Salvados: "El uso excesivo de un medicamento nos puede hacer mucho daño"

    • ¿Estamos consumiendo más fármacos de los que necesitamos? ¿Se han creado enfermedades para vender fármacos?
    • A estas preguntas ha tratado de responder Jordi Évole en 'Sobremedicados', donde se ha atrevido con las farmacéuticas
"Salvados", el programa no deportivo más visto de la historia de La Sexta
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lainformacion.com

Tras el exitoso y polémico programa en el que el equipo de Salvados indagó en las entrañas de la industria eléctrica, Jordi Évole regresa para situar en su punto de mira a otro importante sector: el de las farmacéuticas.

Para comenzar a abordar el tema, Jordi Évole charló con un médico de familia que le contó, sin ningún tipo de tapujos, cómo son comunes los casos en los que, por una circunstancia o por otra, acababa por dar recetas a sus pacientes para que pudiera pasar el siguiente. "Sin ir más lejos, el otro día tuve un mal día y recurrí a las recetas", aseguraba Enrique Gavilán. Pero ante todo, él aseguraba que, no solamente se puede culpar de esta "farmacodependencia" solamente a los médicos, sino también a los ciudadanos por la sencilla razón de que "es muy fácil consumir un medicamento" y, en muchos casos, resulta difícil "asumir que la medicina también tiene sus límites".

El problema viene cuando la industria farmacéutica se inventa sus propios límites. Enrique Gavilán ha desvelado a Jordi Évole la existencia de "enfermedades que venían con el medicamento debajo del brazo", es decir, que es normal y cada vez más frecuente encontrar medicamentos que han sido creados antes de que la propia enfermedad para la que estaban destinados existiese. Una circunstancia que, incluso, estaba ligada a la creación de nuevas especialidades para abordar estas 'enfermedades ficticias'.

Todo este escenario, tan sumamente inquietante y polémico, lo corroboró Joan Ramón Laporte, un importante farmacólogo, que utilizando de ejemplo el colesterol llegó a afirmar que "se inventan enfermedades y se exageran", porque aquellos que han de escribir las recomendaciones para determinados fármacos están siendo pagados por la misma industria encargada de fabricarlos.

En cuanto a la enorme cantidad de medicamentos a los que los médicos españoles pueden recurrir a la hora de recetar a sus pacientes, Laporte apuntaba los casos de muchos otros países donde "el sistema de salud tiene una financiación selectiva". "Cuando ven que varios medicamentos hacen lo mismo", explicaba "ven cuál es el más barato y seleccionan ese". Una situación que no se da en España, donde, a tenor de la experiencia de este farmacólogo, "la industria tiene miles de personas pagadas para que le compren sus fármacos".

En la tesitura de si los médicos optaban por uno u otro medicamento en función de la labor desempeñada por la figura del comercial de las diferentes compañías farmacéuticas, más conocido como 'visitador médico', Jordi Évole pudo charlar con Cecilia Tena que ejerció esta labor hasta el año 2008. Ella contaba cómo los médicos podían llegar a recibir desde jamones hasta bicicletas estáticas o incluso viajes, para que se decantasen por los medicamentos que su empresa les proponía. Tena hablaba incluso de un "presupuesto de inversión", esto es, un fondo de entorno a 450 euros que los visitantes podían utilizar para tratar de convencer a cada médico.

Para valorar la importancia y la presión que puede llegar a ejercer la industria farmacéutica, Évole charló con Idelfonso Hernández, ex director general de Salud Pública durante el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Él fue quien vivió en primera persona el caso de la Gripe A, una enfermedad que, según lo ocurrido a posteriori, magnificó la Organización Mundial de la Salud debido a la presión ejercida por las compañías encargadas de fabricar los medicamentos para paliarla.

"La persona que estaba en la Organización Mundial de la Salud pasó más tarde a la industria", reconocía Hernández que apuntaba que todas las vacunas que en España no fueron utilizadas acabaron por ser destruidas. Y es que, "las farmacéuticas controlan hasta los organismos reguladores", afirmaba. Si no resulta difícil explicar que España gastase 98 millones de euros en paliar una 'enfermedad ficticia'.

Para terminar, y a diferencia de lo que sucedió en el programa en la que la protagonista fue la industria eléctrica, Jordi Évole quiso dar la palabra a las farmacéuticas para que pudieran exponer su versión de los hechos. Por ello, antes de finalizar tomó la palabra Julián Zabala, portavoz de Famaindustria, la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica.

Zabala se limitó a negar todo lo que anteriormente habían contado en el programa el resto de agentes implicados en la cadena que va desde la fabricación de un fármaco hasta que es consumido por el paciente. Pero, a diferencia de lo que mostraban los estudios a los que recurrió Jordi Évole, negó que España fuese el segundo país a nivel mundial que más medicamentos consume y que las prácticas tales como regalar viajes estaban completamente desechadas.

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