Rusia y la UE se enzarzan en "la guerra de los gasoductos"

  • Rusia y la Unión Europea se enzarzaron esta semana en "la guerra de los gasoductos", un intento de hacerse con el control de los estratégicos suministros de gas del mar Caspio y Asia Central.

Ignacio Ortega

Moscú, 15 sep.- Rusia y la Unión Europea se enzarzaron esta semana en "la guerra de los gasoductos", un intento de hacerse con el control de los estratégicos suministros de gas del mar Caspio y Asia Central.

Tres días antes de que el gigante gasístico ruso Gazprom lance mañana, viernes, en el balneario de Sochi el proyecto del gasoducto South Stream, los Veintisiete concedieron a la Comisión Europea tras años de espera el mandato para el tendido del gasoducto Nabucco.

Ésa no es la única coincidencia, ya que ambos gasoductos deben comenzar a bombear gas centroasiático a partir de 2015.

Según el diario "Kommersant", Rusia firmará mañana durante el X Foro Inversor Internacional "Sochi-2011" un acuerdo vinculante con las compañías italiana Eni, francesa EDF y alemana Wintershall para el lanzamiento de South Stream.

El primer ministro, Vladímir Putin, que ha tachado de "político" y "no rentable" el proyecto Nabucco (3.900 kilómetros), presidirá el viernes la firma del documento para el tendido del gasoducto, a través del mar Negro.

El South Stream deberá bombear primero 30.000 millones y luego 63.000 millones de metros cúbicos de gas anuales de Rusia a Bulgaria, a través del mar Negro, y luego a los Balcanes y otras zonas de Europa.

Rusia no ha perdido el tiempo y ya ha concertado acuerdos con Bulgaria, Serbia, Hungría, Grecia y Eslovenia para el tendido y la explotación de los correspondientes tramos nacionales, además de asegurarse por muchos años la compra de gas para su gasoducto a Azerbaiyán y Turkmenistán.

Mientras, la UE pretende recibir entre 45.000 y 90.000 millones de metros cúbicos de gas al año a través del mar Caspio, lo que equivale al 10-20 % de la demanda que tendrá en 2020, a través del llamado Corredor Sur, del que Nabucco es un elemento clave.

"Europa habla ahora con una sola voz", aseguró Günther Oettinger, comisario europeo de Energía, en relación a las críticas sobre la falta de voluntad política de algunos países miembros de apoyar Nabucco, más aún con la crisis financiera.

Según los analistas, una de las razones por la que la UE aprobó finalmente el proyecto han sido las revoluciones en los países árabes exportadores de gas, como Libia, cuyo conflicto obligó a suspender los suministros.

Oettinger ha criticado el South Stream, al que describió como un intento de frustrar los planes europeos de crear el llamado Corredor Sur energético, que incluye la construcción de un gasoducto de 300 kilómetros a través del Caspio.

El funcionario criticó la utilización del gas por Moscú como "instrumento político de presión sobre Turkmenistán y Azerbaiyán", importantes suministradores de carburante, y advirtió de que la UE está dispuesta a reducir su dependencia de los hidrocarburos rusos y acabar con el monopolio de Gazprom en Europa.

Y es que Bruselas compra a Rusia el 25 por ciento del gas que consume y, de ese total, el 80 por ciento llega a la UE a través de territorio ucraniano (el 20 por ciento restante lo hace vía Bielorrusia).

Por su parte, la Cancillería rusa fustigó a Bruselas por pretender tender un gasoducto a través del Caspio, aduciendo que la UE no ha tenido en cuenta la situación geopolítica de la región y la falta de acuerdo entre los países limítrofes sobre el estatus jurídico de dicho mar.

Moscú recordó que los cinco países del Caspio (Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajistán y Turkmenistán) han acordado que todos los asuntos fundamentales relativos a la actividad en ese mar deben ser consensuados y aprobados por los propios Estados ribereños.

Rusia no está sola en sus críticas a Nabucco, ya que el propio Irán ha expresado su preocupación por la interferencia de Occidente en los asuntos del Caspio y las consecuencias ecológicas para el mar.

Como alternativa, Teherán ha propuesto el transporte del gas turkmeno e iraní a través de sus fronteras hasta Turquía, pero esa opción es descartada por Bruselas por motivos de seguridad.

La UE ya arrancó hace meses el acuerdo de Azerbaiyán y Turkmenistán de cooperar en el tendido del gasoducto, aunque aún no están nada claras las condiciones, más aún cuando ambos países también exportan gas a Rusia.

Por de pronto, aunque Bakú se había comprometido en 2010 a suministrar gas a Nabucco, luego el consorcio estatal gasístico azerbaiyano SOCAR explicó que el país caucásico sólo participará como país de tránsito.

"El gasoducto caspio no es nuestro proyecto. Es un proyecto entre la UE y Turkmenistán. Según la Carta Energética Europea, somos un país de tránsito", apuntó Rovnag Abdulláev, presidente de SOCAR.

En cuanto a Turkmenistán, las prospecciones apuntan a que ese desértico país cuenta con ingentes reservas de gas (8,34 billones de metros cúbicos).

Aunque ya suministra combustible a China, Rusia e Irán, Turkmenistán se ha manifestado dispuesto a bombear al Nabucco 40.000 millones de metros cúbicos anuales.

Por si fuera poco, azerbaiyanos y turkmenos aún no se han puesto de acuerdo sobre la soberanía de varios yacimientos del Caspio (Kiapaz, Azeri y Chirag).

Mostrar comentarios