¿Cómo puedo saber si la hipoteca que tengo contratada tiene cláusula suelo?

  • En buena parte de escrituras el indicio más evidente aparece en la llamada cláusula financiera tercera bis, que es el punto en el que se establece el tipo de interés variable.

    Un indicio claro- de que estamos soportando un cláusula suelo lo tenemos cuando comprobamos que mes tras mes las rebajas del euribor no se notan en nuestra cuota anual.

El Euríbor cierra mayo por cuarta vez en negativo, hasta su mínimo histórico del -0,013%
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EUROPA PRESS

El Tribunal Supremo ha estimado parcialmente una macrodemanda interpuesta por Adicae y ha declarado nulas las cláusulas suelo de 40 bancos y cajas de ahorro. La decisión del tribunal abre un nuevo panorama para los afectados por esta extendida práctica. Hasta tres millones de españoles pueden tener en sus hipotecas una cláusula suelo.

La cláusula suelo de una hipoteca es un tipo mínimo de interés que el hipotecado siempre deberá pagar incluso si el euribor más el referencial pactado sea menor que el citado interés.

Todos los afectados por estas cláusulas pueden recurrir para recuperar lo pagado de más en su hipoteca. ¿Pero cómo puedo saber si mi hipoteca tiene cláusula suelo?

Estos son los pasos a seguir para recuperar lo pagado de más en mi hipoteca

El primer indicio -muy claro- de que estamos soportando un cláusula suelo lo tenemos cuando comprobamos que mes tras mes las rebajas del euríbor no se notan en nuestra cuota anual.

Pero para acabar definitivamente con las dudas, podemos acudir a nuestra escritura o al recibo del banco.

La mayoría de los afectados por estas hipotecas no han sido conscientes en ningún momento de a qué se estaban comprometiendo. La falta de información y transparencia han sido habituales.  

En buena parte de escrituras el indicio más evidente aparece en la llamada cláusula financiera tercera bis, que es el punto en el que se establece el tipo de interés variable. El interés variable de la hipoteca existe como contrapartida al tipo de interés fijo, en cuyo caso se pagaría siempre el mismo tipo de interés sin considerarse las variaciones del mercado.

Según apunta Carmen Quiñonero, abogada de Arriaga Asociados, en la primera cláusula de nuestra escritura aparece el capital prestado;, en la segunda suele venir el periodo de amortización y en la tercera vienen los intereses. "En la tercera se establece el tipo fijo y en la tercera bis el tipo variable".

"Allí aparece el tipo de referencia, el diferencial, el sustitutivo y al final del todo, normalmente, aparece una cláusula que dice: "En ningún caso, el tipo de interés no podrá ser inferior al tanto %" o "No obstante, las parte pactan que el tipo de interés no será inferior a X", señala la abogada, que incide en que estos avisos no se suelen resaltar especialmente.

Otra forma para saber si estamos sometidos a una cláusula suelo es prestando atención a la cuotas que estamos pagando. Una persona a la que se le ha estado aplicando una cláusula suelo desde 2009 hasta ahora puede comprobar que su cuota no ha variado, "tiene una cuota fija, como si fuese un préstamo fijo", señala Quiñonero.

Si no se puede localizar la cláusula suelo en la escritura -bastante habitual cuando se trata de una hipoteca con subrogación del constructor- una prueba efectiva de su existencia se logra mirando el último recibo bancario del pago de tu hipoteca.

Si el tipo de interés que aparece en él no coincide con la suma del euribor + diferencial que se tenga pactado, ese es el suelo. Un ejemplo: Si se ha firmado un tipo de interés hipotecario del 0,65 más el euribor (-0,018% a fecha de 10 de junio) y en el recibo aparece un tipo, por ejemplo, de 2,60%, es evidente tenemos cláusula suelo. 

El perjuicio total que un consumidor ha podido llegar a soportar sólo desde 2009 como consecuencia de la inclusión en su hipoteca de una cláusula suelo puede rondar los 3.500 euros. Adicae incluso ha detectado muchos casos en los que el perjuicio anual supera los 5.000 euros.Más consejos

Rocha&Asociados considera que "los bancos adoptarán ahora una postura más agresiva y contactarán con los clientes ofreciéndoles acuerdos abusivos". Su consejo es tajante: "Yo les recomendaría que no firmen nada. Puede que los bancos acaben cobrándoles lo mismo llamándolo de otra forma. Lo que está claro es que los bancos no van a quitar esa cláusula automáticamente".

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