Renta Corporación se reinventa otra vez y mira hacia los números negros

  • El grupo inmobiliario se aleja poco a poco a poco del modelo tradicional para hacer frente a la crisis del sector. Primero fue rebajando considerablemente el tamaño de las operaciones ajustándose a la realidad del mercado y nutriéndose del negocio residencial, y ahora convirtiéndose en un proveedor de servicio para la banca.
Renta Corporación perdió 54,5 millones en 2009, la mitad que un año antes
Renta Corporación perdió 54,5 millones en 2009, la mitad que un año antes
Enrique Utrera

Renta Corporación es una inmobiliaria atípica en España. Con un modelo netamente industrial, su negocio consiste en comprar edificios singulares en el centro de las grandes capitales, transformarlos o venderlos... hasta que la crisis le ha obligado a reinventarse.

El grupo se aleja poco a poco a poco del modelo tradicional para hacer frente a la crisis del sector. Primero fue rebajando considerablemente el tamaño de las operaciones ajustándose a la realidad del mercado y nutriéndose del negocio residencial, y ahora convirtiéndose en un proveedor de servicio para la banca.

La misma empresa que hace una año cerró con catorce entidades la refinanciación de su deuda y salvó el match ball de la crisis inmobiliaria, ahora quiere comercializar y vender parte del ingente stock de viviendas que contra su voluntad acumulan los bancos y cajas de ahorros españoles. "Estamos negociando con una gran cantidad de entidades. Queremos terminar sus promociones y venderlas".

De momento, el grupo ya ha cerrado un primer acuerdo con una entidad para "colocar una estructura de once viviendas", señaló ayer el consejero delegado del grupo,

Juan Velayos.

Esta operación y las que vengan permitirán al grupo diversificar sus fuentes de ingresos y ya se verá si conseguir salir de los números rojos. "Queremos que sea este mismo año, pero dependemos de la evolución del mercado inmobiliario", explica el presidente Luis Hernández de Cabanyes.

Conseguir el objetivo depende de los márgenes. Hoy, Renta es una compañía menos endeudada, pero lo ha conseguido a cambio de reducir su tamaño tras vender activos a los bancos. Por lo tanto, el secreto de volver a beneficios–el año pasado perdió 54,5 millones tras realizar provisiones por valor de 46- reside en la capacidad para sacar el mayor partido posible a las operaciones.

Una asignatura que, de momento, el grupo aprueba. En una decena de las 27 operaciones nuevas realizadas, las de los inmuebles adquiridos en 2009 ya en plena crisis para su rehabilitación y venta posterior, el grupo ha conseguido rentabilidades del 25%.

Operaciones corporativas

La gran sorpresa de la junta es el anuncio de que el grupo no descarta realizar operaciones corporativas. Un anuncio inusual para una compañía de un sector subido a la ola de crisis y con un alto endeudamiento, de 254 millones al cierre del año pasado. Los directivos dicen que no hay nada concreto sobre la mesa y que la operación tiene que tener un riesgo "muy acotado" y proporcionar al equipo de Renta un alta capacidad de gestión. Es decir, que queda descartada la venta del grupo o una fusión.

El anuncio podría significar que la compañía ha alcanzado el punto de inflexión. No habrá más recortes de plantilla, los beneficios pueden llegar este mismo año y, según el grupo, el precio de la vivienda en el centro de Madrid o Barcelona ha tocado suelo.

Aunque el presidente del grupo asegura que la inversión sigue bajo mínimos, cree que la corrección de precios ya supera a la de anteriores crisis como la de 1979 ó la de 1990. Otra cosa bien distinta son los plazos de la recuperación. Sea como fuera, Renta se ha salido de su carril tradicional para afrontar una crisis sin precedentes.

Con una caída en bolsa similar este año a la media del sector inmobiliario –por encima del 25%- y una capitalización bursátil de apenas 58 millones de euros, no le queda otra. La consigna es aguantar.

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