Salgado castiga a las Sicavs a pagar impuestos aunque estén en pérdidas

  • Se acabó la fiesta. Las grandes fortunas ya no podrán hacer liquidez con sus sociedades de inversión (sicavs) y retirar el capital invertido sin pasar antes por Hacienda. Una cuenta que deberán saldar con el fisco, incluso, cuando estén en pérdidas.
Ruth Ugalde

Se acabó la fiesta. Las grandes fortunas ya no podrán hacer liquidez con sus sociedades de inversión (sicavs) y retirar el capital sin pasar antes por Hacienda. A partir de ahora, deberán pagarle al fisco entre el 19% y el 21% de este dinero, aunque la sociedad esté en pérdidas.

Así viene recogido en los Presupuestos Generales de 2011, donde se señala que "las percepciones derivadas de las reducciones de capital social con devolución de aportaciones a los socios de las sicav" se gravará a partir de ahora como renta del ahorro.

Es decir, siempre que los accionistas de estos vehículos toquen el dinero invertido, deberán pasar por Hacienda, aunque la sociedad haya tenido pérdidas, ya que la ley no contempla ninguna excepción por estas en números rojos.

"Se hace precisamente para eso, porque se ha detectado que siempre se justifican pérdidas para poder hacer reducciones de capital con devoluciones de aportaciones", explican desde la Agencia Tributaria. Y no es así, sino que de este modo las grandes fortunas estan, en realidad, esquivando el pago de impuestos.

Los Técnicos de Hacienda también lo tienen claro: "si hay devolución de aportaciones, aunque la sicav esté en pérdidas, habrá que tributar", señala José María Mollinedo, secretario general de este cuerpo.

Con esta decisión, el Gobierno consigue erradicar una de las jugadas más turbias utilizadas por las grandes fortunas para hacer liquidez sin saldar cuentas con el fisco, gracias a un vacío legal que les ha permitido disfrutar de un beneficioso agravio comparativo frente al resto de Instituciones de Inversión Colectivas (IIC).

Cerco a las sicavs

Las sicavs ya cuentan con la ventaja fiscal de tributar sólo por el 1% de sus resultados cada año, hasta que son disueltas. Cuando llega ese momento, deben desembolsar entre el 19% y el 21% de las plusvalías obtenidas (ganancia neta) durante todo su periodo de vida.

Esta normativa se hizo así para incentivar desde el punto de vista del Impuesto de Sociedades (donde sólo tributan al 1%) la creación de unos vehículos de inversión que permitieron a capitales holgados destinar parte de su fortuna a invertir como una IIC, paraguas bajo el que también se engloban, por ejemplo, los fondos de inversión.

El problema es que el 90% de las sicavs españolas no son IIC en el fondo, sino sociedades controladas por un único accionista, que se rodea de otros inversores fantasmas (conocidos en la jerga del sector como mariachis) para cumplir la norma, pero que gestiona directamente la sociedad a su antojo.

Además, al tratarse de una sociedad, engloba bajo este paraguas prácticamente todo su patrimonio, lo que le permite desaparecer como persona física (lo que le obligaría a tributar bajo la gravosa fórmula del IRPF) y convertirse en persona jurídica (sólo sometida al 1%).

Con la jugada de las aportaciones de capital, lo que consiguen las fortunas es ir engordando la sicav con los beneficios que consigue, y obtener liquidez pagando sólo el 1%, en vez del 19%-201% que le tocaría por las plusvalías.

Como, en última instancia, muchas sicavs son en realidad la caja fuerte donde las fortunas tienen todo su patrimonio, no tienen intención de acabar nunca con su periodo de vida, sino que les interesa seguir engordándolo sin pasar por Hacienda. Y una vía para hacerlo son las ahoras penalizadas devoluciones de aportaciones.

Mollinedo pone un claro ejemplo de cómo va a cambiar ahora sus ventajas. "Una sicav con un capital invertido de 3.000 euros, que en un ejercicio tenga unas pérdidas de 1.000 euros, podría recuperar el equilibrio destinando 1.000 euros a tapar ese agujero y reducir el capital a 2.000 euros".

Sin embargo, como las inversiones han ido mal, el accionista puede querer liquidez y decide hacer una devolución de aportación de 500 euros, lo que reduce a 1.500 euros el capital invertido." A partir de ahora, si hace este movimento, deberá tributar por esa devolución", añade el secretario general de Gestha.

No obstante, al haberse incluido esta modificación dentro de los Presupuesto Generales, todavía está pendiente de recibir el visto bueno y, por tanto, todavía es susceptible de sufrir cambios. Una modificación que también afecta al Impuesto de Sociedades, que se modificará para adaptarlo a esta nueva norma.

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