Problemas de endeudamiento 

El sablazo de la luz y los alimentos aviva el miedo a otro 'boom' de las revolving

Estos productos se presentan como una alternativa al crédito al consumo para personas con dificultades económicas, pero los altos intereses y una mala utilización de los usurarios acaban perpetuando la deuda.

Imagen de recurso de deuda por tarjeta de crédito. SANAHUJA MIRANDA (Foto de ARCHIVO) 01/1/1970
El precio de la luz y la inflación amenaza con otro 'boom' de las tarjetas revolving.
SANAHUJA MIRANDA

Los fantasmas de endeudamiento del pasado vuelven a despertar en mitad de la incierta situación económica que vive España. Tras dos años de grandes turbulencias monetarias en los hogares por la pandemia, el precio de la factura eléctrica, así como una inflación disparada y sin visos de normalizarse por el conflicto en Ucrania, ha avivado de nuevo el uso de las tarjetas revolving. Este instrumento financiero, que actúa a modo de crédito rápido y se promociona con cuotas mensuales que rondan los 50 euros, a la larga pueden acabar asfixiando aún más las cuentas de sus usuarios por unos intereses que, de media, alcanzan el 24%.

Su disponibilidad en establecimientos comerciales es otra de sus principales características, sirviendo sobre todo de reclamo para aquellas personas que no pueden accerder a créditos bancarios al consumo, con unos intereses mensuales mucho más bajos, cerca del 7%. "Están disponibles en gasolineras, supermercados como Eroski, Alcampo, El Corte Inglés o Ikea. Son muy accesibles y fáciles de contrarar", indica la portavoz de la Asociación de usuarios financieros (Asufin), Verónica Rodríguez. De esta forma, ante un panorama en el que la inflación está disparando no solo el precio del recibo eléctrico, si no también el de la cesta de la compra, existe una alarma a que su creciente uso multiplice los niveles de "mal endeudamiento" por parte de las familias. 

Sobre todo porque los datos del Banco de España reflejan una recuperación en el uso de tarjetas bancarias desde la salida de la pandemia. De acuerdo con la información del regulador bancario, el número de operaciones ha crecido un 28% respecto a las cifras de 2020. La Covid-19 ha servido para cambiar las formas de consumo de los ciudadanos españoles, que cada vez van aparcando más los pagos en efectivo, en mitad de una coyuntura económica marcada por la incertidumbre. Así, el uso del efectivo cada vez es menor y el monto total de las operaciones ha dado un salto de los 161 millones de euros en 2019, a los 195 millones con los que concluyó el 2021

Es por esto por lo que preocupa el papel que las revolving puedan estar desempeñando en el incremento de los pagos con tarjeta, ya que las condiciones difieren de las habituales en las de crédito o débito, pero su uso es muy parecido. "Lo peligroso de estas tarjetas es que son capaces de generar una deuda que el cliente nunca es capaz de pagar, porque al ser un crédito, cada vez que se usa, esa deuda sigue creciendo", indican desde Asufin.

Aquí es donde las cuotas mensuales bajas convierten en una ratonera las deudas revolving. Según los datos de Asufin, el tipo de interés para la disposición de efectivo se sitúa en el 20,17%, mientras que en las tarjetas de crédito la cifra desciende hasta el 17,71%, además de casi triplicar el de los créditos al consumo, que apenas alcanzan el 7,15%. "Es muy sencillo que ir dándole uso y acabar con deudas que alcanzan los 6.000 o 7.000 euros", advierte Rodríguez.

El riesgo de la usura

No obstante, las revolving han visto reducido su coto de intereses desde el año 2020 gracias a un pronunciamiento del Tribunal Supremo, que consideró que un crédito concedido por Wizink con este método que alcanzaba el 27,24%. El Alto Tribunal señaló en su fallo del año 2020 que el banco se desviaba en exceso de la media del mercado de estas tarjetas, que ronda el 20%. Desde entonces, los litigios por estos productos financieros se han convertido en la causa más habitual en lo referente al Derecho bancario. 

En concreto, en el año 2021 se emitieron 125 sentencias sobre las revolving, después de que los usuarios afectados por los altos intereses aprovechasen la brecha abierta por el Supremo, refrendada en la primavera de 2021 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). "El problema es que la sentencia deja un campo un poco ambiguo, dado que no se establece de forma taxativa el límite a partir del cual se considera usura, así que las entidades bancarias han aprovechado para afinar esos tipos de interés, que siguen siendo elevados", admiten desde Asufin. 

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