Acuden de oyentes a la primera reunión

Los auditores de Calviño y Escrivá optan por un 'perfil bajo' en la reforma laboral

Los directores generales de la Vicepresidencia económica y del Ministerio de Seguridad Social son los encargados de evaluar el impacto de las políticas económicas del Gobierno en sus respectivos ámbitos.

Mesa reforma laboral
Los auditores de Calviño y Escrivá optan por un 'perfil bajo' en la reforma laboral
Ministerio de Trabajo y Economía Social

La mesa de diálogo social que aborda la modernización del mercado laboral hizo hueco este miércoles a dos nuevos asistentes: la directora general de Política Económica, Elena Aparici, en representación de la Vicepresidencia de Nadia Calviño, y el director general de Ordenación de la Seguridad Social, Borja Suárez, por parte del Ministerio que dirige José Luis Escrivá. Los socios del Gobierno acordaron que ambos participasen en esta negociación en el nuevo marco de "coordinación" que tuvo que implantarse para cerrar la guerra abierta entre Calviño y Yolanda Díaz por el liderazgo de la reforma laboral. Sin embargo, en su primera intervención en este foro ambos han optado por mantener un perfil bajo, asistiendo prácticamente de oyentes.

La reunión estaba convocada a las once y media de la mañana en el Ministerio de Trabajo y Economía Social, situado en el madrileño Paseo de la Castellana, pero no comenzó hasta pasadas las doce del mediodía porque buena parte de los asistentes llegaron con retraso por culpa del constante atasco en el que se ha convertido la intransitable capital en la nueva normalidad. Entre los convocados habituales -representantes del Ministerio de Trabajo y de las organizaciones sindicales y empresariales, especialmente entre estos dos últimos actores- cierta expectación por la incorporación a la mesa de los nuevos participantes.

En las horas previas al encuentro, desde ambos bandos del diálogo social se referían en privado a los directores generales como una suerte de "notarios" invitados a la mesa por la fuerza -por imposición de la vicepresidenta económica- para "dar fe" de las negociaciones lideradas por el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey. "Son los serenos enviados por Calviño para cumplir su aspiración de participar en las negociaciones", enfatizaban los interlocutores sociales. No obvian que los directores generales se sitúan jerárquicamente por debajo de los secretarios de Estado en el organigrama gubernamental y que ese ha sido el esquema milimétricamente medido en el pacto alcanzado por el PSOE y Unidas Podemos para dar voz a Calviño en la reforma laboral que hasta ahora pilotaba Díaz en solitario.

Por el momento, su participación se ha limitado a asistir y escuchar. Fuentes presentes en el encuentro mantenido este miércoles -el primero bajo el nuevo esquema de coordinación- aseguran que tanto la directora general de Política Económica como el de Ordenación de la Seguridad Social no participaron ni intervinieron en las cerca de tres horas que duró la reunión, ni mucho menos hicieron aportaciones específicas sobre materias concretas. "Después de 28 reuniones que llevamos por nuestra cuenta, lo que han hecho es sentarse a escuchar las distintas posiciones que mantenemos los agentes sociales en la mesa, sin intervenir ni hacer aportaciones", revela uno de los participantes al término del cónclave.

Los 'auditores' de Calviño y Escrivá habrían optado en un principio por un perfil bajo que podría limitarse a esta primera toma de contacto con la mesa para mostrar después una participación más activa en la negociación, pero fuentes del diálogo social apuntan a que su presencia en el proceso de elaboración de la contrarreforma laboral no se ha planteado en esos términos, sino más bien en términos de "coordinación". Es decir, que en principio, ni Aparici ni Suárez (ni quienes asistan a próximas reuniones en su lugar, ya que no se descarta que puedan acudir a estas citas otros responsables de Economía y Seguridad Social) van a interferir activamente en la materias que debata Trabajo con la patronal y los sindicatos.

Lo que no quita que ambos directores generales tengan potestad para ejercer un papel más que activo en el proceso de elaboración de la reforma laboral. En el caso de Aparici, es la encargada de orientar la política económica del Gobierno y de coordinar las propuestas normativas sobre las reformas estructurales con impacto económico. Su equipo ejerce de filtro previo a la llegada de cualquier norma a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, de modo que todas las medidas que aprueba el Ejecutivo pasan por su departamento. Pero además es la responsable de la interlocución de España con la Comisión Europea respecto a las reformas y el cumplimiento de las recomendaciones de país. Mientras Suárez, por su parte, tiene en su mano la medición de todas las políticas públicas que afecten a la Seguridad Social, como es el caso de las modificaciones en materia laboral.

Fuentes del diálogo social insisten en que la incorporación de ambos técnicos a la mesa de negociación únicamente responde a un criterio de coordinación y no de contenidos. Por el momento, a la reunión de este miércoles acudieron de oyentes o, más bien, de escuchantes. En el encuentro, según informan los interlocutores presentes, se abordó el asunto de la temporalidad como tema prácticamente monográfico. Sin demasiados avances, el Gobierno planteó que el límite del 15% a los contratos temporales en plantilla sea flexible y se pueda regular un porcentaje mayor en la negociación colectiva en algunos sectores. Trabajo y los sindicatos calificaron el encuentro de constructivo, mientras la CEOE espera que el Ejecutivo plantee una nueva propuesta, porque encuentran una gran complejidad en la reforma del artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, que regula la duración del contrato.

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