Rossell (CEOE) y Bonet (Freixenet) prevén más paro en una Cataluña independiente

    • En el artículoNunca es tarde para el diálogo, publicado por La Vanguardia, piden también que se reconozca plenamente la importancia de su aportación al resto del España y su peso institucional.
    • Señalan que la independencia tendría graves consecuencias en la actividad económica de Catalunya, en el bienestar de los catalanes y, especialmente, en las pymes y autónomos.
Rosell dice que patronal y sindicatos tienen que ser "lo más flexibles posible" para cerrar el pacto salarial
Rosell dice que patronal y sindicatos tienen que ser "lo más flexibles posible" para cerrar el pacto salarial

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, y el de la Cámara de Comercio de España y de la compañía Freixenet, José Luis Bonet, han advertido de que una Catalunya independiente tendría una menor actividad económica, menos empleo y "peores condiciones de vida".

La propuesta de ambos empresarios es que los políticos recuperen el diálogo sobre Catalunya y admitir su peso para evitar este escenariora mejorar el encaje". "Que se reconozca plenamente la importancia de su aportación al resto del España y su peso institucional", añaden en el artículoNunca es tarde para el diálogo, firmado conjuntamente, publicado porLa Vanguardia.

Ambos defienden que la política es "el arte del pacto y no un instrumento de enfrentamiento", por lo que llaman a un consenso para evitar la independencia, teniendo en cuenta los perjuicios que comportaría.

Rosell y Bonet creen que los políticos tienen capacidad y preparación suficiente para hacer "las reformas necesarias, y que las posiciones partidistas cesarán ante intereses de mayor envergadura". Tras remarcar que muchos se sienten catalanes, españoles y europeos y que no quieren renunciar a nada de eso, avisan de que Catalunya saldría del euro y tendría "serios problemas para financiarse".

"La pertenencia al Estado español le dota de instrumentos de los que carecería fuera", y sostienen que el futuro en mayúsculas es Europa y está aún a mitad de camino, por lo que no hay que volver atrás.Las graves consecuencias de la independencia

Los dos dirigentes alertan de que la secesión "tendría consecuencias en la actividad económica de Catalunya", y les preocupa cómo las decisiones políticas repercutirán en el estado del bienestar de los catalanes.

Avisan de que, con un Estado propio, Catalunya no estaría en el euro y le costaría financiarse, porque no podría recurrir al BCE o al Mecanismo Europeo de Estabilidad, y sus emisiones de deuda se verían muy penalizadas, además de constatar que "la Europa de los Estados no está pensada para que sus miembros se fragmenten".

Añaden que la exportación catalana quedaría perjudicada: se encarecería y perdería competitividad, los productos catalanes a vender en Europa quedarían gravados por la tarifa para Estados no comunitarios, y los productos a vender a terceros países no se beneficiarían de las cláusulas preferenciales suscritas por la UE.

También auguran inseguridad jurídica y financiera, y las inversiones en Catalunya "podrían retraerse", con deslocalizaciones, ya que las multinacionales --que dan trabajo al 10% de empleados-- buscarían lugares más estables para sus filiales. Todo esto se traducirían "en una menor actividad económica y, por tanto, menos empleo y unas peores condiciones de vida", afectando sobre todo a la pyme, al pequeño comercio y al autónomo, al reducirse la capacidad de consumo de la gente.Las pymes las más afectadas

Aseguran que la independencia podría llevar a pymes, al pequeño comercio y a los autónomos a "situaciones como las vividas por la crisis de los últimos años".

Ante este panorama, los empresarios advierten que "no podemos perdernos en sueños de muy dudosa realización" y exigen a los partidos que "expongan con claridad a la ciudadanía las consecuencias de sus propuestas para que los votantes acudan a las urnas con pleno conocimiento de causa".

Los dos empresarios constatan que la economía española ya se recupera y puede crecer en los próximos años, Bonet y Rosell piden centrarse en recuperar la actividad económica y crear empleo, y no "añadir incertidumbres a un entorno internacional que está lejos de estabilizarse".

Explican que las 220.000 empresas que suman más de dos millones de trabajadores y los más de 500.000 autónomos en Catalunya están "fuertemente interconectados con los del resto de España en sus relaciones comerciales diarias".

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