o, también, que no pudiesen acreditar el tiempo necesario de trabajar para percibir la pensión. En este sentido, uno de los colectivos más afectados es el de los autónomos. 

El artículo 47 de la Ley de la Seguridad Social deja claro que no se puede recibir una prestación, del tipo que sea, teniendo deudas previas con el organismo. Sin embargo, esta norma también recoge la posibilidad de ponerse al día con la Tesorería de la Seguridad Social abonando 'in extremis' los pagos pendientes. Es lo que se conoce como "invitación al pago de la Seguridad Social", un mecanismo que solo se contempla para los trabajadores autónomos.

Otro de los motivos por los que la Seguridad Social deniega la pensión de jubilación es debido a que son muchos los que simulan la identidad de un pensionista durante años para cobrar su prestación. Durante 2020, más de 8.000 prestaciones de viudedad fueron denegadas. Pese a todo, las razones para negar este tipo de prestaciones suelen ser más 'especiales' que en el resto. Entre los engaños más habituales están simular un matrimonio o haber vuelto a casarse, pero también es posible que el simple hecho de no poder acreditar una relación -en el caso de las parejas de hecho sin formalizar- sea la causa última de la negativa.

Las pensiones de incapacidad permanente son las más frecuentemente rechazadas. Una de cada dos peticiones -76.528 de 167.268- fue denegada. En este caso, como sucede con las pensiones a favor de familiares, el argumento más habitual del INSS para rechazar la solicitud es estar recibiendo otra prestación.

Qué hacer si me deniegan la pensión

Desde que se presenta la solicitud, la Seguridad Social tiene hasta tres meses para contestar, aunque su tramitación tarda de media unos 21 días. En caso de que el INSS no se haya pronunciado, la prestación se entenderá denegada. 

En el supuesto de que haya sido denegada, se puede presentar una reclamación administrativa ante la propia Seguridad Social que tendrá, por su parte, un plazo de 45 días para contestar al interesado. En caso de que tampoco sirva esta vía, se puede presentar una reclamación judicial ante el Juzgado de lo Social, en un plazo de 30 días, desde que se negó la pensión. El último paso sería pues recurrir la sentencia judicial en primera o ulteriores instancias.