Repoblar la España vacía con tecnología: "Aquí se vive mejor con menos sueldo"

Día de la Patrona en Valverde del Burguillo. /L.I.
Día de la Patrona en Valverde del Burguillo. /L.I.

Valverde de Burguillos es un pueblo de Badajoz que contaba en los años sesenta del pasado siglo XX con 913 habitantes, muy lejos de los actuales 280. Como tantos otros, afrontó a partir de los años sesenta los fenómenos hermanados de la crisis de la agricultura tradicional, la modernización del campo, la emigración rural y consiguiente crisis social y cultural. Estos días, llega al pueblo 'la primera familia de repoblación'. "Una familia cubana, en la que el hombre es arquitecto, que viene a probar cómo es la vida en Valverde", nos explica su alcalde, Carlos Delgado.

La familia de origen cubano que se traslada a este pequeño pueblo de Badajoz a vivir lo hace a través de la Universidad de Sevilla. Y es que a diferencia de muchos pueblos de la llamada España vaciada, las gentes de Valverde crearon hace ya casi una década la plataforma 'Activa Valverde', para que "quienes  salieron del pueblo vertieran allí sus conocimientos y experiencias y nos ayudaran a luchar contra la despoblación y el abandono", explica el edil. Hoy aquella plataforma se ha convertido en 'Activa Valverde online', dentro del proyecto  "Pro-Activa Valverde. Transferencia Universidad-Sociedad Civil contra la despoblación”, del Ayuntamiento de Valverde de Burguillos y el Centro de Desarrollo Rural Zafra-Rio Bodión.

Así, en este pequeño municipio de menos de 300 habitantes, su sangría demográfica está siendo objeto de estudio desde la Universidad de Sevilla, donde alumnos de diversas áreas de conocimiento -Biología, Agroecología, Arquitectura...- han elegido la localidad para desarrollar sus trabajos de fin de máster o de grado. Se puede decir que han llevado a esta población extremeña a una especie de laboratorio académico cuyo fin último es la repoblación.

Pese a los progresos que se han realizado en este sentido, a día de hoy cerca del 10% de la población, unos cinco millones de personas en pequeños municipios de la España rural, carecen de una conexión a internet digna. Mítica es la imagen de Pedro de Verona, alcalde de Chumillas, pueblo de apenas 50 habitantes en la serranía de Cuenca, que iba puerta por puerta diciendo a los lugareños que se desconectasen de la wifi local para que no le 'chupasen' megas y pudiera hacer alguna gestión online desde su despacho del ayuntamiento. Pese a este 'internet a pedales' algunas localidades de la España profunda a las que sí les ha llegado la banda ancha luchan por convertirse en 'Smart villages' o pueblos inteligentes para agarrarse al tren de la historia y frenar la despoblación y el abandono. 

Los 'pueblos smart' son pequeñas poblaciones que apuestan por las nuevas tecnologías y la innovación para mejorar la calidad de vida de su población, impulsar medidas sostenibles para cuidar el medioambiente o promocionarse como destino turístico. La primera convocatoria para impulsar este tipo de proyectos fue realizada en España en 2014 bajo el paraguas de Red.es, dependiente del entonces denominado Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. A nivel europeo está ahora SmartVillage, un portal en línea que reúne diferentes proyectos, iniciativas y redes. Los pueblos inteligentes buscan una Administración más eficiente y sostenible; revitalizar los servicios rurales a través de la innovación digital y social; impulsar nuevos conceptos como la agricultura 4.0, la agroganadería o la tecnoartesanía y apostar por la eficiencia energética y la sostenibilidad.

El ejemplo leonés

La localidad leonesa de Molinaseca, en pleno Camino de Santiago, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1975 y cuenta con 900 personas censadas. Molinaseca, a diferencia de otras poblaciones rurales de la zona, ha logrado que el número de sus pobladores no disminuya en la última década. Es más, hoy en día cuenta con dos docenas más de personas censadas que hace unos años. Y es que Molinaseca, a cuyo mando se encuentra Rodrigo Arias (PP), se ha convertido en una especie de laboratorio contra la despoblación del internet de las cosas (LoT), en el que participan, además del ayuntamiento, la Junta de Castilla y León y la compañía Telefónica.

En Molinaseca, por ejemplo, se han puesto en marcha iniciativas de gestión de residuos o de alumbrado inteligente. Para la gestión de residuos se han instalado sensores en los contenedores y solo cuando están llenos se envía al camión de la basura a vaciarlos. Esto se traduce en ahorro en gastos de desplazamiento y en emisiones de CO2. El proyecto de alumbrado inteligente se ha centrado en la entrada al pueblo, recorrido que forma parte del Camino de Santiago. En esta zona se han instalado sensores de presencia para que cuando se acerquen peregrinos aumente la intensidad de los focos, mientras por la noche se mantienen a unos niveles muy bajos para reducir el consumo.

Igualmente, dentro del proyecto de 'Territorio Rural Inteligente' en el que participan Telefónica y Molinaseca se incorporan tecnologías de Big Data para que los municipios pueden prever qué número de plazas hoteleras o cuántas camas disponibles van a necesitar en los albergues en cada periodo, qué idiomas deben hablar en las oficinas de turismo, etc. Otra de las aplicaciones que tienen los proyectos de 'big data' es por ejemplo, analizar las rutas entre diferentes destinos. Se puede conocer si hay suficientes líneas de transportes entre dos municipios en determinadas temporada o si sobran algunas, lo que permite a los ayuntamientos adaptar los medios de transporte en función de las necesidades reales de la población.

"Esperemos que con la tecnología vengan más personas a los pueblos", explica una lugareña de Molinaseca. En Valverde de Burguillos, de momento, "los jóvenes se están empezando a dar cuenta", explica el alcalde, de que aquí, con un poco menos de sueldo se puede vivir bien, incluso mejor que en una gran ciudad". Y es que en Valverde "estamos a una hora y cuarto de Sevilla, con un aeropuerto internacional, y tenemos, supermercado, médico, gimnasio... Tenemos de todo. Hasta escuela, en la que hay cinco niños. Y desde que empezamos con este tema de revertir el éxodo rural y la despoblación nos dimos cuenta de que mantener la escuela era clave para seguir 'vivos'. Si la escuela se hubiera cerrado hubiera sido el fin de Valverde de Burguillos, pero ahí seguimos", explica con orgullo el edil de la localidad.

En Valverde de Burguillos tienen en mente ofertar para este año un albergue universitario para los alumnos que vayan a la localidad a hacer su trabajo fin de máster o de grado y "seguro que va a funcionar como lo hace en zonas que hemos estudiado como en Escocia, por ejemplo. poder hacer el trabajo en contacto con el terreno y más allá de estar delante de un ordenador". "Un alumno de fin de máster de la universidad de Sevilla, por ejemplo, ha logrado matrícula de honor con un proyecto de granja de gallinas ecológicas aquí en el pueblo. Ha contactado con posibles compradores, inversores... Y son proyectos que se pueden poner en práctica, lo que hace falta es voluntad y deseo de que la España rural no se muera por inanición", sentencia el alcalde de esta localidad pacense. 

En Alcalá la Real (Jaén), una red wi-fi pública posibilita al turista acceder a contenidos relacionados con la historia de la localidad o sus monumentos más representativos y el pueblo también controla el alumbrado punto por punto y así puede programar y definir la intensidad de cada farola por separado en función de las necesidades reales de cada zona. También en Jaén, en la localidad de Martos, se han colocado sensores en sus casi 5.000 farolas para controlarlas individualmente y mejorar la eficiencia energética, un parking inteligente en torno a su teatro o pasos de peatones inteligentes con sensores en las aceras. Es la lucha de la España rural por la digitalización. 

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