Decepción con la vicepresidenta

Maroto hace de Calviño: irrumpe como el 'enlace' clave entre empresas y Gobierno

  • Empresarios la ponen como ejemplo de implicación y sensibilidad hacia las necesidades del tejido productivo dentro de un Gobierno del que desconfían.
Fotografía Reyes Maroto, entrada Consejo de Ministros / EFE
Fotografía Reyes Maroto, entrada Consejo de Ministros / EFE

Ante un Gobierno que consideran que les ningunea y que, en algunos casos, directamente les ataca, los empresarios han encontrado de forma inesperada una socia de confianza. La abnegada tarea que durante toda la crisis del coronavirus ha desarrollado la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para conocer en primer término las necesidades de los sectores y trabajar en segundo lugar para trasladarlas al BOE le han granjeado la confianza de un tejido empresarial, cada vez más desconfiado de la hoja de ruta marcada desde el Palacio de Moncloa y últimamente también decepcionado con la capacidad de maniobra de la que estaba llamada a ser su interlocutora natural, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

La defensa realizada esta semana de la posibilidad de que los comercios minoristas puedan hacer una temporada de rebajas en sus tiendas con las pertinentes medidas de seguridad, en contra del criterio gubernamental de restringir esa opción para evitar aglomeraciones y en línea con lo que reclama el sector textil, ha sido el último episodio de una gestión de crisis que los empresarios no tienen empacho en ensalzar. "Maroto ha sido la única ministra que realmente se ha preocupado por conocer las necesidades de los sectores y por tratar de resolverlas", reconoce un dirigente de una de las organizaciones que conforman la CEOE. "La respuesta del resto del Gobierno ha sido decepcionante".

Fuentes empresariales recuerdan ahora que una de las primeras medidas de contingencia que adoptó el Gobierno para paliar el impacto del coronavirus, antes incluso de la declaración del estado de alarma, fue la extensión de 200 a 400 millones de euros de la denominada 'Línea Thomas Cook' para las empresas del sector turístico y del transporte, a instancias del departamento de Reyes Maroto. Ya entonces, la principal organización empresarial del país subrayó que ese camino -la cobertura de las necesidades de tesorería generadas por la crisis- era el que había que seguir para tratar de impedir un desplome del tejido empresarial, pero aún hubo que esperar casi una semana para que el Gobierno anunciara la disposición de una línea de préstamos con aval del Estado de 100.000 millones de euros y dos semanas más para que ésta estuviera finalmente disponible.

Esos titubeos iniciales y lo que entienden como una apreciable falta de contundencia por parte de la vicepresidenta Calviño en la defensa de la reputación de las empresas españolas ante los ataques del área de Gobierno controlada por Unidas Podemos han alimentado el desafecto de los empresarios con la vicepresidenta. Le achacan no haber equilibrado la balanza de las medidas de cobertura dispuestas por el Gobierno, compensando el esfuerzo realizado en el 'escudo social' del que tanto ha presumido el Ejecutivo con un 'escudo empresarial' en condiciones, y no haber priorizado la estabilización de la situación financiera de las empresas como camino más corto para salvar el empleo, regateando en asuntos como la cuantía de los créditos con aval estatal o la moratoria fiscal, que se han dispuesto desde el minuto uno en otros países.

Las fuentes consultadas contraponen esta apatía con la hiperactividad de Reyes Maroto, que no ha parado de reunirse con sectores y empresarios, que ha dado cauce a muchas de sus reivindicaciones para que llegaran al Consejo de Ministros y que ha dispuesto en tiempo récord y con consenso de todos los agentes implicados -incluido el Ministerio de Sanidad- una serie de guías con medidas, instrucciones y recomendaciones de seguridad para reducir al máximo el riesgo de contagio de coronavirus en los establecimientos hoteleros, los bares, las casas rurales o los balnearios para cuando éstos tengan la posibilidad de abrir. 

Las fuentes empresariales consultadas lamentan, no obstante, que la ministra más sensible a sus posiciones no disponga del peso político suficiente para hacerlas valer, lo que vuelve a girar el foco hacia Nadia Calviño. Un nuevo ejemplo de esto acaecía hace apenas unos días, cuando la patronal siderúrgica Unesid instó de forma explícita a la vicepresidenta a implicarse en la defensa de los intereses del sector ante Bruselas, como publicó La Información, apelando a que tener dos valedores vale más que tener solo uno, en referencia al respaldo de la ministra de Industria.

El 'feeling' de las empresas con Maroto y la frialdad en la relación con Calviño ha llegado a Moncloa. Fuentes del Gobierno admiten que varios empresarios ya han puesto de manifiesto en 'petit comité' la sensación de distancia que les transmite la vicepresidenta, en contraste con la buena sintonía de las relaciones con la ministra de Industria, en la que encuentran una interlocutora más perceptiva a sus planteamientos.

Incluso desde el sector turístico, el más golpeado por la crisis, también valoran el trabajo de la ministra y su esfuerzo por aportar algo de certidumbre en un panorama dominado por lo incierto: no se sabe cuándo podrán abrir los hoteles, tampoco en qué condiciones y si el turismo extranjero podrá acudir o no a España y en qué número. Los hoteles saben al menos las condiciones que tendrán que cumplir sus establecimientos para hacer las cosas bien y que el Gobierno está trabajando para abrir una serie de 'corredores verdes' para traer turismo extranjero en las máximas condiciones de seguridad. "Nos han escuchado y nuestras demandas se han trasladado, a ver qué ocurre ahora", dice un empresario del sector.

El presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, tampoco ha dudado en poner a la ministra de Industria, Comercio y Turismo como ejemplo de responsable pública sensible a las necesidades del tejido empresarial. "El Gobierno debe escuchar a la empresa. Hay que colocar en el núcleo de decisión a personas que tengan sentido del mundo empresarial. El Ministerio de Industria, por ejemplo, entiende la situación, pero hay otra parte del Gobierno que no entiende que la solución a esta crisis está en la empresas", señaló esta misma semana en una charla en el Colegio de Economistas.

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