Durante esta jornada la moneda brasileña se depreció y quebró la barrera de los 3,80, arrastrado por las expectativas de que se concrete un alza de las tasas de interés en Estados Unidos.
Además, el real reaccionó a las declaraciones del vicepresidente de Brasil, Michel Temer, quien afirmó que la popularidad de la mandataria Dilma Rousseff "es realmente muy baja" y que "nadie puede resistir tres años y medio" con un índice de un dígito, como el que tiene actualmente.
El jueves, tras una jornada repleta de rumores, el gobierno confirmó en el cargo a Joaquim Levy, buscando despejar la incertidumbre que había afectado a los mercados a lo largo del día.
En el marco del deterioro económico y político que atraviesa Brasil el gobierno proyecta una contracción del PIB del 1,49% para este año y envió un presupuesto para 2016 que prevé un déficit primario por primera vez en la historia.
En lo que va del año, el real se depreció 31,02%. En 2014, la moneda brasileña cerró con una caída del 13%.
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