Salario mínimo de 950 euros

Las empresas pagarán 1.000 euros más al año por cada trabajador con el nuevo SMI

COSTE SUBIDA SMI
COSTE SUBIDA SMI

Hasta 1.000 euros más al año por cada trabajador. Es el sobrecoste que tendrán que asumir las empresas tras la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que entrará en vigor en los próximos días, según los cálculos recopilados por La Información entre los gabinetes técnicos de distintas organizaciones patronales del país como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) y la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA). 

No es una cantidad menor, sobre todo para las pymes y autónomos con asalariados a su cargo, la parte más amplia del tejido empresarial español –y la más vulnerable a esta medida– que se va a ver en la tesitura de tener que elegir entre hacer un sobresfuerzo para encajar el nuevo recargo de los costes laborales o redefinir –recortando, en muchos casos; despidiendo, en otros tantos– sus estrategias de contratación para este año. El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, ya ha advertido de que "las pymes son las que más van a sufrir con la subida del SMI".

El salario más bajo que por ley puede pagar un empresario a sus empleados sube este año de 900 a 950 euros, de acuerdo con lo pactado en el diálogo social tripartito entre el Gobierno, la patronal y los sindicatos. Eso sí, con más connivencia de estos últimos y a pesar de que el sector de las pymes ha puesto el grito en el cielo por las consecuencias que, según sus estimaciones, va a tener sobre el empleo cuando todavía, dicen, no se han recuperado de la fuerte subida de 2019 (22,3%).

El incremento de este año va a ser del 5,5% y sin duda se va a dejar sentir en los bolsillos de los trabajadores, al menos, en los de todos aquellos que perciban una remuneración inferior a esta cuantía. Pero, ¿cuánto va a costar a los empresarios, en dinero contante y sonante? Los gabinetes técnicos de las patronales ya han echado cuentas y la conclusión es que el billete de 50 euros que se suma al salario mínimo mensual en 2020 les va a salir más caro de lo que pueda parecer a bote pronto. Hay que tener en cuenta que al incremento del SMI hay que sumar el que supone en la cotización a la Seguridad Social a cargo de la empresa. De manera que en total, un empresario va a pagar en torno a 1.470 euros mensuales por un trabajador que cobre un sueldo mínimo de 950 euros.

Desde la CEOE trasladan que "el coste laboral para la empresa del incremento pactado para 2020 oscila, por trabajador y año, entre 920 y 965 euros, dependiendo del tipo de contrato y puesto de trabajo".  Cepyme, por su parte, calcula un repunte de los costes generales por trabajador de "casi 1.000 euros anuales". Según las estimaciones realizadas a partir de los datos facilitados por la patronal de las pequeñas y medianas empresas, los costes suben en unos 970 euros por trabajador.

Esto significa que contratar a un trabajador que cobre el SMI va a costar este año casi 1.000 euros anuales más que en 2019. La repercusión que han calculado en ATA es la siguiente: si un empleado con salario mínimo costaba al empresario 1.393,88 euros mensuales en 2019, este año va a costarle 1.471,31 euros al mes. O lo que es lo mismo, si el año pasado el coste anual del trabajador con SMI ascendía a 16.726 euros, en 2020 va a alcanzar los 17.655 euros.

COSTE SUBIDA SMI
 

De este modo, según los cálculos de ATA, el incremento del coste por trabajador y año, teniendo en cuenta el salario y la Seguridad Social, es de 929 euros en 2020 respecto a 2019. Sin embargo, la cifra "brutal" que trasladan desde la federación de autónomos es que en la comparación con 2018, "el incremento de costes para autónomos y empresas por cada trabajador es de casi 4.000 euros, concretamente de 3.980 euros". 

No hay que olvidar que los empresarios ya soportaron la histórica subida del 22,3% que aprobó el Gobierno para 2019, una sobrecarga de costes laborales de la que las pymes todavía no se han recuperado. Y ahora están obligadas a asimilar otro incremento. Así lo denuncia Cuerva, que considera que "las pymes son las que más sufren con la subida del SMI porque tienen menos margen para asimilar un aumento de costes y menos capacidad de competencia en el mercado para poder repercutir la subida en los precios".

20.000 empleos en juego

En contra de lo que dice el Gobierno, que niega rotundamente cualquier impacto negativo de la subida del SMI en el empleo, Cuerva considera que afectará, como a su juicio ya lo hizo en 2019. Según cálculos de Cepyme el alza de este año, que repercutirá en unos 2 millones de trabajadores, tendrá un coste global de 2.000 millones de euros para las empresas. Además, los técnicos de la patronal de las pymes estiman un impacto neto para el empleo de 20.000 puestos de trabajo (entre despidos o no contrataciones) para este año y entre 120.000 y 160.000 empleos menos menos acumulados a medio plazo por el "efecto arrastre".

El presidente de Cepyme ya dejó claro durante la rueda de prensa posterior a la reunión con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la que se consumó el pacto, que "para las pymes no es un buen acuerdo". Si bien matizó que la otra opción era una subida hasta los 1.000 euros, tal y como se había barajado en las semanas previas, y eso "hubiera sido catastrófico". Es decir, el SMI de 950 euros es visto entre los empresarios como 'el mal menor'. Y, en palabras de Cuerva, "este acuerdo es mejor que no tener acuerdo, como sucedió en 2019".

el gobierno niega el impacto negativo

"El núcleo duro del trabajo no tiene afectación"

La ministra de Trabajo niega la mayor y asegura que las subidas del salario mínimo no destruyen empleo. Mientras su predecesor en el área de Seguridad Social, Octavio Granado, llegó a admitir que el alza del 22,3% en 2019 había impactado negativamente contra colectivos vulnerables como las empleadas del hogar y los trabajadores del campo, Díaz aseguró este miércoles que "el núcleo duro del trabajo no tiene afectación". Respecto al sector agrícola, aludió a sus "problemas estructurales graves" para justificar una posible destrucción de empleo. Desde la patronal Asaja, sin embargo, denuncian que la subida del año pasado ya fue "un palo importante" y que se llegaron a perder hasta 55.000 empleos en el sector.

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