Rusia bendice el Mundial: 0,3% de PIB este año y 26.300 millones hasta 2023

  • Un estudio arroja un coste estimado de casi 11.000 millones de euros, el 70% de los cuales se sufraga con cargo a presupuestos públicos.
Mundial Rusia 2018
Mundial Rusia 2018
EFE

El Mundial de fútbol está a nada de arrancar. El 14 de junio se disputará el partido inaugural y un día más tarde jugará España, por lo que Rusia ya tiene todo preparado para que ruede el balón. El evento será una gran cita deportiva que también tendrá una gran repercusión económica para el país, que a tenor de anteriores citas mundiales, permite hacer una aproximación cuantitativa. 

Ken Van Weyenberg, Head of CPM Asset Allocation de la gestora Candriam, ha analizado la posible repercusión económica de la Copa del Mundo sobre la economía rusa. La organización del evento futbolístico es algo con lo que sueñan todos los líderes políticos. Las inversiones que se realizan tienen un gran retorno y suponen beneficios económicos tanto a corto como a largo plazo, una campaña de imagen global de valor incalculable y un efecto de marca positivo (propicio para el turismo y la actividad empresarial).

Este Mundial de Rusia que se avecina será uno de los más caros de la historia. Un estudio pormenorizado arroja un coste estimado de casi 13.000 millones de dólares (11.000 millones de euros), el 70% de los cuales se sufraga con cargo a presupuestos públicos. De dicha cuantía, más de 4.000 se han invertido en instalaciones deportivas (estadios) y casi 7.000 en mejoras del transporte (remodelación de los principales aeropuertos, autopistas y medidas de seguridad).

Estas inversiones, que vienen realizándose regularmente en los últimos años (desde 2013) y la Copa del Mundo en sí misma tendrán una repercusión a corto plazo en la economía rusa en el segundo y el tercer trimestre de este año. La economía se beneficiará de un crecimiento temporal del empleo y del consumo de las 3,5 millones de personas que han comprado entradas para ver los partidos del Mundial. Los anteriores campeonatos muestran que los visitantes de la Copa del Mundo gastan hasta el doble que los turistas habituales en alojamiento, comida, bebida y otros conceptos. Dentro de las concesiones de los estadios brasileños durante el Mundial de 2014, la FIFA registró más de 800.000 servicios de comida, más de tres millones de cervezas, dos millones de refrescos y unos 750.000 snacks.

El beneficio económico estimado para Rusia sumará entre un 0,2% y un 0,3% extra al crecimiento del PIB anual de 2018, lo que parece concordar con anteriores torneos. El beneficio económico a corto plazo de Brasil se estimó entre el 0,2% y el 0,7% del PIB total, aunque las cifras oficiales todavía no se han publicado, mientras que, según KPGM, Sudáfrica creció un 0,5% extra en 2010 gracias a la Copa del Mundo.

"Estimar el posible beneficio a largo plazo es más difícil", según señala el experto de Candriam. Aun así Rusia es bastante optimista, tomando en cuenta el crecimiento del turismo en los años posteriores a un mundial, los efectos ulteriores en las inversiones del gobierno e incluso una mayor actividad física de los rusos gracias a la mejora de las instalaciones y, por ende, menos días de baja por enfermedad. Un informe de la repercusión económica que se prevé que tenga el Mundial en la economía rusa cita un impulso para el PIB del país de cerca de 31.000 millones de dólares (26.300 millones de euros) durante los 10 años que van desde 2013 hasta 2023, o alrededor de un 2% del PIB total.

"Aunque es difícil averiguar si dichas predicciones son realistas, es obvio que la Copa del Mundo aportará a Rusia unas mejores instalaciones deportivas, una mejora del transporte público y posiblemente más visitas de turistas internacionales durante el año que transcurra desde la celebración del mundial, gracias a la mejora de la reputación internacional", destaca Ken Van Weyenberg. 

El de Rusia es uno de los mundiales más caros de la historia y ello se refleja en infraestructuras nuevas o remodeladas, tales como carreteras y aeropuertos, lo que supone una grata diversificación de la economía con respecto a sus pilares tradicionales como combustible y minería. Por desgracia para los rusos, la economía consiste en mucho más que simplemente recoger los beneficios a corto plazo de acoger un acontecimiento deportivo mundial.

La economía es muy dependiente de los precios del petróleo y el gas y de su exportación, que habían disminuido en los últimos años hasta fines de 2016. Además, las sanciones económicas internacionales impuestas por Occidente, principalmente EEUU y la UE, en respuesta a la anexión de Crimea en 2014, perjudican al crecimiento económico, dado que la cuota de exportación de productos de petróleo y gas de Rusia cayó del 65% en 2014 al 55% en 2017.

El crecimiento del PIB real se estima en "sólo" un 2% en 2017 y seguramente permanezca por debajo de dicho dato, aunque cerca de él, en los dos próximos años. El alza de precios del petróleo es claramente beneficioso para la economía, pero es demasiado importante como para obviar la importancia de nuevas sanciones de EEUU o la UE, los riesgos geopolíticos o la dependencia de las exportaciones de materias primas, lo que justifica una opinión cautelosa hacia los activos rusos.

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