La deuda no siempre se da por liquidada

El riesgo de vender tu casa al banco: podrías seguir pagando la hipoteca

Las entidades bancarias no tienen como objetivo estos inmuebles por lo que esta operación no siempre será posible y, además, el importe de la venta no siempre cubre la deuda pendiente.

Una hipoteca.
Una hipoteca.
bongkarn thanyakij de Pexels.

La imposibilidad de pagar las cuotas de la hipoteca genera una situación de tensión ante la deuda que se empieza a acumular y muchas veces se busca una solución rápida que dé por liquidada la deuda, aunque no siempre sea la respuesta más adecuada. Entre otras opciones, algunos se plantean vender la casa al banco, sin embargo es importante destacar que no siempre es posible y que, además, puede tener un riesgo mayor. 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el negocio de los bancos no es comprar inmuebles y, por tanto, en caso de no poder pagar la hipoteca, la entidad ofrecerá otras alternativas y no siempre estará dispuesta a su compra. 

Además, por otra parte, aunque acceda a la compra, la operación no será una compraventa habitual, sino que se realiza una subasta pública. Aquí está el mayor riesgo para el propietario. Si en la subasta la vivienda se vende por un precio inferior a la hipoteca pendiente, el banco te exigirá la diferencia. Es decir, te habrás quedado sin vivienda y, además, mantendrás parte de la deuda, hasta que quede liquidada. 

Esta situación se producirá en un contexto de oferta elevada y con precios a la baja y no solo si se vende en una subasta pública. Si se recurre a un particular, este estará dispuesto a vender a precio de mercado. Sin embargo, esta opción cuenta con la certidumbre de saber cuánto se va a obtener por la venta y decidir si vendes o no. 

En caso de vender la vivienda a un particular a un precio igual o superior a la hipoteca, el vendedor podrá cancelar la deuda tras la operación. Pero, además, también es posible vender el inmueble con la hipoteca incluida. Existen dos opciones. Por un lado, se podrá subrogar la hipoteca al comprador, es decir, el nuevo propietario asume la deuda con las mismas condiciones que la pactó el vendedor. Por otro lado, también es posible solicitar una hipoteca puente. Esta opción será favorable cuando se necesite vender una vivienda para comprar otro pero todavía no has conseguido deshacerte de la antigua, de manera que se obtendrá antes de tiempo el dinero sin necesidad de vender 'in extremis' y con peores condiciones. 

¿Qué alternativas hay si no puedo seguir pagando?

Pese a que la situación sea límite, es importante analizar todas las opciones para recurrir a la más idónea, especialmente de cara a largo plazo. Además de vender la vivienda a un particular, el hipoteca puede recurrir a otra solución con la que ganar tiempo para pagar la deuda: ampliar la hipoteca. Con esta opción se puede aumentar la deuda o reducir las cuotas. 

En estas situaciones, en las que hay dificultades para seguir pagando, será más favorable reducir el importe que se abona mensualmente. Para ello se alarga el periodo de amortización, es decir, estarás más tiempo, pero pagando menos. Esta acción también implica la subrogación de la hipoteca, se cambian las condiciones, y por ello se deberán asumir algunos costes, como la comisión del banco. 

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