Giro de última hora para salva el 'matchball'. El real decreto ley de medidas para paliar los efectos de la guerra de Ucrania se tramitará como proyecto de ley en el Congreso para permitir las aportaciones de los grupos parlamentarios, según informan fuentes de Moncloa. Pedro Sánchez ha accedido a la petición del Partido Popular para intentar arrancar su apoyo in extremis al texto que se somete a convalidación este jueves.
El PP había exigido esta tarde por carta a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tramitar el decreto como proyecto de ley y aceptar por escrito que negociaría alguna de las medidas contempladas en el plan de Alberto Núñez Feijóo. Entre ellas se encuentran la bajada de impuestos, como la deflactación de la tarifa del IRPF o el IVA de la electricidad o el gas, y la reducción del gasto público. Fuentes gubernamentales no se comprometen aún a aceptar negro sobre blanco algunas de estas medidas y, por tanto, dejan en el aire el sentido del voto final de los populares.
Pero Hacienda sí se abre a estudiarlas. La ministra Montero ha enviado esta tarde una carta a Juan Bravo, responsable económico del PP, como respuesta a su primera misiva. En ella expone que el plan de los populares "requiere de un análisis profundo". "Es necesario estudiar, entre otras cuestiones, el impacto económico y presupuestario, aspecto fundamental que cualquier gobierno responsable debe tener en cuenta, y que no viene reflejado en el mismo".
Ha sido una tarde de infarto en Moncloa, que ha llevado a Sánchez movilizar al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a la titular de Hacienda y al portavoz parlamentario, Héctor Gómez. Se han producido también contactos con ERC y Bildu, que no han fructificado, debido a que los independentistas han puesto como línea roja mayores explicaciones sobre el espionaje a sus cargos. El Gobierno aceptaba aportarlas en una futura Comisión de Secretos Oficiales, una estrategia que los nacionalistas consideraban un cebo.
Si el PP acaba salvando el decreto económico del Gobierno, Sánchez conseguiría el primer acuerdo con el renovado partido de la oposición. Sería un pacto intermedio, ya que, de momento, el Ejecutivo no ha aceptado ni rebajas de impuestos ni medidas para reducir el número de ministerios para rebajar el gasto público. Con esta entente se mandaría también un mensaje a Bruselas, de cara a lo que resta de legislatura.
Sánchez quedará tocado tras la votación de este jueves, que se producirá en torno al mediodía. Moncloa se prepara para un debate intenso que protagonizará Bolaños, y no la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y saldrá con una mayoría de investidura debilitada si finalmente saca adelante el decreto con el apoyo del PP. Esquerra y Bildu han apoyado hasta ahora al Gobierno en sus principales decisiones, incluidos los Presupuestos. A partir de ahora, sin embargo, se abre un periodo de incertidumbre con la coalición en minoría y unos aliados naturales molestos con el presidente y su ministra de Defensa, Margarita Robles.
La crisis que dejará esta votación también es interna, ya que a Podemos no le gusta que el PP pueda ayudar a convalidar este decreto crucial para paliar las consecuencias económicas de la guerra. Los morados hubieran preferido que Sánchez tomara decisiones de calado en torno a Margarita Robles y no se apoyara en Feijóo para un decreto tan importante.
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