Salvados: "Los beneficios de las empresas interesan más que la salud"

    • En '¿Qué comemos?' el equipo de Salvados ha analizado el nivel de tóxicos que ingerimos a través de la comida que habitualmente consumimos y qué factores influyen
    • Antioxidantes, edulcorantes, colorantes, conservantes... aditivos que ingerimos a diario a través de la comida. ¿Qué son? ¿Son seguros en los alimentos que consumimos?
"Salvados", el programa no deportivo más visto de la historia de La Sexta
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lainformacion.com

La edición de Salvados de este domingo comenzó con el testimonio de José Manuel Mulet, profesor de biotecnología e investigador en la Universitat Politècnica de València. Con él, Jordi Évole analizó los diferentes alimentos que previamente había comprado en una superficie comercial. Fue este experto quien nos dio una visión tranquilizadora de la situación.

"Hay una legislación muy estricta de los aditivos que se pueden añadir", aseguraba Mulet, al tiempo que reconocía que hoy por hoy no hay motivos para preocuparse, ya que "ahora la comida es más segura de lo que ha sido nunca". En el análisis que hizo de aquellos aditivos que aparecían en las etiquetas de los alimentos, este experto nos tranquilizó bajo la teoría "todo es bueno en su justa medida". Bajo su punto de vista, "tenemos la suerte de tener comida todos los días, y cuando tenemos algo tan sumamente fácil es cuando empiezas a preocuparte de tonterías".

Sin embargo, la perspectiva nada alarmista que nos ofreció José Manuel Mulet se fue al traste cuando Miquel Porta tomó la palabra. "Hay muchos motivos para estar alerta y alarmados", dijo este catedrático en Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona. Fue él quien nos alertó de que los tóxicos que consumimos los seres humanos pasan primero por los animales, por aquellos alimentos y medicamentos que las granjas les dan. Un hecho que, según desvelaba Porta, suponía un enorme riesgo ya que los fármacos que se aplicaban a las diferentes especies influían de forma directa en la respuesta de las personas a diferentes bacterias.

Este experto, en su cruzada contra todo tipo de aditivos, afirmaba que "cada cierto número de años el nivel de tóxicos va bajando, señal de que no era tan sano". Además, él planteaba un detalle sumamente importante, ya que mientras los distintos aditivos que se añaden a los alimentos se analizan por separado, no se tiene en cuenta el "cóctel" que se crea en nuestro organismo. Incluso llegaba a plantear como alternativa "intentar no consumir grasas de origen animal en la medida de lo posible".

Fue en este punto cuando intervino Ricard Parés para defender la industria alimentaria a la que él mismo se dedicaba. El director de PORCAT, la Asociación Catalana de Productos de carne de cerdo, aseguraba que en su industria "la gente es consciente de que si hace algo mal lo va a pagar". Él explicó los diferentes procesos que habían de pasar los animales hasta que encontrábamos los filetes en nuestro plato, una situación que podía ser la causante de que los animales se intoxicasen fuera de las granjas.

En cualquier caso, Parés aseguraba que su objetivo siempre ha sido y es "intentar utilizar los aditivos lo menos posible, para que los cerdos tengan los mínimos tóxicos posibles". Aunque no tenía dudas en reconocer que "ahí el sector tenemos bastante trabajo por hacer". Eso sí, antes de poner el punto y final a su intervención quiso dejar claro que "la producción intensiva ha sido una manera de producir mucho a mucha gente, si no fuera así no podríamos comprar cualquier tipo de carne en cualquier sitio".

Dejando a un lado la carne de cerdo, el equipo de Salvados también quiso conocer los posibles riesgos que podía tener la ingesta de pescado. Con Ferrán Ballester supimos que la principal razón para estar alarmado a la hora de ingerir cualquier tipo de especie capturada en los mares o los ríos era la cantidad de mercurio que tuviese. Este profesor de la Universitat de Valencia afirmaba que, según un estudio en el que él mismo había participado, "los niveles de mercurio en los recién nacidos son más elevados en España que en otros países donde también se ha llevado a cabo la investigación, ya que en España el consumo de pescado es más elevado". Una situación que "incrementa el riesgo de que los niños sufran un retraso en el desarrollo cognitivo", decía.

En relación a esta cuestión, el equipo de Salvados se desplazó al Embalse del Flix, en Tarragona, para que Sara del Río les explicase cuál es la situación que allí se vive. "El río se ha convertido en una especie de vertedero. Se han llegado a encontrar hasta sustancias radiactivas", aseguraba la responsable de contaminación de Greenpeace España.

En esa zona en concreto, según explicaba Del Río, las únicas medidas que se han ido tomando han sido preventivas. Un ejemplo que mostró a Jordi Évole fue una guía en la que se enseñaba a los pescadores como debían de limpiar los peces para evitar la contaminación. "Estamos hablando de un caso de desinformación hacia la sociedad", aseguraba esta ecologista, que argumentaba que "los beneficios de las empresas interesan más que la salud".

Tal y como desveló en el programa, "sí que se han emprendido varias acciones legales". "Un juez determinó que se habían incumplido varios preceptos legales", desvelaba Sara del Río, aunque la sentencia llegó trece años después de que se iniciase el juicio, de tal forma que muchas de las infracciones cometidas por la industria quedaron exentas de castigo, ya que los vertidos se habían realizado antes de que existiese la ley.

Para demostrar esta versión de que se acababan por imponer los criterios de la industria sobre el beneficio de la sociedad en general, intervino Eduardo Rodríguez-Farré, miembro del Comité Científico de Nuevos Riesgos para la Salud de la Unión Europea. Él explicó de forma general cómo funcionaba la industria alimenticia y cómo, de forma sistemática, su primera reacción ante los trabajos científicos era "negar los resultados obtenidos". "Porque tienen unas pérdidas económicas enormes", reconocía el propio Rodríguez-Farré, que también desvelaba que las autoridades podían tardar incluso veinte años en regular aquellos aditivos que se habían demostrado tóxicos.

Y es que las compañías siempre se excusaban alegando que no es conveniente aplicar "el principio de precaución muy rápido, porque estamos frenando el desarrollo de la industria". Eso, aderezado con el hecho de que "en Europa cueste mucho tomar las decisiones" da como resultado que, como reconocía frustrado este científico, lo más recomendable fuese llevar una dieta variada para mezclar los aditivos tóxicos de unos y otros alimentos.

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