Ruptura

  • La subida del 1,5 por ciento que ha conseguido el mercado nacional esta semana acaba con una racha negativa iniciada a finales de marzo después del vencimiento de los contratos de futuros de ese mes.

Raimundo Díaz

Madrid, 28 abr.- La subida del 1,5 por ciento que ha conseguido el mercado nacional esta semana acaba con una racha negativa iniciada a finales de marzo después del vencimiento de los contratos de futuros de ese mes.

En este ciclo, que comenzó con nuevos mínimos anuales (6.811 puntos) y con pronósticos apocalípticos por la victoria de Françoise Hollande en la primera vuelta de las elecciones francesas y la dimisión del Gobierno holandés por sus controversias sobre el cumplimiento de los objetivos de déficit, se ha producido una reversión de la situación.

Con una pérdida acumulada cercana al 20 por ciento en cinco semanas, el mercado nacional partía de una situación privilegiada a pesar de sus desgracias anteriores y los antecedentes que le condicionaban.

Decimos privilegiada, casi excepcional, porque suele acontecer que tras un retroceso de esa magnitud las compras surgen sin demandarlas, por el simple abaratamiento de los precios y las oportunidades de ganancia que surgen si acontece una ruptura de tendencia.

De facto, el mercado ha remontado resultados empresariales mal acogidos, como los del Banco Santander, que ganó el 24 por ciento menos en el primer trimestre; informes negativos sobre la banca nacional del Fondo Monetario Internacional (FMI) o la rebaja de la calificación crediticia de la deuda española por Standard and Poor's.

Las condiciones generales de la economía, aunque se refieren a momentos pasados, no acompañaron estos días: España entró en recesión en el primer trimestre y el número de parados se elevó en este tiempo hasta 5,6 millones, mientras en Estados Unidos la economía y el empleo no crecían como se esperaba.

Pero, ya se sabe, los tiempos están continuamente cambiando, y, con gran dolor de la férrea Alemania, las voces exigen una moderación de los duros ajustes y la aplicación de propuestas que favorezcan el crecimiento económico para evitar males mayores.

En cuanto a la evolución de las principales compañías del mercado nacional, las del índice IBEX 35, todavía compuesto por treinta y seis empresas y que a partir de la próxima semana perderá a Ebro Foods, subieron veintiocho y bajaron ocho.

La mayor subida correspondió a Grifols, que avanzó el 13,87 por ciento impulsada por sus resultados, en tanto que Bankinter se revalorizó el 9,47 por ciento, y DIA, el 6,01 por ciento.

En el lado de las pérdidas, el primer puesto fue ocupado por Sacyr, que cedió el 11,32 por ciento, seguida de Gamesa, con un retroceso del 6,16 por ciento, y de ACS, que sigue vendiendo participaciones (algo más del 4 por ciento de Abertis a OHL), y bajó el 5,56 por ciento.

Respecto a los grandes valores, sólo bajó Repsol, el 1,47 por ciento, mientras que BBVA lideró las ganancias con un alza del 2,37 por ciento; Telefónica subió el 2,31 por ciento; Banco Santander, el 1,89 por ciento, e Iberdrola, el 0,25 por ciento.

La próxima semana, en la que el mercado español partirá de 7.145,80 puntos y tendrá una sesión menos por el día del Trabajador, el Primero de Mayo, los inversores estarán pendientes de los datos de empleo estadounidense y de estadísticas de actividad en varios países del mundo, así como de la decisión que adopte el Banco Central Europeo sobre los tipos de interés.

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