Oportunidad de reinvención

La reinvención a la nueva normalidad de los negocios tradicionales y de barrio

Bares y pequeños establecimientos se unen o apuestan por las nuevas tecnologías y otras ramas de actividad que hasta ahora no habían explorado y que la pandemia les ha dado la opción.

Comercio minorista en Cantabria, comercio,
Imagen de un escaparate de un comercio tradicional en Cantabria. 
EUROPA PRESS

La pandemia de la Covid-19 ha significado una crisis sanitaria sin precedentes, pero también un desplome de la actividad económica que en España no se padecía desde la Guerra Civil, hace ya más de 80 años. El descalabro ha sido tal que las estimaciones apuntan que, ahora que estamos en plena desescalada, en la ‘nueva normnalidad’ ya no abrirán el 20% de los comercios ni el 30% de los restaurantes y negocios de hostelería. Pero en medio de la desolación general hay ejemplos imaginativos y formas de reinventarse para seguir adelante. 

Así lo han hecho algunas cafeterías, restaurantes, tiendas de moda, bodegas, mercados tradicionales de abastos, negocios de reformas... Que han aplicado al pie de la letra aquel axioma que asegura que toda crisis supone, en el fondo, una oportunidad de negocio y de crecimiento. Alberto, Miguel e Inés regentan en Lugo, respectivamente, un pequeño restaurante sin terraza; una cafetería con terraza, pero que no sirve comidas; y una tienda de ropa y diseño. El Mesón de Alberto, La Fundación e Inpe. Un maridaje perfecto, pensaron. 

La cafetería La Fundación se encuentra en pleno centro de Lugo, en la Plaza Mayor. Un lugar de referencia en la capital lucense. Las 40 mesas de su terraza estaban vacías al mediodía y a la hora de la cena porque no ofrece comidas. Unos metros más allá, Alberto regenta su mesón, pero al estar en una calle estrecha no tiene posibilidad de tener terraza. Una ruina en estos tiempos de desescalada. Y decidieron unirse y así aprovechar "las sinergias" de sus respectivos negocios. El Mesón Alberto sirve comidas y cenas en la terraza de La Fundación."Ellos tienen terraza y no dan comidas y nosotros damos comidas y ahora no podemos tener terraza", explica Alberto, que cuenta que esta iniciativa les permite "compensar la reducción de capacidad" de su restaurante e intentar así "reinventarse para salir adelante". 

"Ahora más que nunca, y con las restricciones que existen, es necesario no tener horas muertas en el negocio y que la actividad fluya en todas las horas en las que estamos abiertos", explican. Las comidas, en una alianza que ellos mismos dicen que continuará, al menos, hasta el otoño, se servirán de 13.00 a 15.30 horas y las cenas los viernes y sábados de 20.00 a 23.30 horas. Comida, café... Y faltaba el 'postre'.

Aquí es donde entra la diseñadora Inés Penelas y su tienda de moda Inpe, dedicada a la peletería, pero también a uniformes de trabajo, por ejemplo, para hostelería y sanitarios y, en esta época, incluso especializándose en el diseño de un complemento que se ha incorporado a nuestras vidas sin solución de continuidad y se ha hecho imprescindible: las mascarillas. Los dueños de La Fundación llamaron a Inés para encargarle mascarillas para sus camareros y trabajadores y a la vez para adquirir también unos maniquíes que ocuparan las mesas del local que no podían estar en uso por las normas de restricción de aforo. Así no daba "la sensación de local vacío". En vez de cinta plástica sobre las mesas inutilizadas en la Fase 2, maniquíes que ‘tomaban’ café o ‘leían’ el periódico. "El local no estaba tan desenagelado de esta manera". 

Pero la colaboración fue más allá y pensaron que el círculo podría cerrarse vistiendo los maniquíes con los diseños de Inés. Dicho y hecho. La Fundación parecía ‘bullir’ de gente en su interior, con todas las mesas llenas, y además servía de "extraordinario" soporte publicitario para los diseños de Inpe. Estamos "reinventándonos y haciendo cosas para tratar de salir de esta situación", cuenta Inés Penelas. "Al mismo tiempo que tomas un café estás viendo un diseño, algo bonito, color... Y es un excelente escaparate para la ropa que yo diseño. La verdad es que la iniciativa está gustando mucho, llama la atención, e incluso ya me han llamado de otros sitios para hacer lo mismo", explica la diseñadora lucense. "Hay que seguir. Si te quedas quieto la economía se para y hay que seguir vendiendo, comprando, seguir estando en la vida porque si no... En el sector de la moda el parón está siendo tremendo y yo estoy tirando para adelante con la otra parte del negocio, la de los uniformes de trabajo y, sobre todo, con el tema de las mascarillas. Las hacemos personalizadas, para empresas, con logos... Y así salimos adelante", sentencia Inés.

El ejemplo de los más 'mediáticos'

El sector de la hostelería está siendo uno de los más golpeados por la crisis y muchos establecimientos han tenido que ‘repensarse’ para seguir adelante. En este sentido, el ‘delivery’ o comida para llevarte a casa es una de las salidas que están inspeccionando nuestros cocineros, incluso los ‘triestrellados’, en esta época de restaurantes cerrados o de aforo limitado. Mario Sandoval, Dabiz Muñoz o Quique Dacosta han lanzado la mercado líneas de negocio para llevarte sus fogones al salón de tu casa. Quique Dacosta, nombrado mejor empresario de la restauración española en 2020, y tras darle muchas vueltas a la situación, ha puesto en marcha su ‘delivery’ y ‘take away’ este pasado mes de mayo en tres de sus ocho restaurantes, Vuelve Carolina, Llisa Negra y Mercatbar. 

‘QDelivery’ se llama. "La idea del delivery como modelo de negocio siempre ha estado rondando como un posible nuevo concepto dentro del grupo Quique Dacosta. Ahora, no quedaba otra que ponerlo en marcha. Pensamos que los clientes añoran nuestra cocina, que el equipo necesitaba encender fogones y que era una oportunidad para crear una propuesta adecuada", aseguran. "Queremos estar cerca del cliente y vamos acostumbrándonos a que el servicio de mesas ahora se transforme en llamadas telefónicas, emails o mensajes", explican. Una experiencia que no se puede comparar con la de ir al restaurante, pero en la que el cliente decide donde quiere comer.

De reformas a desinfección

‘Juan Fraile. Decoración y Pintura...’ y además te desinfectan la casa: ‘¡¡Fuera virus de su casa!! Limpiamos su cocina y baños; muebles, azulejos, saneamientos...’ Estos días en varias zonas de la periferia madrileña ha aparecido en los buzones la publicidad de una empresa que se dedica a pintar pisos, casas y chalets y además ha añadido una actividad nueva: te desinfectan la casa. "Es el signo de los tiempos, renovarse o morir", cuenta Juan Fraile, propietario de una empresa de pintura de más de 30 años de antigüedad, y que cuenta con 11 empleados, "que no hemos dejado de trabajar durante esta pandemia. Sólo los 15 días de confinamiento total en el que las obras estuvieron paradas". Explica que el ‘nuevo’ servicio que ofrece a los clientes "está teniendo bastante aceptación y ya hemos desinfectado y limpiado varias casas, por un módico precio, sobre todo en domicilios de personas mayores, que viven solas...". 

"Hay que renovarse, innovar y ofrecer nuevos servicios porque si no el sector de las reformas, decoración, pintura en hogares, etc está muy flojo. Hemos notado mucho el parón, pero ésto nos puede ayudar a superar la crisis", confiesa Juan Fraile. Pintor y ahora también “fumigador”.

Martes, 9 de junio. 11.00 horas. El mercado de abastos de Aranjuez (localidad madrileña de 59.000 habitantes a 50 kilómetros de la capital) es un hervidero de compradores. El precioso edificio del modernismo industrial del siglo XIX está abarrotado. Tiene seis entradas y salidas, accesos para minusválidos, y están perfectamente señalizados los pasillos. Limpieza impoluta y los puestos rebosantes de género. Una auténtica sinfonía de frescura y color. En todos los puestos carteles para hacer pedidos por teléfono, whatsapp, e mail, que te los llevan a casa. En todos se admite el pago con tarjeta, teléfono, plataformas de pago como Bizum... En la página web del mercado, perfectamente actualizada y de fácil acceso incluso para los legos en las redes, toda la información de la casi treintena de carnicerías, pescaderías, casquerías, fruterías... La página de Facebook del mercado ofrece información constantemente de productos, novedades... Si te haces socio del mercado y adquieres la tarjeta, sin coste alguno, tienes parking gratuito para dejar el coche mientras haces la compra. 

¿La conclusión? Los mercados tradicionales se están adaptando a los tiempos y en esta crisis pandémica "hemos vuelto al mercado", cuentan desde la Asociación Mercados Tradicionales de España, de recientísima creación, y que en unas pocas semanas de funcionamiento aglutina ya a un centenar, los más relevantes, de los 1.500 mercados que existen en España."Nos hemos ‘puesto las pilas’ desde el principio del confinamiento. Pedidos a domicilio, entregas en el día cuando los supermercados estaban desbordados y te tardaban una semana en llevar la compra... Aquí ha venido gente que hacía años que no compraba en el mercado. Esperemos que se queden. Nosotros podemos haber aumentado las ventas en un 30% durante este tiempo", reconocen los hermanos Martín, dueños de la pescadería Mariscos de la Ría, del madrileño Mercado de la Cebada. 

Durante la crisis "la gente ha vuelto a los mercados. El trato personalizado ha sido fundamental, aunque ahora, con la desescalada, vemos que la gente está regresando otra vez a los supermercados, pero un porcentaje importante de personas se están quedando en los mercados porque los han redescubierto", cuenta Cristina Oliete, coordinadora de la plataforma de Mercados Tradicionales y gerente del Mercado Central de Valencia. Los mercados han innovado y resurgen "y creo que somos un ejemplo ‘brutal’ de como una amenaza se ha convertido en una oportunidad"."Durante las primeras semanas de la pandemia los supermercados estaban desbordados, porque carecían de infraestructura y dejaron de servir a domicilio o lo hacían con una semana de retraso. La gente no podía salir. Familias con niños, personas mayores... Nosostros servíamos enseguida, en el día y hay ejemplos preciosos de gente que recibió su compra en casa y cuando ha posido salir ha ido al mercado a poner cara al carnicero, al frutero o al pescadero que le servían. Y mucha de esa gente se ha quedado en el mercado", explica Cristina. 

Ahora, el objetivo es "fidelizar a esas personas en nuestro mercados. Que la gente que hemos captado se quede, potenciando la compra online y siguiendo ofreciendo ese producto de calidad, de proximidad. Que la gente pueda presumir de que ‘yo soy de mercado’". Cristina Oliete explica, por ejemplo, una inicitiva innovadora que ha puesto en marcha ya hace tiempo, el Mercado Central de Valencia y que estudian otras plazas de abastos: las consignas frigoríficas. "Yo compro productos frescos y recojo la carne, el pescado, las hortalizas, en un punto frigorífico, con el producto ya preparado y perfectamente conservado, cuando vengo del trabajo, a las nueve o diez de la noche, con el mercado ya crerrado, pero tengo allí mi compra de fresco que he encargado en los puestos a lo largo del día. Mucha gente no sabía que había esta posibilidad y la ha descubierto ahora". Renovarse o morir, hasta los negocios más tradicionales, algunos, buscan reinventarse y lograr así su ventana de oportunidad para seguir vivos pese al embate de la Covid-19.

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