Rusia autoriza la importación de vino georgiano tras siete años de embargo

  • El jefe sanitario ruso, Guennadi Oníschenko, autorizó hoy la importación de vino georgiano, sometido a embargo desde 2006, un nuevo paso en la mejora de las relaciones entre Moscú y Tiflis.

Moscú, 28 mar.- El jefe sanitario ruso, Guennadi Oníschenko, autorizó hoy la importación de vino georgiano, sometido a embargo desde 2006, un nuevo paso en la mejora de las relaciones entre Moscú y Tiflis.

"El problema está solucionado. (Los georgianos) Pueden preparar una partida para la exportación", afirmó Oníschenko, citado por las agencias locales.

Oníschenko explicó que dos empresas georgianas -Kindzmarauli Marani y Vinni Dom Dugladze- podrán reanudar en breve los suministros de vino, antaño muy popular en el mercado ruso.

Especialistas rusos han inspeccionado durante las últimas semanas decenas de empresas y fábricas del país caucásico para confirmar que cumplen con las normas fitosanitarias vigentes en Rusia.

Rusia prohibió en 2006 las importaciones de vinos, licores y aguas minerales georgianas, aduciendo razones sanitarias (toxicidad, graduación, presencia de hierro y pesticidas), lo que provocó grandes pérdidas al país caucásico.

No obstante, tanto la prensa rusa como la georgiana coincidieron al señalar que esa decisión estaba motivada por las malas relaciones entre el Kremlin y el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, principal aliado de Estados Unidos en el Cáucaso.

En represalia, ese mismo año Tiflis revocó su firma del protocolo comercial bilateral suscrito dos años antes, lo que bloqueó durante varios años el ingreso ruso en la Organización Mundial de Comercio.

Las relaciones entre Rusia y Georgia han mejorado considerablemente desde que el partido de Saakashvili perdiera las elecciones legislativas de octubre pasado, tras lo que fue nombrado primer ministro Bidzina Ivanishvili.

Ivanishvili, quien labró su fortuna en Rusia, por lo que es acusado por Saakashvili de ser un agente ruso, aboga por normalizar las relaciones con Moscú, primero en el ámbito económico, cultural y humanitario, y sólo después en el terreno político.

Al mismo tiempo, aseguró que no renuncia al retorno al redil georgiano de las regiones separatistas Abjasia y Osetia del Sur, cuya independencia fue reconocida por el Kremlin tras la guerra con Georgia en agosto de 2008.

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