Satisfacción en Trabajo

Sánchez diluye el papel de Calviño y deja a Díaz la 'medalla' de la reforma laboral

Moncloa cambia a última hora el guion previsto para la puesta en escena del hito e incorpora al ministro Escrivá a la rueda de prensa, pero la vicepresidenta segunda y titular de Trabajo acapara el protagonismo.

(I-D) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño; y la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una sesión de control en el Congreso de los Diputados, a 10 de noviembre de 2021, en Madrid, (España). Durante el pleno, el presidente del Gobierno va a informar sobre la Cumbre UE-Balcanes Occidentales celebrada el 6 de octubre y del Consejo Europeo de los días 21 y 22 de octubre de 2021. Asimismo, la entrada en vigor de la reforma del impuesto de plusvalía municipal y la propuesta del PP para suprimir de los Presupuestos Generales del Estado subidas de impuestos y cotizaciones también ocupan un espacio en esta sesión de control al Ejecutivo central.
10 NOVIEMBRE 2021;CUMBRE;CONGRESO;PLENO;SESION PLENARIA
Eduardo Parra / Europa Press
10/11/2021
Sánchez diluye el papel de Calviño y deja a Díaz la 'medalla' de la reforma laboral
Europa Press

La reforma laboral tiene madrina y se llama Yolanda Díaz. Así lo ha querido el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no ha puesto ningún impedimento para que sea la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo la que se cuelgue la medalla de sacar adelante una de las grandes reformas de la legislatura. En un segundo plano, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, a quien Moncloa incorporó a la puesta en escena en el tiempo de descuento. Y fuera de la foto, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, cuyo papel ha quedado diluido tras haber protagonizado una de las mayores crisis de la coalición al interferir abruptamente en las negociaciones del diálogo social el pasado mes de octubre. Todo, con el beneplácito de Sánchez.

Tanto es así que, en la referencia del Consejo de Ministros, la reforma laboral aparece bajo el epígrafe de Presidencia, con los sellos de Trabajo y Seguridad Social. Ni rastro de Asuntos Económicos. Pero la batalla del relato se ha librado hasta el último minuto. Este lunes, el portavoz del PSOE, Felipe Sicilia, mostraba su "satisfacción" por el trabajo realizado por todos los ministerios implicados para sacar adelante la reforma laboral, destacando "de manera particular" el trabajo hecho por el equipo económico del Gobierno y "personificado en la ministra Nadia Calviño". El Ministerio de Trabajo quitó hierro a esas declaraciones, porque en la agenda ya tenían prevista la comparecencia de Yolanda Díaz en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que aprobaría la reforma laboral el martes. Uno de los grandes hitos del Gobierno y de la propia vicepresidenta.

A las 10:12 horas de la mañana del martes, Presidencia remitía a los medios de comunicación la convocatoria para la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, anunciando la comparecencia de la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. La rueda estaba prevista para mediodía y a las 11:56 Moncloa lanzaba un tuit anunciando el inminente inicio de la retransmisión en directo, con los mismos participantes antes citados. Pero ese mensaje era eliminado de la red social pocos minutos después y, a las 12:15, se restituía por otro tuit en el que aparecía un invitado sorpresa: el ministro José Luis Escrivá.

Los teléfonos móviles de los responsables de comunicación de los distintos departamentos ministeriales echaban humo. ¿Qué hacía ahí Escrivá?, ¿estaba prevista su comparecencia?, ¿por qué Moncloa no había incluido al ministro en la convocatoria inicial de la rueda de prensa? Y, no menos importante, ¿por qué no estaba presente Calviño? Las explicaciones eran variopintas: desde el Ministerio de Asuntos Económicos aseguraban no haber solicitado la comparecencia de la vicepresidenta primera; Seguridad Social contaba con participar en la rueda de prensa y restaba importancia al "despiste" en la convocatoria de Moncloa; mientras, en Trabajo aseguraban no tener "ningún problema" con la entrada en escena de Escrivá, si bien insistían en que Economía no tiene competencias en la materia. La tensión entre las distintas áreas del Gobierno era extraoficialmente evidente.

La herida sigue abierta

Sea como fuere, Calviño se quedaba fuera de la foto. La ausencia podría parecer baladí -desde su equipo esgrimían como argumento que otros ministerios, como Hacienda o Educación, también habían participado en las negociaciones y no por ello tenían que aparecer todos en rueda de prensa- pero no lo es. Resulta relevante que la vicepresidenta económica no saliera a defender la reforma laboral con Yolanda Díaz porque, precisamente, ambas protagonizaron la mayor crisis de la coalición en lo que va de legislatura cuando Calviño intervino en las negociaciones de la reforma laboral y desde Unidas Podemos denunciaron directamente "injerencias" en un asunto que llevaba pilotando en solitario la ministra de Trabajo desde marzo. Lejos de haberse cerrado, la herida sigue abierta y sangrando en la coalición.

Aquel encontronazo se saldó con la firma de un protocolo entre el PSOE y Unidas Podemos que implicó la entrada de Economía y Seguridad Social en las negociaciones que hasta ese momento Díaz llevaba en exclusiva con la patronal y los sindicatos. Sin embargo, lo que en un principio se interpretó como una victoria de Calviño que permitiría la reconducción de la reforma laboral hacia terrenos más ortodoxos, finalmente no habría supuesto una intervención tan radical. Fuentes del diálogo social aseguran que los "enviados" de Asuntos Económicos a la mesa de negociación apenas han participado en las reuniones ni en el contenido de los borradores, que las negociaciones las ha seguido controlando el Ministerio de Trabajo y que, en todo caso, en algún asunto específico ha involucrado a la Seguridad Social.

Por eso, Díaz dijo exactamente lo que quería decir tras el Consejo de Ministros más importante de su trayectoria como responsable del área laboral del Gobierno. En rueda de prensa, agradeció específicamente a "los equipos técnicos del Ministerio de Trabajo, que desde el 17 de marzo hasta hace escasas horas han estado trabajando por el bien de nuestro país" y no hizo mención alguna a Calviño ni al Ministerio de Asuntos Económicos. Aunque sí quiso poner en común, "de la mano del ministro Escrivá", que "los dos ministerios, en comandita, sabemos bien de qué estamos hablando". Y continuó agradeciendo "al Gobierno en su conjunto" por el permanente trabajo, la "sintonía" y la convicción de que estaban llevando a cabo un cambio en el país. Basta con leer entre líneas.

Tensión implícita con Escrivá

Pero el tono de compadreo con Escrivá también fue desvaneciéndose a lo largo de la comparecencia. La batuta la llevó Díaz desde el minuto uno que fue 'titular' en la rueda de prensa, así como en el fondo y en la forma. La vicepresidenta segunda acaparó 23 minutos de intervención, frente a los 7 que utilizó el ministro de Seguridad Social. Es más del triple de tiempo. Ambos vendieron las bondades de la norma, si bien no se pusieron de acuerdo sobre lo 'histórico' del consenso alcanzado con los agentes sociales: mientras Díaz sostuvo que se trata del primer acuerdo en una reforma estructural, Escrivá defendió que es el primer pacto desde la reforma de 2006, hace 15 años. Pero no solo eso. Como último detalle, el ministro extendió el agradecimiento a "los equipos de los distintos ministerios dentro del Gobierno" por haber trabajado en esta reforma con una "dedicación extrema". Es un matiz importante.

A Escrivá le faltó su clásica presentación de diapositivas de la que suele servirse en cada una de sus comparecencias. El ministro se siente más cómodo explicando los asuntos importantes en PowerPoint, pero este martes optó por omitirlo en la rueda de prensa y su equipo lo remitió directamente a los medios de comunicación a posteriori. De ahí que no se extendiera tanto en el detalle de los aspectos de la reforma que competen a la Seguridad Social y que justificaban su presencia junto a Díaz en la sala, como las exoneraciones de los ERTE, y se limitase a resumir que las medidas adoptadas vienen a bordar los cuatro problemas estructurales del mercado laboral: la elevada temporalidad, el paro estructural, la falta de flexibilidad interna y el desequilibrio en la negociación colectiva.

Ni briefing, ni foto

Trabajo y Seguridad Social planearon convocar un briefing informativo conjunto para explicar los pormenores de la reforma -este tipo de encuentros con periodistas son habituales para explicar el detalle de los grandes cambios normativos-, pero finalmente no hubo quorum por problemas de agenda, según sostienen desde ambos departamentos. Tampoco se hizo la tradicional fotografía con los agentes sociales para escenificar la firma del acuerdo, ni se invitó a desayunar a Moncloa a los líderes patronales y sindicales, como se hizo con la reforma de las pensiones (aunque los empresarios no acudieron, ya que en esa ocasión se descolgaron del pacto). La justificación oficial para la ausencia de foto pasa, de nuevo, por problemas de agenda y algún que otro confinamiento.

Los agentes sociales están nerviosos porque temen que el contenido del acuerdo que han alcanzado en la mesa de diálogo social se desvirtúe durante la tramitación parlamentaria del real decreto ley. Los empresarios, en particular, han advertido al Gobierno de que se bajarán del pacto si se toca una sola coma del texto que ve la luz este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Díaz calmó los ánimos tras el Consejo de Ministros que aprobó la norma, al asegurar que dialogaría con los socios del Gobierno que se han manifestado en contra de algunos de los cambios introducidos, pero que la vocación del Ejecutivo es mantener el texto que ha costado nueve meses cerrar en el diálogo social. Esto último también cuenta con el beneplácito de Sánchez, según informan fuentes gubernamentales.

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