Reunión urgente de los acreedores de Reyal para salvar a la inmobiliaria

Los acreedores de Reyal Urbis que aún no han firmado la refinanciación de los casi 4.756 millones de deuda financiera del grupo estudian de urgencia su adhesión al acuerdo y, si dan luz verde a la última propuesta presentada por Lazard, éste podría firmarse mañana mismo, después de que BBVA firmara la semana pasada el acuerdo de adhesión y desbloqueara la refinanciación del grupo.

Cuando las conversaciones empezaron, el año pasado, el objetivo era que la negociación entre la inmobiliaria y los bancos acreedores estuviera cerrada antes de que acabara 2009. Sin embargo, las discrepancias, primero del banco que preside Francisco González, y ahora de los principales entidades extranjeras presentes en el préstamo sindicado, aún mantienen el proceso abierto.

El objetivo de Reyal Urbis es que el contrato de refinanciación sea firmado mañana por todas las partes, en total, 49 entidades financieras. Será, si culmina, la segunda refinanciación de la deuda del grupo tras la primera firmada en octubre de 2008. La adhesión de BBVA ha supuesto un cambio de las reglas del juego respecto a la situación de hace apenas una semana. El segundo banco español ha aceptado quedarse con varios activos de Reyal Urbis a cambio de deuda. Además, la inyección de liquidez a la inmobiliaria se reducirá si el acuerdo sale adelante desde los 150 a los 80 millones de euros.

Antes que BBVA, otros acreedores como Banco Sabadell, Bancaja, Caixa Galicia y Caixanova habían aceptado canjear activos por deuda. Una solución que las entidades financieras no deseaban en absoluto, pero que ha sido la única vía para desbloquear la desesperada situación financiera de la inmobiliaria. Los bancos tendrán que provisionar las pérdidas generadas por la diferencia entre el precio de adquisición y el de mercado de estos activos.

Segunda oportunidad

Para Reyal Urbis, esta nueva refinanciación es la segunda, y casi con toda seguridad, última oportunidad de salir adelante. En octubre de 2008 refinanció 3.006 millones de euros. Entonces, se retrasó el plazo de la primera amortización a octubre de 2011. La realidad demostró meses después que el acuerdo firmado tenía los pies de barro por el deterioro paulatino del mercado inmobiliario español.

Ahora, el plan de salvación de Reyal elaborado por Lazard contempla que la inmobiliaria no pagará ni el principal ni los intereses del préstamo en los próximos tres años. A cambio, Reyal tendrá que vender de forma ordenada sus activos más atractivos.