De firmar en una hoja a boli a 'pasar' del control horario: así se ficha en hostelería

Bar, bares, gente, personas, persona, hostelería, turismo en Madrid
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EUROPA PRESS - Archivo

Este lunes es el segundo día de aplicación del registro horario obligatorio, una nueva normativa que afecta a todas las empresas, sin excepción, con el objetivo de luchar contra la precariedad laboral, controlando el horario de los trabajadoras y evitando, en última instancia, las horas de más no pagadas y no cotizadas a la Seguridad Social. Pero las alarmas se han encendido en ciertos sectores especialmente sensibles a esta nueva regulación porque sus horarios son difícilmente controlables. Uno de ellos es la hostelería, donde hay quienes todavía no han aplicado ninguna forma de registro o quienes han establecido como medida improvisada una hoja de firmas de modo temporal. En cualquier caso, la mayoría coincide en señalar la incertidumbre sobre esta cuestión. 

Ante las dudas que surgen sobre la nueva ley hay quienes todavía no tienen ningún registro. "No lo estamos haciendo porque no sabemos cómo, si tenemos que contratar a otra empresa", señala Yolanda, Business Manager de un restaurante que acaba de abrir en un conocido barrio madrileño hace apenas unas semanas y donde, por tanto, les ha pillado "de improviso". Directamente, se queja de que la norma "es una tontería" y asegura que "el que hizo la ley hizo la trampa".  "Muchos sectores deberían contar con este registro, pero la hostelería no tiene ni principio ni fin", dice. 

Al igual que en este restaurante, desde una famosa franquicia de bocadillos reconocen que todavía no lo han implementado, aunque prevén que esta semana lo harán. "El gestor está hablando con la franquicia", indica a La Información una de las responsables. Igualmente, señala que en ese local, ubicado en una zona de oficinas "no hacemos horas extras", ya que cierran a su hora y el registro horario solo repercutirá en que "tienen que guardarlo". Hay que recordar que la nueva normativa exige que las empresas recopilen los datos sobre las jornadas de sus trabajadores durante al menos cuatro años.

Otros trabajadores de un bar de la zona que abre desde por la mañana temprano reconocen que todavía no lo han implementado y que están "a la espera de que venga el jefe" para que les indique, ya que desconocen cómo tienen que realizarlo. Entre quienes han establecido un control, la forma más común ha sido la hoja de firma. Aunque para muchos será una medida temporal. La responsable de una cafetería afirma que "estamos todavía un poco comentando y seguramente cambiemos".

Muchas empresas han amanecido en la mañana de este lunes ante la duda de cómo aplicar el imperativo legal de anotar, trabajador por trabajador, todas las jornadas laborales de la plantilla. La mayoría ya lo hacían, pero a partir de ahora deben recopilar estos datos con todas las garantías de que no pueden ser manipulados, conservarlos durante cuatro ejercicios y facilitarlos a la Inspección de Trabajo, a los representantes de los trabajadores y a los mismos empleados.

Empresarios y trabajadores han tenido dos meses para negociar, desde la publicación en el BOE del real decreto ley el pasado marzo, "pero son pocas las negociaciones en curso, porque se ha empezado muy tarde a abordar esta cuestión por parte de las empresas", denuncia la secretaria de acción sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, quien vaticina que las conversaciones "se agilizarán en los próximos días".

Incertidumbre sobre las horas extras

Más allá de los camareros, la hostelería también depende de los transportistas, cuyos horarios también son difíciles de controlar. Uno de ellos declara que no le han comentado nada. Trabaja 11 horas al día y no cobra las horas de más como extraordinarias. Por ello, espera que el nuevo registro sirva para regularizar estas situaciones. De acuerdo con la EPA, más del 50% de los asalariados tienen jornadas semanales superiores a las 40 horas legales, cada semana se realizan en España 6,4 millones de horas extraordinarias y casi la mitad (el 48%) no se pagan. En ese sentido, los empresarios ya están buscando las vías legales para evitar el incremento de los costes salariales, una opción sería retribuir las horas extras con tiempo de descanso.

Otro de los sectores con incertidumbre son los autónomos. Un transportista que trabaja por cuenta ajena asegura que él hasta ahora "no sabía que tenía dar cuentas de mi horario, no tengo que cumplir con nadie", afirma. En ese sentido, recalca su carácter autónomo: "cuantas más horas hago yo, más facturo". El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, Lorenzo Amor habla de "incertidumbre y cabreo" en el sector y de "poca aplicación" ante la ambigüedad de la norma.

Una actitud que coincide con muchos encargados hosteleros. Martínez-Morata también señala que este registro acabará afectando a los trabajadores y sus salarios porque, indica, se ha unido a la subida del salario mínimo. "El empresario tiene que recortar gastos de alguna manera", añade.

La protección de datos y el derecho a la intimidad

La secretaria de acción sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, explica a La Información que en estas primeras horas de aplicación de la nueva medida "los problemas se están dando, sobre todo, en sectores como la hostelería y el comercio", pues son los que presentan "más dificultades" a la hora de registrar las jornadas de sus trabajadores. "El sector industrial está más acostumbrado al control horario, pues ya disponen de sistemas de registro de entrada y salida de sus trabajadores, si bien ahora las empresas industriales deberán adaptarse a la nueva normativa y garantizar el almacenamiento del registro durante cuatro años", explica Vicente. A su juicio, "es el sector servicios el que se enfrenta a más problemas, al tener que activar un mecanismo de control que hasta ahora ni si quiera existía en muchas pequeñas empresas".

Desde CCOO recuerdan, no obstante, que el Ministerio de Trabajo ha dado más margen a las empresas para negociar con sus trabajadores los términos en los que aplicar el nuevo registro horario obligatorio. "Sistemas como el registro mediante huella dactilar o la geolocalización plantean ciertas dudas y chocan en ocasiones con la protección de datos personales y el derecho a la intimidad del trabajador, por lo que se debe garantizar que únicamente se destinarán al registro de la jornada", advierte Vicente.

De cualquier manera, la Inspección no tiene previsto perseguir a las empresas en estos primeros meses de vigencia del registro horario obligatorio. La normativa contempla multas para las compañías incumplidoras de hasta 6.250 euros, pero se entiende que, ante la envergadura de la medida, las empresas necesitan más tiempo de adaptación. Hoy mismo, el departamento que dirige Magdalena Valerio tiene previsto difundir una "guía práctica" para las empresas "con el fin de establecer unos criterios que sirvan de orientación a empresas y trabajadores", pero no está previsto expresamente en la norma el desarrollo reglamentario. Con lo cual, no se espera que este manual vaya a despejar las dudas, según lamentan fuentes empresariales.

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