Durante 20 años

La reforma de las pensiones combinará el cómputo de 25 años y el nuevo de 29

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha conseguido cerrar un acuerdo con su socio de Gobierno, UP, y Bruselas para la segunda parte de la reforma justo antes de la cita con los agentes sociales.

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escriva.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escriva.
Europa Press

El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, capitaneado por José Luis Escrivá, ha conseguido cerrar un acuerdo con los socios de Gobierno para sacar adelante la segunda parte de la reforma de las pensiones, según han confirmado fuentes de la negociación a La Información. El Gobierno ha conseguido salvar el principal escollo de la negociación, la ampliación del cómputo para el cálculo de las pensiones que tenía comprometido con Bruselas, a través de la combinación del sistema actual que tiene en cuenta los últimos 25 años cotizados y el nuevo, que en lugar de los 30 años a los que aspiraba el ministro, queda acotado en 29 con la posibilidad de excluir los dos peores. Escrivá ha acordado con Unidas Podemos que este mecanismo mixto se mantenga durante los próximos 20 años, en los que será el trabajador el que tenga la opción de elegir el que le resulte más conveniente de acuerdo con su carrera profesional.

Este acuerdo ha salido a la luz escasas horas antes de que el ministerio de Seguridad Social se reúna con los agentes sociales, patronal y sindicatos, este mismo viernes. El equipo de Escrivá presentará el documento acordado con Unidas Podemos en la reunión concertada en la sede de la cartera con la esperanza de lograr el respaldo de los representantes de los trabajadores, que a lo largo de la negociación se han mostrado proclives a apoyar lo que contase con apoyos políticos. Sin embargo, en los últimos días, tanto UGT como CCOO han dejado claro que dentro de sus organizaciones no hay una postura clara respecto a esta cuestión y que una vez conocieran la propuesta definitiva deberían someterla a debate interno, por lo que Escrivá no va a contar con un sí rotundo antes del fin de semana.

Del otro lado de la mesa, las patronales se han mostrado escépticas con los términos que manejaba el ministro Escrivá para dar respuesta al problema de las pensiones. CEOE y CEPYME se han posicionado en contra de destopar las bases máximas, único punto en el que estaban de acuerdo las fuerzas de izquierdas hasta la noche de este jueves, cuando han conseguido ampliar el pacto. Los empresarios, tampoco creen que la solución pase por ampliar el periodo de cómputo de las pensiones, dado que ahora se pone la carga sobre ellos. Además, fuentes de la patronal reprochan que tras la subida del IRPF de comienzos de 2023, no tardará en llegar otra, dado que estas soluciones no hacen sostenible el sistema.

Parece complicado que el Ejecutivo consiga que los empresarios den el brazo a torcer ante la petición de un nuevo esfuerzo, dado que la propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha señalado esta mañana en su cuenta de Twitter que la fórmula acordada aumenta las aportaciones que harán los empresarios por los salarios más altos con el fin de proteger a las pensiones más bajas y el carácter redistributivo del sistema. En la misma línea, la líder de Podemos y ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030 ha celebrado que su formación ha conseguido garantizar la sostenibilidad del sistema "gracias al aumento de ingresos", en la misma red social.

Acelerón en la negociación antes del cuarto pago de los fondos

El ministerio decidió dividir en dos partes la reforma de las pensiones con la esperanza de poder cumplir el calendario pautado en Plan de Recuperación y Resiliencia. Sin embargo, la segunda parte del acuerdo se ha convertido en una molesta piedra en el zapato durante semanas. Escrivá se había fijado la meta de culminar estos cambios el 31 de diciembre de 2022 y desde entonces, desde su entorno se han remitido a hablar de "intensas negociaciones a tres bandas", con la Comisión Europea, las fuerzas políticas y los agentes sociales. 

El moderado retraso no suponía una preocupación, dado que desde las instituciones europeas se había animado a realizar una reforma contundente en lugar de rápida. No obstante, era imposible ignorar que estas modificaciones constituían un requisito para solicitar el cuarto envío de los fondos Next Generation EU, que tienen previsto el desembolso en junio. Por ello, la cartera se había decantado por sacar adelante la reforma vía real decreto, ante el empeño del ministro a no renunciar a la ampliación del periodo de cálculo. Sin embargo, la posibilidad de no contar con los apoyos en la votación para su convalidación o derogación en el Congreso de los Diputados, era el nuevo elefante en la habitación. 

El camino de Escrivá se ha allanado con la luz verde de sus socios morados, que puede incentivar que el resto de formaciones de izquierda (ERC, EH Bildu y Más País) también arrimen el hombro, aunque por el momento no se han posicionado públicamente. Si bien, dentro de la Cámara también es importante que el ministro lleve la última propuesta a la Comisión del Pacto de Toledo, diseñada expresamente para realizar un seguimiento de la evolución del sistema de pensiones. El ministro ha evitado comparecer hasta este momento, pero piensa hacerlo el miércoles de la próxima semana, a modo de cortesía una vez haya sido cerrado con todos los actores.

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